Siria dio ayer su aprobación al plan de tregua de Rusia y Estados Unidos, que podría desembocar en la primera campaña militar de ambos países contra los yihadistas, mientras que la oposición siria mostró su cautela. El acuerdo firmado el viernes en Ginebra entre el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, entrará en vigor mañana, primer día de la fiesta musulmana del Eid al Adha.
La agencia gubernamental siria SANA informó que "el gobierno aprobó el acuerdo, y el cese de hostilidades comenzará en Alepo por razones humanitarias". "Esta tregua puede ser más eficaz que la precedente porque puede detener los bombardeos (del gobierno sirio) contra los civiles y la oposición", afirmó el emisario estadounidense para Siria, Michael Ratney, refiriéndose al anterior acuerdo al que llegaron en febrero Moscú y Washington que fue violado a las pocas semanas. Según Ratney, los combates deben detenerse mañana para una primera tregua de 48 horas.
Ambas potencias respaldan bandos opuestos en el conflicto: mientras que Moscú apoya al régimen del presidente Bashar Assad, Washington ayuda a la coalición de rebeldes que considera moderados.
El cierre de la iniciativa de paz se produjo tras una maratoniana reunión de más 12 horas en Ginebra en un nuevo intento de frenar un conflicto que ha dejado más de 290.000 muertos y millones de desplazados hacia Líbano, Turquía y la Unión Europea (UE).
Oportunidad. Tanto Kerry como Lavrov dijeron que el complejo plan es la mejor oportunidad para acabar con la guerra entre el régimen y los rebeldes y seguir atacando a los yihadistas del antiguo Frente Al Nusra, antes afiliado a Al Qaeda, y al grupo yihadista Estado Islámico.
La espinosa cuestión de la salida de Assad sigue estando en el aire. Mientras que las potencias occidentales abogan porque el presidente sirio deje el cargo, Rusia lo apoya. Un punto clave del acuerdo es la entrega de ayuda humanitaria a los civiles que viven en las áreas controladas por los rebeldes en Alepo, segunda ciudad de Siria, asediada por el gobierno.
Rusia también tendrá que convencer a la fuerza aérea siria de que deje de bombardear las zonas controladas por los rebeldes, mientras que Estados Unidos deberá conseguir que los grupos de la oposición se desvinculen del antiguo frente Al Nusra, ahora llamado Frente Fateh Al Sham.
Desde las Naciones Unidas, el enviado especial para Siria, Staffan de Mistura, declaró que el pacto de cese del fuego suponía una "ventana de oportunidad" y que empezaría a consultar a las partes con vistas a reactivar los diálogos de paz.
Por otro lado, el ejército israelí indicó que había disparado hacia posiciones militares sirias tras la caída de un "proyectil" proveniente de Siria en los Altos del Golán, ocupados por Israel.