Carlitos Balá, actor cómico que hizo reír a generaciones de argentinos, falleció este jueves a las 21.30, según confirmó la nieta del intérprete Laura Gelfi. Tenía 97 años y desarrolló una larga y exitosa carrera televisiva y cinematográfica, a lo largo de la que protagonizó programas, película y espectáculos teatrales dedicados a los niños
“Estamos devastados pero unidos y así se fue él, con la familia unida y mucho amor”, dijo con tristeza la joven sobre el deceso de su abuelo, quien pocas horas antes de fallecer había ido internado en el Sanatorio Güemes, en Buenos Aire, debido a una descompensación producto de una baja de presión.
Emblema de la infancia de toda una época, cuya vigencia perduró a lo largo de varias generaciones, Carlitos Balá había sido homenajeado en 2017 en la Cámara de Diputados de la Nación por su "trayectoria artística y su aporte a la cultura popular".
"Aquí llegó Balá", "qué gusto tiene la sal", el "gestito de idea", son apenas algunas de las frases de sus shows que quedaron sellladas en la historia y fueron una marca registrada de su identidad.
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El mismo año en que fue homenajeado en el Congreso de la Nación, el 2017, Balá recibió también el diploma de Ciudadano Ilustre en un homenaje que se le realizó en la Legislatura porteña.
A principios de ese mismo año había recibido también una Mención de Honor en los premios Estrella de Mar, en tanto en 2016 lo homenajearon en los premios Gardel, y fue declarado "Embajador de Paz" en el Vaticano.
Actor, comediante, humorista, músico, Carlitos Balá -cuyo nombre real era Carlos Salim Balaá Boglich- había sido internado ayer de urgencia en el Sanatorio Güemes, de la ciudad de Buenos Aires, tras haber sufrido una descompensación.
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Había nacido el 13 de agosto y pasado a la fama con el mítico "El show de Carlitos Balá", un emblema de la infancia para muchas generaciones.
A lo largo de su vida disfrutó de las mieles del éxito, pero también cosechó el cariño de grandes y chicos a quienes hizo reír desde sus primeras incursiones en la escena argentina. En 1958 integró el famoso trío cómico Balá, (Jorge) Marchesini, (Alberto) Locati, que fue presentado por Antonio Carrizo en la legendaria Radio El Mundo y logró gran popularidad hasta 1960.
Su carrera se consolidó en la televisión y el cine. Escribieron para él cotizados guionistas, como Gerardo Sofovich ("Balamicina"), Abel Santa Cruz ("El soldado Balá"), Aldo Cammarota ("El flequillo de Balá"), Mesa, Basurto y Garaycochea ("El clan Balá"). Participó con "Balabasadas" en el programa "Sábados circulares" de Nicolás Mancera y tuvo su propio circo ("El circo mágico de Carlitos Balá"), con el que recorrió el país.
A partir del suceso de "Canuto Cañete, conscripto del siete", que tuvo varias versiones, participó en 18 películas, entre las que se destacan "El tío disparate", "Esto es alegría" y "Qué linda es mi familia". Su carisma, pero sobre todo su humor blanco, se ganaron el corazón de los espectadores que festejaban sus ocurrencias con grandes ovaciones, allá donde fuera con su carpa mágica.
Carlitos Balá es uno de los artistas más queridos del público y especialmente los nenes de unas cuantas décadas. Inventó el “chupetómetro”, una especie de construcción donde se invitaba a los chicos a abandonar el chupete.
Sus frases son marcas registradas del humor nacional y muchos las usan en cualquier oportunidad. Algunas de ellas son: “¿Qué gusto tiene la sal? Salado”; “Ea-ea-ea-pe-pé”; “Mamá ¿cuándo nos vamo’?”; “Está un kilo y dos pancitos”; “Más rápido que un bombero”; y “Sumbudrule”. Estas frases y muchas más están incluidas en el libro "Aquí llegó Balá: la fabulósica vida de Carlitos", que recorre su vida, infancia, juventud y su consagración como artista popular.
Claro está, se hizo acreedor del Martín Fierro como premio a su trayectoria y Laura Franco, más conocida como Panam, le dedicó su propio Martín Fierro por su participación en los videos musicales.
"Ya van cuatro generaciones que me siguen, contando ésta de Panam. Hay que entenderlos. Tienen otros chiches, pero siguen siendo chicos. No tengo tiempo para estar triste, tengo alegrías que me eclipsan. Y hago reír todo el día. En los aviones me pongo a bailar con las azafatas. La fórmula es recibir cariño. Yo soy de espíritu joven. El cariño te rejuvenece. Todo el mundo debería recibir cariño, pero está el poder adelante y nadie la quiere entender. Yo tengo cerca el cementerio de la Recoleta y digo: 'Así terminamos todos', dijo Carlitos Balá antes del homenaje que le hicieron, en 2017, en la Cámara de Diputados.