El gobierno colombiano esterilizará la próxima semana a uno de los hipopótamos llevados al país sudamericano por el narcotraficante Pablo Escobar, ya que la especie no para de reproducirse y ya representa una amenaza para la población y el ecosistema local.
Es en el marco de un plan de manejo trazado para controlar a esta población, que no solo contará con esterilizaciones —40 por año—, sino también con traslado y eutanasia ética.
Así lo confirmó la ministra colombiana de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, quien indicó que en lo que resta de año la proyección es esterilizar a 20 hipopótamos, para pasar a esterilizar 40 al año a partir de 2024.
El plan de manejo pensado para esta especie invasora se planteó a 20 años a futuro, aunque Muhamad espera que se pueda reducir este tiempo a la mitad.
Cada esterilización cuesta cerca de 9.800 dólares y es una operación “compleja y costosa”.
Puede durar entre seis y siete horas —si es hembra es más complicada, según los expertos— y tiene riesgo tanto para los animales, por el proceso de anestesia o complicaciones que lleven a su muerte, como para los expertos que llevan a cabo el proceso, explicó Muhamad en una rueda de prensa que reproduce la agencia noticiosa EFE de España.
De mascotas de Pablo Escobar a especie invasora y superpoblación
Colombia enfrenta el problema de los hipopótamos desde hace 30 años, cuando Escobar los introdujo en el país como parte de su “zoológico” privado.
Con su muerte a manos de la Policía en 1993, los animales escaparon y encontraron en la región del Magdalena Medio un hábitat perfecto, con toda la comida que necesitan, un clima propicio y sin enemigos naturales.
Sin embargo, se convirtieron en un “ingeniero ecosistémico”, se expandieron y son “animales territoriales, con altísima agresividad y un vector de enfermedades” para la fauna local. En la actualidad, la población es de 169 paquidermos que viven en un área de influencia de unas 48 mil hectáreas.
Junto con la Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare (Cornare), el Ministerio de Ambiente esterilizará al primer especímen la semana que viene, “pero no será suficiente”.
No podemos controlar la población solamente con la esterilización”, alertó Muhamad.
Por eso también forman parte del plan de manejo el traslado -hay una oferta estudiada y avanzada de India para llevarse 60 hipopótamos- y también la “eutanasia ética”. “Ninguna de las tres es efectiva por sí sola”, pero es importante que se adelanten de forma simultánea, explicó la ministra.
“Buscamos controlar la expansión de la población y que se mantengan en núcleos cerrados” para que, con el tiempo, cuando dejen de reproducirse se extingan por sí solos en el país, sobre todo porque “estamos en una carrera contra el tiempo en términos de impactos ambientales y ecosistémicos”.
También tienen impacto en las comunidades que conviven con ellos. En ese sentido, el abril pasado, un hipopótamo murió después de que chocara contra un vehículo cuando transitaba por una autopista, dejando a dos personas heridas.