"Es cierto que muchas personas recurren a atajos mágicos para resolver temas de salud, enfermedades graves en la mayoría de los casos. Pero en esta oportunidad _después de las declaraciones públicas de la líder espiritual Leda sobre el origen emocional del cáncer y que Dios cambia diagnósticos_ es necesario resaltar la peligrosidad de las afirmaciones que se realizan desde la fe, porque suman angustia a los pacientes y confunden", dijo la psicooncóloga y especialista en cuidados paliativos Rosa María Nocera, una profesional con décadas de experiencia en el acompañamiento de personas que transitan una dolencia severa.
"El cáncer no es causado por ninguna emoción, por ningún trauma, no lo cura ninguna actitud positiva, ni ninguna fe", expresó, contundente.
Para la especialista, que se formó en la Argentina y en el exterior, hay que poner un freno a la tendencia de "culpabilizar al paciente por lo que le pasa" y mencionó que después de que las declaraciones de Leda tomaron estado público se comunicaron con ella personas que están en tratamiento oncológico "muy angustiadas por lo que escucharon". Leda afirmó que la "falta de perdón" es lo que origina la enfermedad.
Nocera es una de las profesionales que en las últimas horas se expresó ante las polémicas declaraciones de Leda, una mujer que convoca multitudes y a quien le atribuyen poderes de sanación. De viaje por Chile, la líder espiritual aseguró que el cáncer tiene una causa emocional y que Dios tiene la capacidad de modificar un diagnóstico. También se preguntó: "¿El que se fue a la vida eterna es una pérdida? No, es una ganancia".
"Cuando alguien ha recibido un diagnóstico que viene a alterar drásticamente su vida tal como la conocía hasta ese momento, cuando ve su vida amenazada, cuando debe realizar tratamientos complejos, invasivos, con múltiples y severos efectos secundarios, es lógico que desee creer que hay una manera menos hostil para sanarse", señaló Nocera, y agregó: "Es ahí donde quizá toma fuerza la fe en la palabra de algún representante de alguna religión, la fe en médicos que proponen tratamientos donde solo se debe tomar algún tipo de agua especial o sumergirse en piletas con propiedades curativas o realizar caminatas mágicas. Recurrir a esto no es tampoco culpa del paciente ni de sus familiares. Lo que es grave es que haya personas referentes de la sociedad, en algunos casos profesionales, figuras con poder, que prometen lo que saben que no es cierto. Es grave en términos de consecuencias para la salud de las personas, y es una estafa moral".
Nocera se encarga habitualmente de hablar sobre el hecho de transitar una enfermedad severa y le pone palabras a la posibilidad de la muerte, convencida de que es necesario hablar de lo que duele y del miedo que genera el final de la vida. Lo hace día a día en su consultorio y visitando a los pacientes que están internados. Y lo hace tanto a modo personal como en el marco de la Red de Cuidados Paliativos Rosario, integrada por profesionales de distintas disciplinas que ayudan a las personas a aliviar su dolor psíquico y físico (@psi.pitynocera @redpaliativosrosario).
El origen
Leda fue directamente a plantear el origen del cáncer, asegurando que se produce por causas anímicas. Para la psicooncóloga esta afirmación "es terrible" porque "sostiene que la enfermedad viene a mostrar la presencia de algún conflicto, un problema, y que a partir de la solución de esa cuestión, la enfermedad desaparecerá. O la otra versión, quizás aún más grave, que la enfermedad es la solución al problema y que por lo tanto conviene, aún cuando termine con la propia vida".
"El paciente se siente culpable de lo que le pasa, de haberse enfermado, el paciente se cree culpable si el tratamiento no funciona, el paciente se siente responsable de hacer cualquier cosa, a veces casi ridículas, porque de eso dependerá su curación. A veces, el paciente cede a la presión familiar ya que no se trata solo de lo que alguien busca individualmente sino de un grupo de personas preguntando, indagando, imaginando y presionando para probar lo que se encuentra en oferta", reflexionó.
Gente que abandona terapias cuya eficacia está comprobada después de años de investigaciones, enfermos que se resisten a iniciar un tratamiento porque apuestan a curas milagrosas. Más allá del derecho que cada uno tiene de tomar el camino que cree más adecuado para su vida, quienes trabajan en cuidados paliativos se encuentran más de una vez con que esas personas regresan con desesperación a la medicina de base científica cuando el recurso espiritual no los curó ni alivió los dolores físicos que la enfermedad provoca.
"Desde nuestra práctica como paliativistas, una práctica sustentada por evidencia científica y reforzada por años de atender pacientes con enfermedades complejas, invalidantes, amenazantes para la vida, podemos afirmar que nada de lo que se dijo en los últimos días es cierto: ni la enfermedad es culpa del paciente, ni el cáncer es la solución a ningún problema, ni la cura está relacionada con la personalidad, ni las pirámides cuánticas son el tratamiento ideal, ni hubo falta de perdón en el origen de ninguna enfermedad".
Los profesionales de la salud ven una amenaza en estas afirmaciones (sean proferidas por quien sea) ya que atentan contra los tratamientos y el estado anímico de los pacientes. "La gravedad está dada por la irresponsabilidad, por la falta de conocimiento científico y por la estafa moral y económica (esto sucede en muchos casos, digamóslo de una vez), que atentan contra personas vulnerables y desesperadas, como lo son los pacientes y sus familiares".