Los combates en el extremo este de Ucrania, en la región de Donbas, entre tropas rusas y defensores ucranianos escalan a nivel de "máxima intensidad”. Kiev alerta que allí las fuerzas de Rusia son “netamente superiores” en número y armamento. Rusia logró tomar en las últimas horas la ciudad de Limán, pero a la vez las tropas rusas enfrentan un estancamiento en Severodonetsk, en el extremo este del frente. Analistas occidentales con acceso a información de inteligencia militar notan que la ofensiva rusa está estancada hace semanas y no logra una ruptura decisiva del frente, aún cuando Moscú redujo drásticamente sus operaciones ofensivas, reduciéndolas a un saliente en torno a Severodonetsk y sus cercanías. Moscú no solo renunció a otros frentes sino que incluso en el Donbas retiró tropas del saliente de Yzium, que amenazaba con una gran ruptura del frente y podía capturar a miles de efectivos ucranianos, para reforzar la ofensiva en Severodonestk.
Al cumplirse tres meses del inicio de la invasión rusa de Ucrania, la Fuerza de Tarea Conjunta, como se llaman las unidades ucranianas desplegadas en el Donbas, las más experimentadas y mejor equipadas del país, dijeron en un comunicado que el enemigo atacó o bombardeó 41 localidades o pueblos de las dos provincias vecinas que forman la región, Lugansk, al norte, y Donetsk, al sur.
El nivel de destrucción causado por la agresión rusa en el área central del Donbas se parece cada vez más a la destrucción total de Mariupol, la ciudad "liberada" por Rusia al precio de destruirla por completo y matar al menos 22 mil de sus habitantes. Mariupol se hallla en el extremo sur del Donbas, sobre el mar de Azov. Ciudades como Kramatork, Severodontesk y Bakhmut, entre muchas otras, registran una enorme destrucción de sus viviendas, calles y edificios públicos.
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La destrucción de las ciudades es una constante de la agresión de Rusia contra Ucrania. Según Moscú está "liberando" estas localidades de los "nazis", pero nadie cree en esta propaganda.
Algunas de las hostilidades más cruentas se centran en Severodonetsk y en su ciudad melliza de Lisichansk, que el ejército ruso bombardea sin cesar e intenta cercar y tomar desde hace semanas. Pero pese a lo insostenible que parece la situación en estas localidades, ubicadas en una cuña de territorio aún dominado por Ucrania, el mando militar ucraniano se muestra confiado en poder sostenerlas en su poder. "Ucrania no parece dispuesta a replegarse, por más que los análisis militares indiquen que hacerlo es lo más lógico", señalaba ayer el portal de Revista Militar, un medio especializado español que sigue la guerra con gran detalle. Pero este medio destacaba que Rusia sí había logrado apoderarse de Limán, al noroeste de Severodonestk, y que los ucranianos al parecer deberían retirarse al otro lado del río Donestk en ese punto del frente.
En Rusia, el Ministerio de Defensa dijo que fuerzas que operan en Ucrania destruyeron una gran unidad militar ucraniana y todo su equipamiento en un ataque a una estación de trenes en el Donbas. Ninguna fuente independiente pudo confirmar esta afirmación rusa, como se habitual.
El presidente ucraniano Volodimir Zelenski alertó que la situación en el Donbas era “extremadamente difícil”, y “el enemigo es netamente superior en términos de equipo y número de soldados”, dijo el presidente en su habitual mensaje nocturno a la nación. Por esto, volvió a reclamar: “Necesitamos ayuda de nuestros socios y especialmente armas”.
La gravedad de la situación en un sector muy limitado del Donbas puede ser real, pero en todo caso sería una derrota local que obligaría a entregar Severodonestk y su zona y no una catástrofe general. Los rusos dejaron de presionar en Yzium, más al este de Limán, por ejemplo, donde durante semanas intentaron una rotura del frente que sí hubiese tenido importancia estratégica, dado que hubiese permitido encerrar a miles de soldados ucranianos ubicados más al este de esa ciudad.
El jefe de gobierno de Alemania, el canciller Olaf Scholz, dijo en Foro Económico de Davos que el ruso Vladimir Putin “ya no ha logrado sus objetivos estratégicos”. Agregó: “No podemos permitir que Putin gane la guerra y estoy convencido de que no lo hará. Hasta ahora no ha logrado ninguno de sus objetivos estratégicos, y uno de ellos, el de ocupar toda Ucrania, está ahora más lejos que nunca”.