Luego del fracaso de las negociaciones entre Rusia, Estados Unidos y la Otán la semana pasada para evitar una escalada bélica en Ucrania, la tensión es máxima. En este grave contexto, Rusia y su aliada Bielorrusia desarrollan ejercicios de combate en las fronteras con la Unión Europea y Ucrania. Pese a todo, siguen adelante nuevas conversaciones, pero sin resultados hasta ahora. Estados Unidos y la Unión Europea aplicarían en caso de invasión sanciones financieras severas a Rusia. Pero Vladimir Putin parece enfocado en lograr una victoria militar y territorial, algo que le daría laureles entre su electorado nacionalista.
Rusia y Bielorrusia justificaron unos ejercicios militares "improvisados" de preparación al combate en las fronteras de la Unión Europea y de Ucrania, en tanto los esfuerzos diplomáticos por una desescalada parecen estancarse, mientras Joe Biden envía a su canciller a Kiev.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, viajará este miércoles a Ucrania, donde se reunirá con el presidente de ese país, Volodímir Zelenski, para tratar la amenaza rusa, después de varios contactos diplomáticos con Moscú durante la semana pasada que arrojaron nulos resultados.
Este martes, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, declaró tras una reunión con su homóloga alemana, Annalena Baerbock, que Moscú "está ahora esperando respuestas" a sus propuestas "para continuar las negociaciones". Pero fuera de Alemania, país con grandes intereses económicos en Rusia,
Pero antes de estas últimas conversaciones, luego de la ronda sin resultados de conversaciones de la semana pasada, las autoridades rusas dijeron que esas negociaciones fracasaron. Un alto funcionario lamentó el "callejón sin salida" y señaló que no tiene sentido continuar reuniéndose después de que Estados Unidos y la Otán descartaran de plano una de las principales exigencias de Rusia: que Ucrania, Georgia y otras naciones, incluidas Suecia y Finlandia, no se sumen a Otán. Todas esas naciones están bajo amenaza militar directa de Rusia y en el caso de Ucrania tienen parte de su territorio invadido y anexado de facto por Rusia. También Georgia sufrió una quita similar luego de una breve guerra con Rusia en 2008.
El viernes, las fuerzas militares rusas anunciaron un "chequeo relámpago" de la capacidad de las unidades militares emplazadas en el extremo oriente para desplazarse velozmente a larga distancia.
“Desde mi punto de vista, el panorama empeoró”, tuiteó Michael Kofman, director de estudios rusos en el Centro de Análisis Navales.
Las advertencias de Rusia son inequívocas: está dispuesta a utilizar la fuerza militar para imponer su exigencia central, que Ucrania jamás se convierta en miembro de la Otán, tal como planteó el viceministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Ryabkov quien calificó esa exigencia de "innegociable". "Nuestra paciencia se agotó”, agregó su superior, el ministro de Relaciones Exteriores Serguei Lavrov.
Sobre las maniobras en Bielorrusia de este martes, "los ejercicios de preparación y de combate se realizan debido a la agravación de la situación político-militar en el mundo y al aumento continuo de las tensiones en Europa, sobre todo en las fronteras oeste y sur de Bielorrusia", dijo el Ministerio de Defensa bielorruso. Se trata de unas maniobras "improvisadas", aseguró, algo que resulta poco creíble, dada la complejidad de las operaciones en curso.
Bielorrusia limita con Polonia, Lituania y Letonia, todos miembros de la Otán y adversarios de Rusia. La posición geográfica de Bielorrusia y su alianza y subordinación a Rusia son un factor clave en cualquier confrontación bélica con Ucrania, dado que las tropas rusas podrían ingresar a este país desde Bielorrusia. Asimismo, también en caso de conflicto armado con Polonia y las repúblicas bálticas Bielorrusia sería una plataforma de lanzamiento ideal para las tropas rusas.
El viceministro ruso de Defensa, Alexander Fomin, informó a 98 agregados militares extranjeros radicados en Moscú que esas maniobras se iban a celebrar, con el fin de "repeler una agresión externa", según reportaron las agencias rusas. Fomin explicó que para los ejercicios se desplegarán dos sistemas tierra-aire S-400 y 12 cazas Su-35.
