Las fuerzas rusas cañonearon la asesiada ciudad de Severodonetsk, en el extremo este de Ucrania, y los dos bandos libraban batallas campales en las calles, que según el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky podrían decidir la suerte de la región del Donbas. La ciudad es el objetivo prioritario del ejército ruso desde hace semanas, cuando Rusia resignó avanzar en otros frentes luego de duras derrotas y concentró sus esfuerzos en el Donbas.
Tras una serie de reveses en tres meses de guerra, Rusia apunta a quedarse con el Donbas, una región industrial de minas de carbón y fábricas que ya había conquistado parcialmente en 2014. Pero por la violencia aplicada en esta ofensiva, solo se quedará con ruinas deshabitadas, tal como ya hizo en la sureña Mariupol.
El método adoptado por el ejército ruso, aleccionado por sus derrotas en Kiev, Chernigov y Járkov entre otras ciudades, se parece más al lento procedimiento de la Primera Guerra Mundial. Primero lanza masivos ataques de artillería, que pueden durar horas, y posteriormente avanza su infantería, sobre montañas de escombros. Este método le ha permitido a Rusia lograr avances muy limitados y enfocados en objetivos de valor secundario, como Sevedoronestk, una ciudad que tenía unos 100 mil habitantes antes de la invasión rusa.
Por todo esto y por la feroz resistencia ucraniana, y tal como ha sucedido en otras partes, la ofensiva rusa es lenta y la morosa batalla de Severodonetsk se ha convertido en bombardeos de artillería y aéreos, y fuertes escaramuzas callejeras. "Las batallas encarnizadas continúan en la ciudad misma, hay batallas callejeras con diversos resultados en las manzanas de la ciudad'', dijo el gobernador de Luhansk, Serhiy Haidai, a The Associated Press. "El ejército de Ucrania combate por cada calle y casa''.
Severodonetsk, que se convirtió en la capital administrativa de la región de Luhansk después que los separatistas prorrusos tomaron la original en 2014, es el último reducto de la provincia de Luhansk que Rusia aún no ha tomado el control. Luhansk, que junto con Donestk, constituyen el Donbas.
El miércoles por la noche, Zelensky indicó que el combate por Severodonetsk era el "epicentro'' de la batalla por Donbas y uno de los más difíciles de la guerra. "En muchos sentidos, es allí donde se decide la suerte de nuestro Donbas'', dijo Zelensky en su mensaje nocturno por video.
Haidai agregó que las fuerzas rusas también atacan la ciudad vecina de Lysychansk con "cañoneo día y noche'', a la vez que tratan de tomar por asalto la ruta crucial de Lysychansk a Bakhmut.
Una ofensiva propagandística
El valor estratégico de Severodonestk es casi nulo, pero su valor propagandístico es importante para el Kremlin, que necesita ofrecer una victoria a su población, cansada de tres meses de guerra y decenas de miles de soldados rusos caídos. En la revista Time, el analista Frederick W. Kagan consideró: "La lucha por Severodonetsk es una operación de información rusa en forma de batalla. Uno de sus principales objetivos para Moscú es crear la impresión de que Rusia ha recuperado su fuerza y que ahora va a arrollar a Ucrania. Esa impresión es falsa". El especialista agrega que el ejército ruso en Ucrania "es cada vez más una fuerza gastada que no puede lograr una victoria decisiva si los ucranianos resisten". La ofensiva rusa en Lugansk es la apuesta desesperada del que se juega lo último que puede reunir en materia de combate ofensivo con la esperanza de quebrar la voluntad de sus enemigos de seguir luchando. "No hay grandes reservas rusas que vengan detrás de esta fuerza para llevar sus éxitos adelante". Por el contrario, Putin la ha creado el grupo de batalla que ataca Severodonestk "privando a otros ejes clave de las fuerzas que necesitan para defenderse de los contraataques ucranianos". Es probable que esta ofensiva culmine pronto, ya que incluso este avance lento agotará las fuerzas que lo llevan a cabo. Entonces, Putin no podrá lanzar otra durante bastante tiempo, estima Kagan.