¿Qué es un éxito de taquilla? Todos los años se estrenan filmes argentinos que animan las salas, pero en los últimos años las cifras fueron notables. Por ejemplo, la recaudación total entre 2009 -año de estreno de “El secreto de sus ojos”- y 2014 -con el récord de “Relatos salvajes”- pasó de casi 462 millones de pesos a 2.009 millones. Algunos de los motores del fenómeno fueron “El secreto de sus ojos”, “Relatos salvajes” y “El clan”, que se transformaron en las más vistas, además de traer un Oscar a Argentina y marcar récords históricos. Pero, ¿por qué estas tres películas y no cualquiera de las casi 150 que se filman por año en Argentina?
Primero los números. Los filmes de Juan José Campanella, Damián Szifron y Pablo Trapero llevaron en conjunto al cine a casi 9 millones de personas. Y “El clan” sigue sumando. Segundo, los elencos, con los nombres más convocantes, como Ricardo Darín o Guillermo Francella, que se reiteran en los primeros puestos a lo largo de esos cuatro años; tercero, el tipo de producción y la distribución, y cuarto, el género, que en esos casos fluctúa entre el policial y el thriller, con distintos grados de violencia, suspenso o humor negro, referencias a la realidad o películas directamente inspiradas en ella.
Dos reconocidos profesionales de Rosario analizaron junto a Escenario las razones del éxito. Gustavo Postiglione, director de “El asadito” y “Días de mayo”, y que el 2 de noviembre próximo estrena su thriller “Brisas heladas”, y Jorge Besso, psicoanalista y docente en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario, enfocaron el fenómeno desde diversos ángulos, en un abordaje multifacético y enriquecedor que potencia y le da una renovada lectura a las estadísticas.
“Quizás en todas estas películas tan taquilleras se han conjugado varios elementos”, dijo Postiglione y refirió los elementos que posibilitaría una convocatoria masiva. “Si bien existen estrategias de marketing, no hay determinadas reglas que puedan establecer determinados éxitos, salvo la conjunción de muchas cosas. Primero tenés que hacer una película que sea buena, que tenga algo atractivo, seductor. Si a su vez a eso le sumás elementos como son actores que naturalmente llevan gente donde vayan, desde Darín a Francella, pasando por una cantidad de otros actores que son convocantes”.
Pero eso no es todo, explicó el director. “Tenés un producto atractivo, actores convocantes, y a su vez todas estas películas están sostenidas por multimedios. Hay un canal grande detrás, una distribuidora internacional y productores internacionales. Es decir que son productos argentinos pero están lanzados en el mercado argentino como si fueran productos de Hollywood porque tienen todo el mecanismo de lanzamiento. Son películas que tienen salida de entre 180 y 200 salas, y algunas veces más. Salir en 200 cines a la vez, hoy en Argentina, es la salida que puede tener quizás un tanque de Hollywood o similar. Ya con eso entrás en una liga, por decirlo de alguna manera, diferente a la que puede tener otra película argentina”. A esas variables, Postiglione le añade la presencia en festivales, premios, el boca a boca, la presencia en los medios, además de un buen actor en una buena película. “Tendría que ser algo muy loco para que no funcione”, resumió.
Las cifras. Así lo corroboran los números. En una industria nacional que no deja de crecer, las películas argentinas brillan por derecho propio en base a su calidad, elencos o producción, y no es extraño entonces que en ocasiones disputen la cantidad de butacas al cine extranjero. Según datos del Sistema de Información Cultural de la Argentina, el período 2009-2014 de cantidad de espectadores y recaudación comienza con 95 películas argentinas y se incrementa hasta llegar a las 172, mientras que los filmes que llegan del exterior se mantienen constantes en un promedio de 210. Esas cifras tuvieron un reflejo explosivo en lo económico. En ese mismo período se registró un incremento exponencial que fue de los 461.564.810 millones de pesos de 2009 a los 2.008.836.755 millones de 2014.
En cuanto al género, policial, thriller o casos reales o que evocan la realidad, como “El clan”, puede ser un atractivo, pero no sería determinante, opinó Postiglione. “Sabemos que el thriller es de los géneros más constantes y más populares. Eso también te da una puerta. Sumado que quizás en el caso de «El clan» está basado en un hecho real. Eso no sé hasta dónde puede ser atractivo, pero supongo que sí. «El secreto de sus ojos» tenía algo vinculado con lo real o con la historia argentina. Pero «Relatos salvajes» no, va para otro lado”, afirmó y añadió: “Como espectador miro de todo, pero cuando no tenés ganas de pensar demasiado ver una película policial es más fácil que meterte a mirar un drama que venga de Irán”.
Postiglione relativizó la violencia y sus distintos grados como recurso para convocar público. “Si pensás en la historia, en la década del 70 y el auge que tuvieron los policiales neoyorquinos como «Sérpico», “Contacto en Francia», «El padrino», «Calles salvajes», «Taxi Driver», esos sí que eran violentos y eran exitosos. Creo que la violencia siempre es algo que está presente. Que esté presente de una manera más candente, donde digamos que Rosario es una ciudad donde parecería que el hecho de la violencia fuera una moneda corriente, de charla de los medios, no sé hasta dónde eso influye directamente en que si hacés una película la gente la a ver. Hasta te podría decir que que podría ser contraproducente. Si hay tanta violencia en la calle yo quiero ir al cine a ver otra cosa”, afirmó.