El misterioso hallazgo de 26 orcas muertas pertenecientes a una extraña y poco conocida subpoblación genética, denominado “Tipo D”, sorprendió en la costa de Tierra del Fuego, donde un equipo de biólogos del Conicet se encuentra estudiando el varamiento de estos ejemplares.
Este acontecimiento, sin precedentes para la región, se produjo en la bahía San Sebastián, al norte de la isla, y se trata del tercer registro mundial de este tipo de evento y el primero en la costa atlántica fueguina, según consignó la agencia Noticias Argentinas.
El hallazgo se convirtió en un suceso de gran relevancia científica, por lo que dos ejemplares serán analizados para poder dar con la causa de la muerte de la manada.
Dicho descubrimiento tuvo lugar a comienzos de septiembre, luego de que los cadáveres fueran encontrados en la región norte de Tierra del Fuego. A partir de allí, un equipo de especialistas del laboratorio de Investigaciones en Mamíferos Marinos Australes (Imma) del Conicet iniciaron los trabajos.
orcas tierra del fuego (1)
En primera instancia, se dio el hallazgo de dos ejemplares, pero unas semanas después los guardaparques provinciales informaron la presencia de otros individuos varados, los cuales desde el Imma confirmaron que se trataba de la misma especie y que el número total de animales afectados ascendió a 26.
Un hallazgo extraño
Según los informes difundidos, las orcas de la subpoblación genética D son distinguibles a las demás gracias a una mancha blanca postocular muy pequeña, una cabeza de forma más voluminosa y redondeada, y la “montura” (mancha gris detrás de la aleta dorsal) menos notoria. Además, estos individuos habitan la zona subantártica y se mueven en grupos numerosos.
El primero de los varamientos de este tipo se dio en Nueva Zelanda en 1955, con 17 animales involucrados, y el segundo fue en el Estrecho de Magallanes con 9 ejemplares, lo que resalta la importancia de este caso en Tierra del Fuego.
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Es por eso que el equipo de científicos llevó a cabo necropsias a los animales, tomaron muestras de piel para diversos estudios y recuperaron los cadáveres para continuar la investigación en el laboratorio.
Los informes arrojaron que ninguno de los ejemplares presentaba signos de interacción con actividades humanas, pero continúan trabajando para recabar toda la información disponible y determinar las causas del varamiento.