Unos cien investigadores jóvenes se incorporarán este año al Conicet Rosario. El número exacto de nuevos becarios es 134, representa un 15 por ciento más que el ingreso del año pasado, y en los pasillos del Centro Científico Tecnológico local se siente como una bocanada de aire fresco, después de cuatro años de puja por ingresos y financiamiento para investigaciones. Según advierten, se trata de una señal que busca recomponer un sistema “castigado por las políticas de ajuste” y “muy poco atractivo” para la formación de nuevos científicos.
A mediados de la semana pasada, el Conicet difundió los resultados de su última convocatoria a becas internas. En todo el país se aprobaron 1.716 solicitudes para iniciar un doctorado, 283 de finalización de doctorado y 1.181 para cursar estudios posdoctorales. En total, 3.180 jóvenes graduados en distintas carreras podrán iniciar su carrera científica en alguno de los centros de investigación de todo el país. El año pasado, llegaron al Conicet unos 2.798 becarios, unos 400 menos que este año.
En el Conicet Rosario también creció el número de becarios que se incorporarán a partir de abril. Según datos del organismo, tras la convocatoria de 2018, 116 profesionales ingresaron el año pasado a los centros de investigación locales. Este año serán 134, un 4 por ciento de las becas otorgadas en todo el país.
Pero el crecimiento en la cantidad de becas no fue la única medida del gobierno nacional que dibujó una sonrisa entre los investigadores más jóvenes. El reciente anuncio del aumento progresivo en los montos de las becas que de 29 mil pesos llegarán a 45 mil en junio, en el caso de las doctorales, fue celebrado casi como un gol entre quienes venían con un salario por debajo de la línea de pobreza.
Para el coordinador del Centro Científico Tecnológico Rosario (CCT), Javier Martínez, ambas medidas pretenden responder a “reclamos históricos” de la comunidad científica “que lleva años solicitando más becas y mejores estipendios”.
El CCT tiene su sede en uno de los flamantes edificios del predio de Esmeralda y Ocampo. Allí trabajan más de mil personas, entre investigadores, asistentes y administrativos, distribuidas en trece institutos (que dependen del Conicet y de la Universidad Nacional de Rosario) y grupos en diferentes facultades.
“Rosario es un polo importante a nivel nacional en materia de ciencia y tecnología. Tiene institutos que son muy potentes y son los que captan más becarios”, consideró Martínez y confió que las mejoras anunciadas por el ministro de Ciencia y Tecnología, Roberto Salvarezza, ayuden a captar nuevos investigadores.
“Venimos de cuatro años muy desmotivantes para la formación de nuevos científicos, donde la mejor opción para los graduados jóvenes parecía estar en el extranjero”, señaló.
Un incentivo
En los últimos años, en la Universidad Nacional de Rosario se mantuvo estable la cantidad de graduados. Sin embargo, la cantidad de jóvenes que iniciaban estudios de posgrado fue menor. “Esto sucedió no sólo en Rosario, sino en muchas otras universidades del país, y uno de los puntos que llevaban a que los jóvenes graduados no quisieran seguir una carrera académica es que no encontraban un horizonte que les resultara promisorio”, coincidió Julia Cricco, directora de Promoción Científica de la UNR e investigadora del Conicet.
Por eso, consideró, tanto el aumento de las becas como de los estipendios son “sumamente importantes”, ya que permitirán “que más graduados universitarios realicen sus doctorados y pos doctorados. Y va a permitir consolidar o seguir profundizando distintos temas de investigación que se vienen realizando”.
Para Cricco, “son dos noticias alentadoras y muy positivas dentro de la UNR, que obviamente, tendrán que acompañarse de un aumento del presupuesto en ciencia y técnica, ya que los institutos y grupos de investigación están completamente desfinanciados”.
Otra política
Durante los últimos años de la gestión de Mauricio Macri, los investigadores cambiaron el guardapolvo blanco por pancartas y salieron a la calle a pedir mayor presupuesto. Las primeras medidas de la gestión de Alberto Fernández llevaron optimismo. “Evidentemente la política es otra y es muy bienvenida”, resumió Sandra Contreras, directora del Instituto de Estudios Críticos en Humanidades (IECH), que funciona en la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR.
Este año, al equipo de investigadores se sumarán siete becarios, seis doctorales y un posdoctoral, de los cuales la mayoría corresponde a cuatro cargos, ganados a partir de la presentación de un proyecto.
“Es un número muy importante”, destacó Contreras y consideró que “es un indicio que muestra con claridad un cambio de perspectiva en la política relacionada a la investigación y una señal de una convicción de que es necesario invertir en ciencia y tecnología”.
Sólo de esta forma, apuntó, “se puede impulsar y fortalecer los estudios de posgrado y dar cuerpo a la formación de recursos humanos de excelencia en todas las disciplinas”.
Pablo Rullo es becario posdoctoral del Conicet y delegado de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). Se recibió de ingeniero electrónico y trabaja en el Centro Internacional Franco-Argentino de Ciencias de la Información y de Sistemas, donde desarrolla un proyecto sobre control de procesos aplicados a redes eléctricas con el uso de energías renovables.
“Que haya más becarios produce una expansión del sistema”, apuntó y describió que “en los últimos años hubo una reducción de los ingresos a carreras por muchas razones, pero sobre todo porque los jóvenes no veían iniciar la carrera de investigador como algo atractivo”. Por eso, el aumento de montos y cantidad de becas “crea un horizonte un poco más prometedor”.
Rullo apuntó que en los últimos años, hubo grupos de investigación que estaban en la búsqueda de alguna persona que se haya recibido con intención de hacer un doctorado “y era difícil encontrarla”, sobre todo en disciplinas con posibilidades de trabajo en el sector privado.
“Son medidas que eran muy necesarias y esperamos que se enmarquen en otras medidas políticas que se tienen que ir tomando para reconstruir el sistema, como aumentar los ingresos a planta, revisar la cuestión salarial para el resto de los trabajadores del Conicet y la gran cantidad de contratados que existen en los institutos”, enumeró.