¿Cómo? A través de talleres de concientización sobre prevención y riesgos de las apuestas en línea destinados a los jóvenes destinatarios en los que especialistas podrán abordar con los adolescentes el riesgo de caer en una adicción, y las consecuencias sociales, financieras, cognitivas y afectación a la salud de los destinatarios. Además, se contempla un test anónimo para jugadores, herramientas para juego responsable y prácticas saludables vinculadas al deporte.
La iniciativa faculta al Ejecutivo a celebrar convenios con instituciones y el gobierno santafesino; al tiempo que exige se pongan en marcha campañas de difusión a través de las redes sociales y el sitio web oficial del municipio a los fines de ofrecer información relevante sobre la importancia de la prevención y abordaje de las apuestas en línea.
"Estamos generando mayores instancias de concientización en los riesgos de las apuestas online. A nivel país y en la provincia existe un vacío legal, pero desde el Concejo podemos avanzar creando este programa en contacto con escuelas y clubes para acompañar a los jóvenes. Existe un gran desnivel porque los mecanismos de apuestas son muy masivos, con influencers que difunden mensajes y sin los requisitos suficientes para que no participen menores de edad. Por eso hay que poner en marcha todos los resortes del Estado para prevenir ludopatías", indicó a La Capital el autor del proyecto.
Desde la ONG “Si nos reímos, nos reímos todos”, Arístides Álvarez planteó a este diario que a diferencia de generaciones pasadas, los adolescentes de hoy pueden acceder a plataformas de apuestas con facilidad y de forma sencilla, ya sea con fondos virtuales o reales. Esta accesibilidad puede conducir a problemas de adicción al juego en una etapa temprana de sus vidas.
Síntomas de ludopatía
El cambio conductual de quienes empiezan a desarrollar una ludopatía es llamativo. Buscan volver a jugar para recuperar el dinero perdido, engañan a la familia o amigos pidiendo dinero para otros fines, no logran controlar esta dependencia con el juego, y quieren utilizar el juego como excusa para solucionar otros problemas, lo que lleva a mostrarse inquietos, distraídos de sus obligaciones escolares e irritables.
"Es importante detectar a tiempo estas patologías, realizar talleres para prevenir a los jóvenes y alertar a los progenitores; particularmente en función de quienes tienen baja autoestima o pasan mucho tiempo en videojuegos; puede llegar a tratarse de una enfermedad, de un trastorno del control de impulsos que conlleva a la necesidad patológica de seguir jugando a pesar de las consecuencias negativas que esto puede tener en la vida personal, emocional, familiar, social y laboral", describió Alvarez.
Mientras en Córdoba se sancionó la ley de juego online luego de años de oposición que entró en vigencia el 21 de noviembre del 2023, en Santa Fe se está trabajando en un proyecto de ley para reformar la ley actual de juegos online, donde se incluya la prohibición específica y proactiva a menores de edad, campañas de prevención y capacitación a adultos responsables (familias, docentes de escuelas y profesores de clubes).
Diversas ONGs locales en conjunto con Córdoba, Buenos Aires y Entre Ríos buscan avanzar en conjunto sobre la adecuación de las leyes vigentes.
"Es conocido que al momento de loguearse como usuarios en un sitio de apuestas, los chicos declaran ser mayores de edad y no hay un debido cotejo de la identidad al respecto, que es uno de los puntos fundamentales", subrayó Álvarez al indicar que el juego online fomenta más aún el aislamiento y el menor movimiento o escaso estímulo físico. Incluso existen videojuegos que, sin tratarse de apuestas, fomentan la compra de un acceso a premios sorpresa (loot boxes o cajas de botín) para progresar o desbloquear distintas instancias dentro de un juego. en esta línea, aparece la sensación de angustia, irritación o fracaso al no obtener el bonus o herramienta que los jugadores esperaban obtener, por lo que agregan dinero para seguir intentando obtener lo deseado o necesario para seguir jugando".
Esta estudiado que se genera una dependencia, mínimamente de tiempo, lo que ya afecta en los horarios de descanso, estudio o un esparcimiento necesario de actividad física. Las alertas se vuelven a encender con más síntomas: no querer ir a comer y compartir la mesa familiar, y de este modo se afecta la vida personal y familiar.
El caso Tony
En septiembre pasado, Antonio "Tony" Fernández, el jovencito de 17 años y estudiante del Superior de Comercio estuvo ausente de su hogar en Pueblo Esther por una semana y encendió la angustia del colegio, la preocupación de sus pares y el alerta en la opinión púbica sobre las derivaciones del caso.
"Nos enteramos que chicos de los primeros años juegan online por dinero y están felices de poder ganar, en poco tiempo, por ejemplo, 2 mil pesos. Eso sí, no cuentan cuánto pierden y menos qué hacen con ese dinero, y son menores", había declarado en su momento el director del Superior, Pablo Alessandroni, quien se animó a arrojar una segunda hipótesis tras las charlas con profesores y alumnos. "Esto comenzó con las billeteras virtuales, los adultos les transfieren dinero allí, donde hay publicidad de todo tipo y acceden a casinos virtuales".
Un casino al alcance de la mano con solo activar el celular y en donde parece que todo apunta a promover el juego sin restricciones de edad, un peligro latente aún sin un freno concreto desde el Estado.
Cajas como anzuelos
Miradas, es una ONG viene hace tiempo investigando el mundo del gaming, que tiene cada vez más atrapados a los jóvenes.
"Tenemos desde edades más tempranas a chicos siendo usuarios de la industria gamer que proporciona a sus consumidores experiencias cada vez más atractivas para así estimular su consumo", sostuvo la referente de la entidad, Sabrina Quinteros.
En el marco de esas técnicas, nacieron las loot boxes (cajas de recompensas). "Estas cajas son introducidas en el juego a fin de obtener alguna recompensa al azar. Lo podemos ver en juegos como Roblox, al adquirir algún arma, vestimenta, personajes mediante una microtransacción de carácter onerosa. En un simple paso, llenar datos de una tarjeta y hacer click para aceptar la transacción", detalló la especialista.
Esa vinculación de lo “atrapante” de las cajas de recompensa tienen un impacto preocupante y negativo en los niños que las utilizan.
"Y el mismo efecto producen en nuestro cerebro las apuestas deportivas; altos niveles de dopamina por esperar resultados y ver si ganamos", apuntó Quinteros. Otra forma que ha ido creciendo entre adolescentes en el último tiempo. Y en donde se invita desde una figura pública o influencer a ser parte de esas plataformas.
"De este modo, se puede provocar un adicción al juego, similar a las de las tragamonedas, con la diferencia de no ser mayores y sin la posibilidad de autoexcluirse cuando la conducta del juego es una ludopatía", prosiguió la abogada de Miradas al advertir: "En el caso de Argentina, no existe legislación que regule a los videojuegos en relación con las loot boxes".
Sin embargo, otros países han implementado distintas medidas, como la verificación de identidad mediante técnicas biométricas, restricciones de edad para la utilización de experiencias de azar, divulgación de probabilidades y límites de gasto más la prohibición de publicidad de plataformas de juego virtual sobre todo de los influencers con miles de seguidores o figuras públicas reconocidas.
"Creemos necesarias las políticas públicas que adopten una línea de trabajo con todos los actores a fin de concientizar, comprender y acompañar a los jóvenes y sus familias a tramitar los entornos digitales de forma segura. De estas forma, podríamos protegerlos y mitigar los riesgos asociados con estas prácticas", finalizó.