Escribo esta carta para felicitar y agradecer al personal de la guardia y del tercer piso, ya sea los abnegados y pacientes enfermeros, médicos —los de guardia— y al personal de limpieza que con profesionalismo y gran pasión cumplen sus funciones en el vetusto y obsoleto Pami 2. Pero con gran pesar deseo reclamar que se tomen medidas correctivas contra las empleadas de la oficina de turnos que torturan a los pobres ancianos que concurren a solicitar los turnos correspondientes para poder ser atendidos por los médicos especialistas. Pedí el libro de quejas y me contestaron que no existía, me indicaron que debía dirigirme al directorio en el segundo piso del edificio anexo, adonde concurrí y no encontré ni el loro. Espero que por este medio alguna autoridad lea y tome medidas para esas dos inadaptadas sociales que con la radio a toda pila para no escuchar, sin dar su nombre cuando se les requiere y con total indiferencia "torturan" a esa generación a la cual le debemos nuestra vida.