"El Instituto Médico Regional no se sienta a discutir un nuevo convenio porque no quiere reconocer la deuda millonaria que tiene con la obra social. No se les pide que atiendan sin cobrar, lo que hagan será pagado, pero que lo hagan. Se malacostumbraron a un sistema viejo, y estaban habituados a no prestar los servicios". Tajante, la directora de la delegación rosarina del Pami, Iris Caparrós, cargó contra la clínica de San Lorenzo que desde hace ocho días no atiende más a los 11 mil afiliados a la obra social de esa zona, lo que generó una crisis prestacional y obligó a elaborar un plan de contingencia.
En una entrevista con La Capital, la funcionaria anunció que a partir del 1º de agosto cada jubilado de San Lorenzo y su zona tendrá asignado un efector privado de Rosario, aclaró que los médicos de cabecera siguen atendiendo normalmente en la ciudad y que, desde este sábado, se incorporó una ambulancia propia para traslados a los lugares de internación.
Caparrós trazó un panorama de la situación en esa ciudad a la fecha. Explicó que desde que el Instituto Médico Regional (IMR) decidió cortar el servicio, tuvieron que armar un plan de contingencia que los obligó a internar a los afiliados en los policlínicos Pami I y II, pero que a partir de agosto cada uno tendrá asignado un efector privado. Mientras tanto, la atención ambulatoria sigue normalmente a través de los médicos de cabecera, que tanto la atención oftalmológica como los tratamientos oncológicos también continúan en San Lorenzo, y que se acordó con los centros de jubilados un cronograma para atender temas administrativos y prestaciones no médicas.
Auditoría compartida. "Nosotros le propusimos al IMR el pago de la cápita de junio bajo el compromiso de que continúe con la atención por 90 días, y una auditoría compartida para analizar, padrones en mano, la deuda que tienen con la obra social, que a esta altura es del orden del 1,5 millón de pesos", dijo.
Esa deuda, bosquejó, se originó por "pacientes que la clínica tenía que atender y que por distintos motivos, entre ellos porque los mismos pacientes no querían atenderse en ese lugar, debieron ser derivados a otros sanatorios. Ellos no reconocen esa deuda, por eso les estamos ofreciendo una auditoría compartida, para revisar y analizar los padrones, pero se niegan", acusó
Además, explicó que la obra social de los jubilados tiene una cláusula por la cual, ante una rescisión de un contrato, el prestador tiene la obligación de atender durante 90 días, algo que "el IMR no hizo, y por eso no se le abonó la cápita de junio".
El sistema de cápitas establece un pago de una determinada cantidad de dinero por cada afiliado a un mismo prestador. En el caso del Pami, este monto ronda los 90 pesos. Pero el sistema es mixto. Ahora, la obra social tiene establecida una tasa de uso. Si la atención brindada supera esa tasa, se le abona un incentivo; si está por debajo, recibe un proporcional de la cápita, y si es menor al 40 por ciento de la tasa de uso, directamente se le paga por prestación médica. El instituto sanlorencino, según los registros de Pami, estaba cobrando 1,2 millón de pesos mensuales por la atención a los afiliados.
Esa cantidad es la que el instituto médico estaría exigiendo como deuda, además de las quitas que se le realizaron de las cápitas abonadas desde noviembre e la fecha, de casi 2 millones de pesos.
Modificaciones. Caparrós contó que en la última reunión, la clínica quiso incorporar modificaciones al acta que para los directivos de la obra social son inadmisibles. "Pretendieron introducir el pago de junio, el adelanto de julio (que ningún prestador cobró aún) el compromiso de pago de agosto sin aplicación de débitos y la atención hasta el 5 de septiembre, para firmar un nuevo acuerdo de prestación con pago a 30 días", recordó. Ante esta situación, la discusión se estancó y no hubo acuerdo.
"No se les pide que atiendan sin cobrar, lo que hagan será pagado, pero que lo hagan, decimos que la prioridad es la atención. Se malacostumbraron a un sistema capitado viejo, y estaban habituados a no prestar los servicios. Cobraban plus, les postergaban las cirugías, les corrían los turnos. No es así. La prestación tiene que ser digna y como corresponde", remató.
“No querían atenderse ahí”
“Cuando arranqué la intervención del Pami Rosario hace un año, me recibieron en la delegación tres colectivos llenos de afiliados de Capitán Bermúdez pidiéndonos que no fueran derivados el Instituto Médico Regional de San Lorenzo; lo mismo nos pasó con Roldán, tanto que tuvimos que desdoblar los destinos para que pudieran internarse en Rosario”, recordó la directora local del Pami. La clínica ya venía siendo objeto de cuestionamientos por parte de los pacientes de la obra social de los jubilados.