Unos sesenta pasajeros viajan amontonados en una cabina semejante a una jaula. Varios cuelgan del estribo. Van en uno de los camiones que autoridades venezolanas ofrecen como solución a la crisis del transporte y que han ocasionado accidentes fatales. Lejos de prohibirlos por sus condiciones inseguras, varios gobernadores y alcaldes oficialistas activaron su propia flota gratuita de "perreras", como se conoce a estos vehículos por su parecido con los empleados antaño para recoger a los perros callejeros. Unas 55 muertes se produjeron desde abril por el uso de medios improvisados como las perreras, denunció la semana pasada una comisión del Parlamento, de mayoría opositora. Solamente el siniestro de un camión dejó 16 fallecidos en mayo en Mérida (oeste). Otra víctima fue Fernando Moreno, de 63 años, quien cayó cuando subía a "una perrera" el 15 de junio en La Yaguara (norte), según testigos. Son "lo más feo que hay. Es como que te montaras en una jaula ganadera", comentó José Miguel, albañil de 20 años que vive en Caracas.