Bogotá.— Clara Rojas, la compañera de fórmula de la ex candidata presidencial Ingrid
Betancourt, estuvo secuestrada por las Farc durante cinco años y diez meses. En su largo cautiverio
vivió el drama de ver nacer y de ser separada de su hijo Emmanuel, producto de una relación con un
guerrillero raso. Sus familiares y amigos la recuerdan como una mujer estudiosa, abnegada y
entregada completamente a su trabajo.
Rojas fue secuestrada junto a Betancourt el 23 de febrero de 2002,
cuando se movilizaban entre la ciudad de Florencia y San Vicente del Caguán (sur), una de las cinco
localidades despejadas militarmente durante los frustrados diálogos de paz entre el presidente
Andrés Pastrana (1998-2002) y las Farc.
Las dos aspirantes por el partido independiente Verde Oxígeno acudieron
a la localidad, pese a la advertencia que las autoridades les habían hecho sobre el riesgo que
corrían sus vidas en esa zona, ya que tres días antes se habían roto los acercamientos de paz entre
las partes.
Un par de días después del secuestro, las Farc dijeron a Rojas que
podría irse, pero ésta, en solidaridad con Betancourt, decidió quedarse. Esta abogada bogotana, que
actualmente tiene 44 años, jamás se imaginó que este gesto le iba a costar el largo cautiverio que
tuvo que padecer.
Clara es la menor de cinco hijos del matrimonio Rojas González. Su
primer contacto con Betancourt se dio en 1991, cuando trabajaron en el entonces Ministerio de
Comercio Exterior, que dirigía el actual ministro de Defensa, Juan Manuel Santos.
Durante el cautiverio de Rojas el grupo insurgente sólo envió dos
pruebas de vida suyas: una en la que aparece sentada al lado de Betancourt (2002) y otra en la que
envía un saludo a su madre, Clara González (2003).
En el primer video, Betancourt aclaró que decidió viajar a San Vicente
del Caguán pese a las advertencias, para “cumplir la palabra empeñada de apoyar a quienes
estaban sufriendo” en medio de esa guerra.
Los primeros rumores sobre el nacimiento del hijo de Rojas llegaron en
abril de 2006, cuando el periodista Jorge Enrique Botero aseguró en su libro “Ultimas
noticias de la guerra” que la aspirante a la vicepresidencia había tenido un hijo con un
guerrillero raso. En el texto Botero afirma que el bebé fue concebido de una relación sentimental
entre Clara y el rebelde, y descarta que haya sido producto de una violación.