Con variaciones diferentes, tanto los servicios de las aplicaciones como los deliverys tradicionales mostraron hasta una quintuplicación en la cantidad de personas que trabajan en cadetería. Por la pandemia de coronavirus y las restricciones, se convirtieron en actores esenciales en la ciudad y hasta comenzaron a trasladar otro tipo de productos a los que no estaban acostumbrados; sobre todo, los de la rama convencional. A pesar de eso, se denuncia que los hechos de inseguridad contra ellos crece y que hoy, por el contexto, es imposible reponerse tras una situación como esa.
Según datos aportados desde Glovo a La Capital, en Rosario se duplicó (y más también): en pandemia, el aumento de “glovers” (como se les dice a los cadetes de la empresa) creció en la ciudad un 120 por ciento. Así, la cantidad total en la actualidad ronda los 185 trabajadores.
“A nivel país hay 2.000 interesados. De ellos, 1.600 están en fase de entrenamiento y hay 400 pendientes de entrega de documentación para comenzar”, agregaron desde la empresa.
Por su parte, desde Rappi indicaron a La Capital que con el correr de la pandemia, la demanda de trabajo fue creciendo: “En Rosario, en el inicio de la cuarentena la cantidad de repartidores que realizaban pedidos a través de Rappi se mantuvo estable. Con el pasar de las semanas, hemos visto un incremento y un mayor interés de parte de miles de personas, tanto en la aplicación como por su necesidad de generar ingresos extra. Esto propició que se quintuplicara la cantidad de repartidores que eligieron comenzar a repartir utilizando la plataforma de Rappi”.
Respecto a Pedidos Ya, este medio intentó conocer el total de las personas que trabajan bajo la órbita de esa aplicación, aunque la empresa no brindó respuestas.
glovo rappi cadetes delivery
Celina Mutti Lovera/La Capital
Los datos acompañan al panorama actual. La pandemia provocó el cierre de muchos comercios en la ciudad y, actualmente, los cadetes de distintas empresas de delivery y de restaurantes dominan la escena en la vía pública. La posibilidad de seguir trabajando al margen de la fase en la que se encuentre la ciudad es uno de los puntos por los que se inclinan cientos de trabajadores para seguir teniendo ingresos.
A la tendencia se suma el sector, por fuera de las aplicaciones, de cadetes tradicionales. Según contó el titular del Sindicato de Cadetes de Rosario, Gustavo Yedro, desde la primera cuarentena estricta la actividad aumentó “muy fuertemente”. A medida que las actividades se abrían, disminuyó la demanda de trabajo y el delivery fue quedando de lado; pero con la vuelta atrás en muchos rubros, a los cadetes los volvieron a llamar.
“Empezó a incrementarse en la última semana. Estamos viendo que empiezan a llamar rubros que hasta la semana pasada o diez días atrás, no estaban llamando”, contó a La Capital.
Los cadetes tradicionales también tuvieron un aumento de trabajo: Yedro estimó que se sumaron “un 50 por ciento más de trabajadores, tranquilamente”, aunque aseguró que el incremento es “por la pandemia. No se puede salir y la gente se queda dentro. Se necesita al cadete del delivery y el servicio es algo que, en el marco en el que estamos, es de mucha utilidad”.
Salida en pandemia
Cuando Marcos Verón (29) se quedó sin trabajo en plena pandemia, no dudó un segundo: volvió a la cadetería, que había dejado hace unos años para comenzar a trabajar en el área de vigilancia.
A la pandemia se sumó el paro de colectivos y cuando reclamó que le pagaran los viajes hasta la empresa en donde hacía sus tareas, en Villa Gobernador Gálvez, lo echaron: “Me despidieron y empecé hace un mes en cadetería. Estuve en vigilancia varios años, desde 2012 o 2013, en distintas empresas”.
“En el último tiempo fue bastante engorroso todo, por el paro de transportes”, contó Marcos, quien trabaja en moto para Rappi desde hace un mes: “Cargué unos datos y enseguida empecé”.
El joven aseguró que fue una salida rápida a un hecho desesperante como quedarse sin trabajo en plena pandemia: “La diferencia con el trabajo anterior lo tomo desde el punto de vista familiar. En vigilancia tenés un sueldo depositado fijo al mes, pero llega un punto en que no estás con tu familia”.
“La ganancia depende de la cantidad de horas que le dediques a esto. Lo único que se extraña de cualquier otro trabajo es la seguridad económica”, agregó.
Esenciales e inseguros
Además de precisar que los nuevos cadetes vienen de “otras actividades y rubros”, Yedro comentó que la imposibilidad de muchos de poder ir a hacer las compras les permitió sumar un nuevo servicio al sistema tradicional, copado por comida rápida, estudios jurídicos y laboratorios: el delivery de compras realizadas en comercios menores.
“Nuestro trabajo aumentó en el rubro del comercio de mercaderías de minimercados, granjas y almacenes. La gente hace pedidos a esos lugares, nosotros lo buscamos y se lo llevamos. Antes de la pandemia, no lo hacíamos”, explicó.
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Silvina Salinas/La Capital
A pesar de contar con más fuentes laborales, el sector de la cadetería no le esquiva a la inseguridad. Yedro manifestó que no pueden definir una zona ni un horario específico de los hechos, porque pasan “por todos lados, todos los días”.
“Estamos padeciendo (la inseguridad) como nunca. Somos víctimas de los robos en la calle, porque estamos más tiempo, y a la noche no hay nadie. Los únicos que andamos somos nosotros”, advirtió, sobre una situación que los deja desprotegidos ante eventuales delincuentes.
“Algunos ya prefieren no trabajar de noche”, dijo. Y consideró que el problema no tiene una solución a corto plazo: “No vemos perspectivas como para que esto se solucione. Parece que vamos a tener que seguir conviviendo con el problema”, admitió.
Yedro aseguró que siempre fueron blanco de delincuentes, pero que la situación se agravó durante la pandemia porque, muchas veces, están solo ellos en la calle: “Todos los días hay denuncias de compañeros que les intentaron robar o que les robaron. Le roban la moto, el celular y la billetera; sin esas cosas, en este contexto, te arruinan y no podés seguir trabajando”.
“Hoy por hoy, es más preocupante para los cadetes los robos que el miedo a infectarse del Covid-19”, concluyó.