Los defensores de los acusados de integrar la banda de Los Monos presentaron ayer sus alegatos de apertura en el juicio. En una suerte de hoja de ruta de sus estrategias, los datos duros y técnicos del expediente quedaron en un segundo plano. Como era de esperar, el planteo giró sobre el contexto político de la causa, con la figura del juez instructor Juan Carlos Vienna en el centro de la escena. Dijeron que el magistrado fue funcional a un momento de la provincia en el que "se reclamaba mayor activismo en la lucha contra el narcotráfico y la violencia". Y que para saciar esos intereses se erigió como "enemigo público" a la familia Cantero.
Con ese planteo en común se expresaron los abogados de los 25 acusados: 12 civiles y 13 integrantes de fuerzas de seguridad acusados de colaborar con una organización que obtenía rédito económico de la violencia y el narcotráfico. Los abogados del núcleo duro fueron los primeros en hablar. Señalaron que el juez Vienna no actuó de forma imparcial sino impulsado por intereses personales, "signado por su relación con Luis Paz", el empresario y manager de boxeo padre de Martín "Fantasma" Paz, cuya ejecución a tiros el 8 de septiembre de 2012 dio origen a la pesquisa contra la banda, sospechada de encargar el crimen.
Desmesura
Lejos del nerviosismo del primer día, en un clima más distendido, catorce abogados hicieron uno tras otro uso del micrófono para resumir sus críticas a la acusación. Hubo matices pero todos coincidieron en tildar de "desmesuradas" las penas pedidas por los fiscales.
El martes el fiscal Gonzalo Fernández Bussy solicitó 41 años de cárcel para Ramón "Monchi" Machuca como jefe de la organización e instigar cuatro homicidios; y 24 años para su hermano de crianza Ariel Máximo "Guille" Cantero, también como jefe de la banda y por ejecutar al dueño del boliche frente al cual habían asesinado a su hermano, Claudio "Pájaro" Cantero. Para el resto solicitaron penas que van de los 3 a los 14 años de cárcel.
Para marcar distancia y contrastes, los defensores recordaron que en un fallido acuerdo abreviado de 2015 la Fiscalía le otorgaba a "Guille" 7 años de prisión y ahora reclama más del triple. "¿Cuándo estaban disvariando? ¿En aquel entonces o ahora?", comparó Fausto Yrure, abogado de Ramón Machuca. Su par, Carlos Varela, fue más lejos y habló de una "voracidad punitiva" y una "postura bélica" de los fiscales.
Frente al embate acusatorio, los defensores cuestionaron la causa desde el origen. Entre alusiones al contexto político del momento la calificaron como una "caza de brujas" donde bastaba la "portación del apellido Cantero" para caer en la red. Denunciaron construcciones mediáticas e injerencias del gobierno en el Poder Judicial.
Con esas alusiones los abogados intentan demostrar que el juez Vienna fue arbitrario al direccionar la causa hacia Los Monos. En un razonamiento en cadena, plantean que al estar la prueba contaminada desde la primera escucha hasta la última jornada de este juicio oral deberían declararse nulas.
"Han estigmatizado a la familia Cantero", arrancó Yrure en nombre de "Guille", "Monchi" y sus laderos, Leandro Vilches y Emanuel Chamorro. Sobre ellos, dijo el defensor, recayó una "enorme publicidad negativa" que los erigió en el "enemigo público más indeseado de la provincia". "Los delitos que les imputan gozan de la peor prensa", calificó. Y no pidieron absoluciones porque apuestan a la caída de la causa.
"Si tuviéramos que titular nuestra teoría del caso sería la del fraude a la imparcialidad —siguió Yrure—. Eso tiene como responsable a Juan Carlos Vienna. Fue quien ordenó todas las escuchas telefónicas, las prórrogas, las indagatorias, las detenciones. Es decir, la totalidad de la investigación. Y su intervención ha resultado totalmente parcial".
Contexto político
Según los abogados, para acreditar que el juez fue parcial no precisarán demostrar sus motivaciones y consideraron que Vienna se nutrió de dos fuentes: el contexto político y su vínculo con Paz. Así, situaron la génesis de la causa de Los Monos en otra causa de repercusión pública: la detención del ex jefe de la policía santafesina Hugo Tognoli, en octubre de 2012, bajo sospecha de brindar protección a narcos del sur provincial. Casualmente, los juicios por las dos causas terminaron superpuestos: el ex jefe policial está siendo sometido a juicio oral desde agosto en la Justicia federal.
El abogado Carlos Edwards —ex defensor de Tognoli— dijo que esa detención produjo tal sacudón político que el ex gobernador Antonio Bonfatti llegó a hablar de un riesgo de "intervención" a la provincia; mientras el diputado kirchnerista Andrés Larroque calificaba al gobierno provincial de "narcosocialista". A partir de entonces "la provincia comenzó a demostrar un inusitado activismo en la persecución de delitos".
Desde septiembre de 2012 Vienna investigaba el homicidio de Martín Paz. "Sin embargo cambia el objeto procesal de esa causa, en una verdadera metamorfosis jurídica, a partir de una supuesta investigación policial de la División Judicial denominada «Sicarios»", dijo Edwards, y afirmó que "la causa instruida por Vienna ha sido la respuesta política ante el reclamo de combate al narcotráfico".
La otra fuente de la cual se nutrió la alegada parcialidad del juez, según los defensores, fue su relación presunta con Luis Paz. Edwards dijo que cuando mataron a Martín Paz el propio "Pájaro" Cantero (asesinado ocho meses después) estuvo en la escena y fue testigo de actuación. Es que era desde hacía cinco años pareja de la hermana de Martín, Mercedes Paz. En los partes policiales del caso "se decía con contundencia que la actividad de Martín Paz era el narcotráfico, eso provenía del análisis de su celular", dijo el abogado, y advirtió que sin embargo "ninguna acción investigativa realizó Vienna contra el entorno de Paz, sí lo hizo con la familia Cantero".
Los vínculos
Los abogados remarcaron que Vienna y Paz hicieron en simultáneo dos viajes a Estados Unidos en 2013 a ver boxeo. Que la primera orden de escuchas se despachó ocho días antes del primer vuelo, el 22 de abril. Y a once días del regreso, el 26 de mayo, mataron al Pájaro. Un crimen por el que cuatro años más tarde Luis Paz fue interrogado bajo una leve sospecha de instigación. Cinco días después de ese crimen que cambió el tablero de la agenda policial (hubo en 48 horas cinco asesinatos en venganza) Vienna ordenó "múltiples allanamientos y detenciones de la familia Cantero y su entorno".
La trama judicial que comenzó a tejerse desde entonces, según las defensas, cargó de estigma a sus clientes bajo el mote de Los Monos hasta cobrar ribetes ficcionales. Carlos Varela marcó ese aspecto al recordar que sus clientes inspiraron "licencias literarias, historias de vida", pero que dentro del juicio deberá probarse lo que se diga de ellos.
Un "festín"
"Todos pudimos asistir al festín de la política mezclada con la Justicia", dijo el defensor del policía Angel Avaca, Gabriel Navas, quien recordó retieradas visitas al juzgado del ex funcionario de Seguridad Matías Drivet.
Por fuera de esos trazos gruesos, los profesionales deslizaron otros planteos que serán motivo de discusión en el juicio. Uno fue el fuerte ataque a la figura de asociación ilícita, tildada incluso de inconstitucional. Los letrados dijeron que un grupo de personas no es una organización delictiva sostenida en el tiempo. Y que algunos acusados fueron vinculados por su cercanía, parentesco o simple intercambio telefónico.