Roma.— El primer ministro italiano, Romano Prodi —con su gestión al borde del colapso
por la pérdida de un aliado— pidió ayer un voto de confianza en ambas cámaras del Congreso,
una arriesgada jugada que podría provocar su caída. La última crisis del frágil gobierno de
centroizquierda comenzó la semana pasada, cuando el ministro de Justicia Clemente Mastella renunció
y días después retiró de la coalición gubernamental a su partido Udeur, con lo cual dejó al
oficialismo en minoría en el Senado.
Se trata de la tercera vez que Il professore se somete a un voto de
confianza. Prodi se declaró confiado en superar nuevamente la moción. “Pienso lograrlo,
incluso esta vez”, expresó.
En un encendido discurso de 20 minutos en el Congreso, el premier
reconoció que existe una “crisis” en su gobierno, pero aseguró que “sólo el
Parlamento puede decidir el destino del gobierno, y no informaciones de agencias o debates de
televisión”.
Prodi se refería así a la conducta de Mastella, que dimitió tras verse
envuelto en un escándalo de corrupción, y que el lunes anunció que dejaba de apoyar al gobierno
desde su pequeño partido. El premier señaló que la decisión de Mastella estuvo motivada “por
el caso judicial que lo implicó a nivel personal y policial”.
Momentos de decisión. La votación en la Cámara de Diputados está prevista para hoy a la
tarde, mientras que la del Senado se realizará mañana a partir de las 20 (hora local).
Aun sin el partido Udeur, la coalición de centroizquierda dispone de una
mayoría suficiente en Diputados como para que el voto de confianza a favor de Prodi salga adelante.
Sin embargo, en el Senado, el gobierno se queda en minoría sin los tres
senadores del partido de Mastella. Hasta ahora disponía en esa cámara de una mayoría muy débil de
158 bancas frente a las 156 de la oposición, y tuvo que basarse en varias ocasiones, debido a
disputas en el seno de la coalición, en el apoyo de los senadores vitalicios. Para superar el voto
de confianza, lo necesitaría también en este caso.
Prodi presentó ante los diputados un balance positivo del trabajo
realizado por su gobierno, para pedir su respaldo parlamentario. “Este gobierno ha resucitado
al país”, aseguró el premier. “Además ha recuperado la confianza en Europa, ha puesto
fin a la aventura del compromiso italiano en Irak y ha actuado a favor de la paz en el mundo, por
ejemplo, en el conflicto del Líbano”, añadió.
Prodi pidió la aprobación del Parlamento para poder continuar el curso
de su mandato hasta el final del período legislativo en 2011, pese a la baja popularidad que las
últimas encuestas otorgan al gobierno desde hace meses.
Piden la renuncia. Los líderes de la oposición, incluyendo al ex jefe de gobierno Silvio
Berlusconi, exigieron la dimisión de Prodi, argumentando que el gobierno ya no dispone de mayoría
parlamentaria. “Espero que podamos acudir directamente a nuevas elecciones”, dijo ayer
Berlusconi.
El segundo partido de centroderecha, el conservador católico UDC,
también pidió la renuncia de Prodi, pero no dejó claro si, en el caso se instaurarse un gobierno de
transición, lo respaldaría.
Debate y amenazas. También entre el centroizquierda se debatía ayer si, en el caso del
fracaso de Prodi en la moción de confianza, debería nombrarse un gobierno de transición, sobre todo
para saque adelante el referéndum sobre la reforma del derecho electoral.
Los pequeños partidos como el de Mastella temen una reforma de ese
derecho, que fortalecería a los partidos mayores para hacer que el país sea más fácil de gobernar y
no dependa de los dictados de pequeñas agrupaciones.
La moción de confianza prevista para hoy coincidirá con un voto de
censura en el Senado contra el ministro de Medio Ambiente, Alfonso Pecoraro, debido al escándalo de
la basura en Nápoles. Pecoraro había amenazado con retirar a su partido de la coalición si el voto
de confianza se dirigía exclusivamente contra él.