El primer templo católico de Buenos Aires, la iglesia de San Ignacio, que estuvo en serio riesgo de colapsar en el casco histórico del barrio porteño de Montserrat, ya casi ha sido reconstruido luego de su rescate que comenzó en el 2003.
El primer templo católico de Buenos Aires, la iglesia de San Ignacio, que estuvo en serio riesgo de colapsar en el casco histórico del barrio porteño de Montserrat, ya casi ha sido reconstruido luego de su rescate que comenzó en el 2003.
Si bien aún resta terminar algunos trabajos sobre la fachada de la calle Alsina y los claustros, más la restauración de un par de retablos en su interior, el edificio construido en 1722, que tuvo rajaduras de varias decenas de metros, fue asegurado sin alterar su estilo original.
Los estudios realizados establecieron que las rajaduras del frente se produjeron por una filtración de agua en el túnel que pasa bajo el altar mayor, lo que afectó a una columna de carga de la estructura.
Los especialistas fortalecieron las paredes de ladrillos unidos con barro, paja y bosta de hasta 1,14 metro de espesor inyectándoles cemento o masa epoxi, y luego se hizo lo mismo con los cimientos. También colocaron dos piezas de acero inoxidable que atraviesan la estructura superior y delante del altar instalaron otra estructura similar a una percha, de modo que todo el edificio quedó a salvo de movimientos y vibraciones. La iglesia construida por los jesuitas, todavía cuenta con sus ladrillos originales, más largos que los actuales que se conservaron bastante bien. l (Télam)