La fiscal Valeria Piazza Iglesias, perteneciente a la Agencia de Siniestralidad Vial y Delitos Culposos, les imputó a G. R. y F. B. (así fueron identificados) el delito de organizar pruebas de velocidad y destreza automovilísticas, sin la debida autorización legal. De esa manera, se realizó el encuadre legal del caso en la audiencia imputativa en libertad desarrollada ayer en la sede del Centro de Justicia Penal de Rosario.
Vale recordar que el episodio sucedió el 27 de junio de este año, en inmediaciones de calles Wilde y Mendoza, en zona oeste de Rosario.
La fiscalía les imputó el hecho ocurrido, aproximadamente a la 1.15 de la madrugada. Los acusa de organizar pruebas de velocidad y destreza, en tres oportunidades, sabiendo que las mismas generaban una situación de tremendo peligro para la vida y la integridad física de las personas, sin la debida autorización legal expedida por autoridad competente.
Según lo que manifestaron testigos y lo que muestran cámaras de la zona, se ve a personas realizando las típicas señales de largada, bajando ambos brazos, y revisando los motores de los vehículos intervinientes.
Uno marca Chevrolet modelo Corsa, color blanco sin chapa patente, conducido por K. A. (ya imputado por este hecho en fecha 6 de julio de 2022). Y otro vehículo con motor marca Chevrolet modelo Corsa, color gris, conducido por un menor de edad (detenido y puesto a disposición del Juzgado de Menores Nº 4).
La pena que establece el Código Penal para este tipo de delitos es de seis meses a tres años, aunque todavía no surgieron precisiones sobre las solicitudes de la fiscal porque ayer fue la imputativa y todavía falta que avance este proceso. Después se verá si va a juicio, o si se cierra en un abreviado.
Al no tener antecedentes estas personas, todo indica que la pena sería de cumplimiento condicional.
Vale recordar que la fiscal ya localizó a los dos conductores y los imputados ayer fueron los organizadores, que estaban al lado de los autos haciendo las maniobras de largada.
Problema repetido
Con este nuevo hecho queda claro que las picadas ilegales en la ciudad representan un gran problema, porque a medida que las autoridades de control los van acorralando y averiguando las calles donde arman esos circuitos informales, a través del filtrado de redes y de tareas de inteligencia, estos delincuentes van mudando esas locaciones precarias a otros sitios de la ciudad. Casi siempre en horario nocturno.