La presidenta socialista de Chile, Michelle Bachelet, concretó un cambio de gabinete con vistas a mejorar su brusca caída de popularidad. Los cambios principales son los de los ministros de Interior y de Hacienda. La hegemonía de los dos principales partidos de la coalición oficialista, el socialismo y la democracia cristiana, se sigue manteniendo en el gabinete de ministros.La mandataria cambió a nueve de sus 23 ministros y mantuvo su línea de incluir a políticos jóvenes.
Catorce meses después de haber asumido su segundo gobierno y con un nivel de popularidad históricamente bajo (29 por ciento), Bachelet declaró que "hoy es tiempo de dar un nuevo impulso a la tarea de gobierno, y en esta nueva fase tan exigente como inspiradora, se requiere poner renovadas energías y rostros nuevos", señaló la mandataria. En reemplazo del ministro de Interior Rodrigo Peñailillo, que también era jefe de ministros, asumió el ministro de Defensa Jorge Burgos (demócrata cristiano) y en Hacienda salió Alberto Arenas y entró Rodrigo Valdés, un economista que hasta ayer presidía el directorio del Banco del Estado. Anteriormente fue jefe del banco de inversión Barclays para América latina y trabajó para el Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington. Su llegada al cargo fue muy bien recibida por los mercados (ver aparte).
Final para dos. Con Peñailillo y Arenas salen de escena las dos figuras predominantes del "bacheletismo", y potencialmente presidenciables en un futuro. Los nuevos ministros debutan en las carteras de Interior, Hacienda, Secretaria General de la Presidencia, Secretaría General de Gobierno, Defensa, Justicia, Trabajo, Desarrollo Social y Cultura y Artes.
La mandataria, que se encuentra en los más bajos niveles de aprobación en sus dos gobiernos con un 29 por ciento, instó a los nuevos ministros a honrar "la transparencia y la probidad que nos demandan''. Peñailillo, que acompañaba desde hace una década a Bachelet en distintos cargos, era criticado por la falta de diálogo y por imponer reformas, como la del sistema electoral, sin escuchar a la oposición. Su reemplazante Burgos es conocido por su estilo dialogante. Peñailillo además perdió credibilidad al difundirse que antes de llegar al gobierno asesoró a un criticado operador político oficialista que recaudó fondos de la empresa SQM, propiedad de un ex yerno de Augusto Pinochet. La Justicia investiga si ese dinero se usó en la campaña electoral de Bachelet de 2013.
Por su parte, Arenas despertaba la resistencia del empresariado, también por su falta de diálogo sobre la reforma tributaria. Es el primer ministro de Hacienda removido de su cargo desde 1990 tras el retorno de la democracia. Jorge Mas Figueroa, presidente de la Cámara Chilena de la Construcción, dijo que espera que el nuevo gabinete "se caracterice por un mayor diálogo y voluntad de entendimiento con el sector privado''. Agregó que el diálogo es necesario "para construir consensos amplios en torno a las importantes reformas que está impulsando y, a su vez, para recuperar la confianza entre los distintos actores sociales''.
El diario La Tercera vio en el cambio de ministro económico un cambio sustancial. "La principal sorpresa del cambio de gabinete fue la salida de Alberto Arenas. Una reforma tributaria mal planteada desde el inicio, que tuvo que ser corregida en el Senado, y malos indicadores económicos generados en parte por la falta de confianza del sector privado (que representa el 80 por ciento de la inversión en el país) en su gestión, explican esta caída de quien fuera el hombre de mayor confianza de la presidenta en materias económicas y regulatorias", comentó el columnista Clemente Alvarez. "Arenas suele afirmar que lo que importa no es sólo la economía, sino que también, o incluso más, la «economía política». Tal vez ese fue su principal error. Lo que importa es que el ministro de Hacienda asegure buena economía: crecimiento, bajo desempleo, tranquilidad al inversionista. No hay mejor economía política que una buena economía", remató el comentarista de La Tercera. En esta misma línea, Alberto Salas, presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio, enfatizó que es fundamental, "mejorar las expectativas, para así aumentar la inversión, el crecimiento, el empleo y el bienestar para todas las personas''.
El diario El Mercurio señaló por su lado que "junto con renovar las confianzas con el sector privado, Rodrigo Valdés tendrá que enfocarse en los proyectos de fortalecimiento de la libre competencia" y anticorrupción. Tendrá que desarrollar una guía contra el lavado de dinero y anticorrupción en los servicios públicos y perfeccionar la normativa de compras públicas.
Imagen golpeada. Marcelo Mella, analista político de la Universidad de Santiago de Chile, dijo a AP que el cambio busca tener personas que "sean intachables'' y que la coalición oficialista EM_DASHque va desde la centrista democracia cristiana al partido comunistaEM_DASH deberá construir "consensos sobre los temas sustantivos'', como un posible cambio a la Constitución legada por la dictadura. Bachelet está salpicada por la especulación inmobiliaria de su hijo y su nuera, que le significaron una fuerte pérdida de credibilidad y creciente desconfianza. La familia de la mandataria es investigada judicialmente por tráfico de influencias y uso de información privilegiada.