En un mundo cada vez más tecnologizado, plagado de celulares, computadores, televisores y redes sociales, donde pareciera ser que estamos más comunicados, se incrementa el aislamiento social. En la "hiperconectividad" pocas veces paramos para mirarnos a los ojos, abrazar a un amigo, jugar con los niños y deleitarnos con la belleza de la naturaleza. En contraposición a esta tendencia, el tango puede funcionar como una invitación a abrazarse, sentir y dejarse llevar por la música. Así lo piensa Analía del Giglio, rosarina, que vive en Berlín, y se desarrolló como dj de tango en Milonga Las Chirusas, espacio que ella misma dirigió entre los años 2004 y 2012 en nuestra ciudad. Es una apasionada y estudiosa de su trabajo, actitud que le abrió las puertas para atravesar el mundo con su investigación acerca del tango. Actualmente lleva recorridas más de 200 ciudades en 30 países de 3 continentes, y luego de diez años, abocada a esta tarea artística y de producción, está contenta del trayecto recorrido y con nuevas ideas y proyectos.
—¿Qué valor tiene el abrazo de tango?
—Todo lo que nos rodea está relacionado íntimamente a la tecnología y a lo virtual, en cualquier parte del mundo te encuentras en una mesa seis computadoras y seis personas que intercambian palabras mirando una pantalla, la gente camina con auriculares, en los trenes o buses todos van mirando sus manos y hasta se ha eliminado la llamada telefónica con los mensajes instantáneos, entonces el abrazo del tango viene a ser una especie de salvación desde mi punto de vista. Invita a sentir el latido del corazón del otro, su perfume, su respiración y perder la noción del tiempo, entonces allí el mapa emocional cambia rotundamente. Es una actividad real, presente, donde se vinculan diferentes actores que hacen un momento único, el tango une el mundo con el abrazo, de ahí viene precisamente el Festival del Amor y Abrazame, dos producciones en las que participo en la ciudad de Rosario.
—¿Qué observas acerca de la particularidad del baile de tango?
—Desde adentro de la pista como bailarina un vínculo directo al corazón y desde afuera como musicalizadora, aprender y observar cómo impacta la cultura del tango en los diferentes países del mundo. Cómo lo siente un italiano, un alemán, un checo, un turco o un ruso. Cómo conectan y están atravesados ellos a partir sus costumbres, y todo lo que tiene que ver con la mezcla cultural porque es en definitiva parte de la historia del tango y tengo la maravillosa posibilidad de vivir esta experiencia. Los rusos por ejemplo siempre están como enojados pero cuando van a bailar ponen mucha emoción. Mientras que los alemanes son más técnicos a la hora de bailar y los más cercanos a los argentinos son los turcos e italianos. De todos modos este género musical es un gran vehículo de seducción. Los roles femeninos y masculinos están marcados, y la mujer quiere sentirse contenida en el abrazo.
—¿Cómo es tu estilo de sonido a la hora de poner música en una milonga?
—Yo soy bastante romántica, eso dice la gente. Tengo tangos favoritos y tandas muy personales, donde la gente que circula por los eventos del mundo puede reconocerme, tengo un gran amor por Pugliese y Pacho y también preferencias por ciertos compositores, músicos y orquestas con una tendencia marcada entre los años 30 a 45 que es casi el 75 por ciento de la música que esperan los bailarines, mi propuesta más genuina a los bailarines, amar los tangos.
—¿Cuál es tu mirada sobre la función del disc jockey en una milonga?
—La función del disc jockey es hacer bailar a la gente acá, allá y en la China. El musicalizador de una milonga no es básicamente un DJ, ya que no hace experimentos, simplemente utiliza el código tango que es música registrada que los animadores/musicalizadores entregamos al público ordenada de una manera personal y ellos la bailan. El desafío del musicalizador de tango es mezclar una noche con sonidos, orquestas, cantores, épocas y temáticas donde lo más importante sea lograr la apertura del canal emocional en los bailarines.
—En Argentina, Buenos Aires es el punto de referencia del tango. ¿Cómo lo ves posicionado a Rosario en ese sentido?
—Si Buenos Aires es la capital de tango, en este sentido Rosario tiene particularidades con el género y también historia en la ciudad pero está claro que esta música no nos representa, que es algo casi misterioso que estando solo a 300 km de la meca jamás escucharás un tango en un taxi en esta ciudad. Por eso la idea del Festival del Amor que se desarrolla el próximo febrero está basada en viajar en busca de tu abrazo con puntos de encuentro más regionales y con el objetivo de unir desde adentro, no de entender, si de sentir.
Apasionada del tango, La Rubia además escribe e investiga sobre las orquestas y el sonido. Si bien ahora está viviendo en Berlín, no "tiró el ancla" ahí. Y siempre que puede se hace un tiempo para visitar Rosario, y organizar propuestas culturales que no pasan desapercibidas, actualmente desarrolla con amigos "Abrazame" escuela de Tango y Matinée en la sociedad Libanesa de Rosario (Italia 1075) y el próximo febrero la segunda entrega del Festival del Amor.