Pasadas las 18.30 del último domingo una lancha de Prefectura Naval Argentina halló el cuerpo de un muchacho flotando en el río Paraná. Estaba maniatado de pies y manos. Lo habían matado de un balazo calibre 38 que le perforó la cabeza, a la altura de la oreja derecha. Para fondearlo le ataron una llave cruz industrial de gran tamaño al cuello. Tenía un tatuaje en el antebrazo izquierdo con el nombre de "Santino". Llevaba entre 10 y 15 días sin vida y lo identificaron la noche del lunes de primavera.
Minutos después de que los noticieros del lunes dieran a conocer la noticia y la descripción dada por el fiscal Adrián Spelta, un vecino del barrio Municipal habló con este redactor. "Sé quien es el muerto que encontraron en el río. Era Fideíto, un soldadito de Alexis. El lo mato porque Fideíto planeaba entregarlo. Hace una semana me dijeron que él lo había matado y yo no lo creía, pero con la descripción del cuerpo miré una foto y es él".
Con el correr de las horas se estableció que el cuerpo hallado en el agua era el de Yail Gabriel Arzuaga, de 18 años, conocido como "Fideo" y con antecedentes penales. Al menos en dos de ellos, según fuentes de la causa, por hechos cometidos en compañía de Alexis, hijo del asesinado ex barra brava de Newell's Roberto "Pimpi" Camino.
Al pasar los días la versión de que Alexis estaba detrás de ese crimen fue en aumento. Y de ese relato se hizo eco el fiscal Florentino Malaponte, a cargo de la investigación. El viernes a la mañana Alexis, asistido por su abogado Marcos Cella, se presentó en Tribunales en una audiencia de apelación en otra causa que lo tiene implicado: la del crimen de Claudio Fernando Ruiz, acribillado con 11 tiros en abril de 2012 en el barrio Municipal. Luego, sobre el mediodía, se sentó en un bar durante 45 minutos a responder preguntas de La Capital y a vociferar su inocencia en el crimen de "Fideíto".
En ese marco, el abogado Marcos Cella, defensor de Alexis Camino, expresó que el adolescente "está a disposicion de la Justicia y si es necesario se presentará para aclarar su situación". Además, expresó que su cliente "acompaña a la familia de ‘Fideo', que era su amigo". Todos los comentarios que están haciendo sobre Alexis son infundados y la Fiscalía no debería perder tiempo en él sino en buscar pistas verdaderas", agregó el profesional.
Un hermano. "Para mí era como un hermano. Lo llevé a vivir a mi casa porque lo habían echado de la suya. Le regalé ropa. Lo ayudé en todo. ¿Cómo pueden decir que yo ordené que lo mataran? Pero es como todo. Como el pibe era del barrio de SINGLE_LEFT_QUOTEPimpi' y amigo mío, le metieron que era un nuevo crimen narco. Y no. La Justicia, si investiga bien, se va a dar cuenta de cómo viene ésto. Porque el que lo hizo no es ningún boludito. Para hacerle lo que le hicieron a SINGLE_LEFT_QUOTEFideo' son unos terribles verdugos y tienen que estar bancados por alguien", sostuvo el muchacho que dice ganarse la vida en un lavadero de autosde Grandoli y Lamadrid.
A simple vista, la vida de "Fideo" no era la mejor. Como muchos pibes de los arrabales rosarinos su presente era errante. Era adicto a la cocaína, no tenía domicilio fijo y tenía prohibido acercarse a la casa de sus padres a partir de una denuncia por los continuos hurtos cometidos para comprar droga. En su antebrazo izquierdo llevaba tatuado el nombre de su sobrino. Su papá murió hace pocos meses. Y en su portal de Facebook reclamaba el afecto de una de sus hermanas.
Pero para muchos vecinos del barrio Municipal "Fideo" era un violento de la gavilla de Alexis. Un vigía atento a lo movimientos de propios y extraños en el barrio. Tras la aparición del cuerpo del joven, la acusación sobre Alexis se viralizó. Aunque es cierto que otros apuntaron con el dedo hacia otro pesado que reside en los monoblocks de Sánchez de Thompson y Grandoli: "Teletubi", con quien Alexis está enfrentado encarnizadamente.