Desde el lunes circulan videos por las redes sociales en los que se ven trenes cargados de equipos militares y tanques blindados rumbo a la frontera occidental de Rusia. Bielorrusia divulgó imágenes de un tren cargado de vehículos del ejército y de un militar bielorruso recibiendo a los soldados con pan y sal, el regalo de bienvenida tradicional. Los vagones plataformas llevaban nombres de ciudades rusas.
Rusia invadió y anexó Crimea en 2014 y armó, incluso con tanques y artillería. a los separatistas prorrusos del este de Ucrania, lo que dio lugar a una guerra intensa que dejó 14 mil ucranianos muertos. Las dos provincias orientales de Ucrania, que forman el llamado Donbás, quedaron en manos de los rebeldes que responden a Moscú.
Rusia se considera "víctima" de las "ambiciones" de la Otán en Europa del este. Por eso exige como condición sine qua non que la Alianza se comprometa públicamente a no aceptar el ingreso de Ucrania, Georgia, Suecia y Finlandia, algo que sabe inaceptable es para los occidentales.
Entretanto, el Reino Unido anunció el envío de misiles antitanque a Ucrania, mientras Kiev se quejó de que Alemania se negó a darle ayuda militar similar. Alemania tiene grandes compromisos económicos con Rusia. Desde la caída de la URSS en 1991, Alemania se erigió en un gran inversor extranjero en Rusia.
Contra lo que se cree, Ucrania nunca recibió material militar estadounidense o europeo en cantidades relevantes. Solo ahora, cuando ya parece tarde, se apresuran algunos envíos de misiles antitanque y radares de parte del Pentágono y Londres. Cuando fue la crisis de 2014, el gobierno del entonces presidente Barack Obama se negó a enviar armas a Kiev, con el argumento de no alimentar una escalada bélica. Esto benefició claramente al bando ruso. Bajo Donald Trump, y pese a los vínculos del republicano con Putin, se reforzó en alguna medida a las fuerzas ucranianas, pero nada comparable al armamento masivo que Rusia entregó a los separatistas prorrusos.
El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, y el canciller de Rusia, Serguei Lavrov decidieron este martes, tras una conversación telefónica, que necesitaban reunirse en persona. Viajarán a Ginebra, Suiza, este viernes para hablar de la situación en Ucrania e intentar reducir las tensiones.
Blinken aprovechará su viaje a Europa para reiterar el compromiso "inquebrantable" de su país en la protección de la soberanía de Ucrania. El secretario de Estado estadounidense viajó este martes a la noche a la capital ucraniana, Kiev, donde se reunirá con el presidente Zelenski y el ministro de Asuntos Exteriores, Dmitro Kuleba. Luego partirá a Berlín para verse con la ministra de Asuntos Exteriores germana, Annalena Baerbock, antes de finalmente llegar el viernes a Suiza.
Suecia, miembro de la Unión Europea pero no de la Otán, reforzó el fin de semana su contingente militar en la isla de Gotland, una especie de portaaviones natural plantado en el centro del Mar Báltico. La isla figura en los planes de ataque de Rusia, en caso de una guerra generalizada con las naciones occidentales europeas.
El gobierno sueco justificó el movimiento militar por el aumento de la presencia de navíos y aeronaves rusas en la región y por la tensión entre Rusia y Ucrania. El despliegue en Gotland, donde había un pequeño destacamento militar, se hizo en los últimos días con vuelos de transporte de tropas y el uso de los grandes ferries.
A la isla llegaron más tropas pero también material pesado como carros de combate y piezas de artillería. Los gobiernos de las tres pequeñas repúblicas bálticas (Estonia, Letonia y Lituania) habían pedido al gobierno sueco que reforzara su presencia militar en Gotland, que todos ven como un obvio objetivo de Rusia en la región báltica.
Peter Hultqvist, ministro sueco de Defensa, dijo que "está claro que hay un riesgo y que no podemos descartar un ataque contra Suecia. Si pasa algo no nos van a encontrar durmiendo la siesta, es importante enviar la señal de que nos tomamos la situación en serio”.
