La histórica ciudad de Palmira no sufrió daños desde que los insurgentes ultrarradicales del Estado Islámico arrebataron su control a Siria la semana pasada, informó ayer el jefe de antigüedades del país. Maamoun Abdulkarim aseguró que todavía teme que el grupo yihadista pueda hacer destruir los vestigios romanos de 2.000 años de antigüedad, en los que se encuentran tumbas y el templo de Bel, que podría ser considerado como idólatra en su estricta visión del Islam. Aun así, Abdulkarim dijo que "la histórica ciudad está bien. Hasta ahora no hay daños". El responsable sirio citó contactos con gente que se encuentra en la ciudad situada en el centro de Siria. Palmira, también conocida como Tadmur, es uno de los lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Un video publicado ayer en YouTube a través de una cuenta de apoyo al EI mostraba a Palmira supuestamente después de que los yihadistas se hicieran con su control, el 20 de mayo último. En la grabación, cuya autenticidad no pudo ser verificada, no se aprecian destrozos en el lugar ubicado en el este de la provincia central siria de Homs. El video comienza con imágenes de la urbe moderna de Palmira y, acto seguido, aparecen las ruinas donde no se ve ningún combatiente del EI, quienes tomaron la ciudad el miércoles 20 de mayo. Una de las imágenes aparece humo negro elevándose detrás de los vestigios, pero no parece que ninguno de los lugares históricos haya sufrido daños durante la semana de combates. El video dura un minuto y 27 segundos, y no tiene sonido.
Dramático pedido. El director general de Antigüedades y Museos de Siria lamentó que "la comunidad internacional no haya hecho nada para impedir la entrada del EI en Palmira", pese a los llamamientos de las autoridades del país árabe.
En el pasado, los islamistas radicales destruyeron lugares arqueológicos en Siria e Irak, e incluso llegaron a grabar los destrozos en videos con fines propagandísticos.
El avance en Siria de la organización fundamentalista, de orientación sunita, generó una masiva movilización de distintos grupos shiítas para apoyar en la lucha al gobierno de Bashar Assad y defender lo que ellos consideran "lugares santos" que suelen ser objetos de ataques por parte de los invasores. De acuerdo a lo revelado por distintas fuentes, la lucha shiíta no sólo está enfocada contra el EI sino también contra el Frente al Nusra —vinculado a Al Qaeda— y contra las brigadas sunitas sirias enroladas con los rebeldes opositores.
En tanto del otro lado de la frontera, las fuerzas iraquíes, ayudadas por shiítas, lanzaron ayer una operación con el objetivo de aislar a los yihadistas en la provincia clave de Al Anbar, antes de intentar retomar su capital, Ramadi. El anuncio de la operación se realizó un día después de que la Casa Blanca declarara que había intentado rebajar las tensiones con Bagdad, después de que el secretario de Defensa estadounidense, Ashton Carter, hubiera acusado al ejército iraquí de adolecer de una falta de voluntad frente al EI.
Ramadi, capital de la provincia de Al Anbar, la mayor de Irak, había resistido durante meses al asalto de los yihadistas, que finalmente la conquistaron el 17 de mayo después de una amplia ofensiva y una retirada caótica de las fuerzas iraquíes.