Raptado. Los que acusaron a Alexis, versión sobre la que también trabaja el fiscal, relataron que a "Fideo" lo tuvieron dos días secuestrado en un departamento del barrio Municipal. Lo golpearon hasta hacerlo gritar, algo que los vecinos dicen haber escuchado. Pero nadie denunció lo que ocurría porque "Alexis los aterroriza y tiene comprada a la comisaría 11ª", dijeron en el barrio. El calvario continuó hasta que lo subieron a un auto y lo trasladaron a un rancho ubicado cerca del acceso Sur y Gutiérrez. Aburridos de tanto verdugueo, lo hicieron arrodillar y lo ultimaron de un tiro en la cabeza.
¿Por qué tanta saña? Los vecinos conjeturan que "Fideo" iba a entregar a Alexis a la policía. Pero el pibe habló con el vigilante equivocado y el rumor llegó al hijo de "Pimpi". ¿La condena? Una ejecución con mensaje para el resto de los soldaditos que habrían presenciado el ritual. En esa versión Alexis no figura como ejecutor. A "Fideo" lo enterraron en La Piedad. No hubo velatorio.
El último viaje. Alexis relató que el sábado 12 de septiembre viajó a Buenos Aires junto a unos amigos entre los que estaba "Fideo". Fueron a ver en cancha de Huracán el clásico con San Lorenzo. "Fuimos porque mi papá tenía muy buena relación con Los Quemeros (la barra de Huracán)", explicó el hijo de "Pimpi". "Fuimos, nos comimos un asado y nos volvimos. Ese día yo le regalé ropa, porque todos los que íbamos estábamos bien vestidos y él no. Y le dije: «SINGLE_LEFT_QUOTEFideo', mirá cómo estás». El tenía el vicio de la cocaína. Le dije: «Mirá SINGLE_LEFT_QUOTEFideo', ¿cómo podes estar así? Mirá tu cara llena de granos. Pareces un muerto. Cuidate. Date amor. Estás hecho un croto». Y lo llevé a mi casa, le di un conjunto de ropa deportiva y le regalé unas zapatillas", relató Alexis. Luego contó que regresaron y no volvió a ver a Arzuaga.
—¿En qué andaba "Fideo"?
—Él se había ido del barrio unos días antes. Estaría bueno que hablaran con la hermana, que está destrozada. De tan perdido que estaba por la droga "Fideo" rastreaba (robaba) y volvía loco a todos los vecinos. Yo le decía que no rastreara más. Y a veces, como no podía rastrear en el barrio, se iba para otro lado. Así le paso en febrero, cuando se fue enojado con nosotros y casi lo matan a tiros (en Gutiérrez y Grandoli). La Justicia nunca investigó eso. Esa vez le pegaron porque se juntaba conmigo. Le dieron un tiro en la mano y otro en la panza. El me dijo quién le había pegado, pero eso queda sólo en mí. La Justicia miró para otro lado, como hace ahora.
—¿Cómo supiste de su muerte?
—Cuando salió en la tele. Después fue como todo aquí. Como el pibe era del barrio del "Pimpi" y amigo mío, los medios metieron que era un nuevo crimen narco. Y no, nada que ver. También dijeron que yo lo mandé a matar porque salía con la mujer de un amigo o por problemas en la venta de droga. Y yo no tengo nada que ver con la droga ni con la delincuencia.
—¿También dicen que no querías que lo velaran?
—Nosotros lo queríamos velar al pibe. Queríamos juntar plata entre todos los pibes para velarlo. Y la hermana dijo que no y no nos dijo nada más. Yo me enojé con ella, pero cuando pude hablar me contó que no se lo podía velar de tan verdugueado y podrido que estaba el cuerpo. El loco no se pudo velar por eso.
—¿Por qué pensás que dicen que lo mandaste a matar?
—Será porque cada cosa que pasa en este barrio me echan la culpa a mí. Porque hubo una parte de mi familia que me dio con un caño durante mucho tiempo después de la muerte de mi papá. Y todo lo que pasa en el barrio es culpa mía. Pero eso pasa por el peso que tiene mi apellido. No tengo problemas en presentarme ante el fiscal o el que sea, pero lo que pido es que la Justicia no mire para otro lado. Es muy fácil culparme a mí. Hay muchas cosas de las que me acusan en el barrio de las que yo nada que ver. Pero ya me cansé. Yo tengo un hijo que en un año va a entrar al jardín de infantes y no quiero que sufra por su apellido, por ser mi hijo. A mí, públicamente, me prendieron fuego.
La investigación del homicido de Yail "Fideo" Arzuaga sigue en manos del fiscal Malaponte. En el barrio Municipal, en tanto, aseguran que esa muerte no será la última. Que se respira aire de venganza.