Las apuestas online que se ofrecen en forma virtual a través del teléfono encendieron el alerta tanto del Concejo Municipal como de la Legislatura santafesina. La Red de Ludopatías de Rosario también se sumó al debate para ofrecer una forma de abordaje desde los padres hacia los adolescentes “no desde la prohibición o el castigo y preguntarles qué se esconde detrás de ese modo de jugar”, sostuvo la psicóloga María Juliana Bottaini integrante de esta ONG.
Juegan en los recreos con los celulares, hablan de plata, los líderes de referencia de los grupos ponen de relieve la diversión de apostar. Una “moda” que puede representar un difícil obstáculo para sortear si la obsesión deriva en ludopatía. Facilidades no faltan. Perfiles falsos, dinero virtual, un cerco prohibitivo para los menores de edad fácil de saltar para zambullirse en el negocio de las apuestas o microapuestas.
Con esta importancia, el Palacio Vasallo puso un proyecto en consideración para formar talleres de prevención, y la Legislatura también trabaja sobre el tema. Las apuestas online en jóvenes constituyen una verdadera preocupación para los padres y las instituciones escolares.
Así lo constataron en la Red de Ludopatías, a partir de consultas que van desde asesoramiento a tratamientos. “En los adolescentes, encontramos un empuje al juego que responde muchas veces a evadir un sufrimiento que le es ajeno y desconocido. Un sufrimiento que encuentra su «modo de tratamiento» y salida, a partir de esta acción repetitiva, no pudiendo lograr que la palabra pueda contenerlo, pues se trata de una acción que sustituye el tratamiento por la palabra”, advierte Bottaini.
La tecnología está llevando la delantera respecto de la vida de las personas. Las máquinas adelantan los cambios en la sociedad. Si bien constituyen una herramienta eficaz a la hora de aprender, relacionarnos, entretenernos, no dejamos de vislumbrar que estamos ante un fenómeno que desemboca en una adherencia a los objetos tecnológicos. El mercado ofrece objetos y aplicaciones cada vez más novedosas que facilitan la vida, aunque para los especialistas, este fenómeno encierra una paradoja.
Según el uso que le da cada persona pueden llevar a la anulación del protagonismo en la vida que le cabe a cada uno. Y como se refiere en esta ONG, se produce una consecuencia: la subjetividad, la producción y la invención, es decir, lo propio y singular de cada uno, se pierde.
“En la adolescencia, momento fecundo de preguntas, inquietudes, inseguridades, se instala ferozmente el uso de las pantallas y el juego online, elevándose al cenit las apuestas deportivas, donde el dinero virtual complica aun más las cosas. La mirada de los adultos, en ocasiones impotente, se paraliza frente a estas ciberadicciones, no pudiendo encontrar herramientas adecuadas para abordarlas”, marcó Bottaini.
La psicóloga especialista en ludopatías prosiguió: “En la Red, tenemos la convicción que conviene acercarse a un adolescente no desde la prohibición o el castigo, sino desde la pregunta, una pregunta exenta de críticas, capaz de conmover ese lugar hipnótico y fijo que tiene frente a esa práctica que ya no puede controlar o manejar. Escucharlo, sin verdades absolutas ni caprichosas, solo escuchar amorosamente y abrir a que el joven se pregunte por qué hace lo que hace, con tanta pasión, para qué, y qué se esconde tras este modo de jugar. Intentando reemplazar la acción por la palabra”, aconsejó para destacar que este primer abordaje desde el ámbito familiar y educativo, pueden allanar el camino a otro momento, donde un psicoanalista podrá alojar, orientar y dar un tratamiento eficaz.