La policía sueca detectó la semana pasada un dron de gran tamaño no identificado sobrevolando al menos una de las cuatro centrales nucleares del país y el Palacio Real en Estocolmo.
Suecia aumentó considerablemente su gasto militar en los últimos años tras haberlo reducido drásticamente desde el final de la Guerra Fría y tras sufrir varios incidentes en el que estuvieron implicados cazabombarderos rusos (que incluso simularon un ataque aéreo a Estocolmo) y un submarino ruso, que se paseó por las aguas del archipiélago de la capital sueca sin que las Fuerzas Armadas suecas pudieran impedirlo. Estos movimientos han alimentado el debate sobre si Suecia debería ingresar en la Otán, una discusión que también crece en Finlandia. Por ahora, el veto de los socialdemócratas suecos, principal partido del país, hace imposible solicitar formalmente el ingreso en la Alianza Atlántica.
A pocos kilómetros de Gotland, por el fondo marino del Báltico, pasa el Nordstream II, el nuevo gasoducto ruso-germano que duplicará el suministro de gas natural a la economía alemana a cambio de dar a Rusia una llave maestra, la de poder dejar sin gas a países como Ucrania o Polonia y seguir vendiendo gas a Europa occidental. El gasoducto, ya concluida su construcción, está en fase de autorización por las autoridades alemanas.
¿Hay que usarlo para presionar a Rusia? La UE cree que sí y el gobierno alemán está dividido: los socialdemócratas creen que no, los liberales dudan y los ecologistas creen que sí.
La cumbre de ministros de Defensa de la Unión Europea celebrada el pasado jueves en la ciudad francesa de Brest mostró esas diferencias. Tras la reunión, el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, dijo: “Con seguridad el funcionamiento de esa infraestructura dependerá del desarrollo de los acontecimientos en Ucrania y de la actitud de Rusia”. Estados Unidos, Ucrania, buena parte de los gobiernos europeos y los ecologistas alemanes (en la coalición de gobierno) respaldan a Borrell.
Pero la ministra de Defensa alemana, Christine Lambrecht, dijo tras la misma reunión: “No deberíamos arrastrar (el gasoducto) a este conflicto. Tenemos que resolver el conflicto negociando, tenemos una oportunidad y tenemos que usarla más que dedicarnos a conectar proyectos que no tienen conexión con este conflicto”. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, agregó que ligar el Nordstream II con la situación en Ucrania era “absurdo”: “es un proyecto puramente comercial”. Pero Rusia ha usado en el pasado el gas como un arma. En 2014 congeló sus envíos de gas a través de Ucrania, por ejemplo, castigando en pleno invierno a su vecina y a las naciones europeas.
El presidente del Comité Militar de la Otán, almirante Rob Bauer, consideró "preocupante” que Rusia pueda trasladar misiles a Venezuela y Cuba, como amenazó recientemente la Cancillería rusa. "No es territorio de la Otán, Venezuela y Cuba, pero puedo imaginar que hay países, aliados, que están preocupados por tal posibilidad", indicó Bauer.
El militar respondió a las declaraciones del viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, quien afirmó al canal de televisión ruso RTVI que Estados Unidos y la Otán dijeron “no” a las demandas de Rusia sobre Ucrania, Georgia, Finlandia y Suecia, y descartó una pronta reanudación de las negociaciones con Occidente. Al ser preguntado sobre las medidas de respuesta de Moscú, Riabkov no descartó el despliegue de misiles en Cuba y Venezuela. “No quiero confirmar nada, ni descartar nada”, señaló.
Bauer aseguró no haber “visto el mensaje” de Riabkov, y que por tanto no podía dar “una respuesta militar”. No obstante, consideró “preocupante si Rusia lleva misiles a otros países que puedan tener un impacto en la seguridad”. Ni Caracas ni La Habana parecen haber sido consultadas previamente por Moscú, que involucró así a las dos naciones latinoamericanas en el lejano conflicto ucraniano.