Me he cuestionado hasta dónde puede llegar el sadismo humano cuando se detenta poder o se actúa en su nombre (de índole religioso o político). Estados Unidos vende el primer rifle "cristiano": "Bendito sea Dios", un polémico rifle con citas bíblicas incrustadas. El Crusader (el cruzado, en español), el primer rifle "diseñado para que nunca lo utilicen terroristas musulmanes", viene grabado con un salmo de la Biblia, que dice: "Bendito sea Dios, que adiestra mis manos para la guerra y mis dedos para la batalla". Según el representante de la empresa, este mensaje asegura que el rifle no estará en manos de yihadistas, ya que "un terrorista islámico nunca usaría un arma con pasajes de la Biblia". El Consejo para las Relaciones Americano-Islámicas opina que "lamentablemente, el nuevo rifle no hará nada para frenar una amenaza real en Estados Unidos, sino que profundizará la violencia de las armas en nuestra sociedad. Se trata de una estrategia de marketing vergonzosa que promueve el odio y la división. Rothemburg es un pintoresco pueblo medieval donde existe un museo del horror. En el "Museo medieval del crimen" están detallados instrumentos de tortura, castigos corporales y las penas de muerte. Todo en nombre de la religión. En el Museo del Holocausto de Auschwitz, también en Alemania, en algunas de sus salas quedan depositadas las pertenencias de una era de espanto y antisemitismo (las víctimas no judías de los nazis incluyeron a millones de polacos, comunistas, homosexuales, gitanos, discapacitados físicos y mentales y prisioneros de guerra soviéticos). Una de sus salas representa "el odio a lo diferente". Miles de aparatos ortopédicos apilados, discapacitados que fueron despojados de su intimidad, antes de ser eliminados. Ropas de niños, futuras generaciones truncadas. Quisiera poder entender tanta irracionalidad, y encontré un paralelismo. En apariencia iguales como seres humanos, unos salvajemente victimarios y sus víctimas indefensas. El abuso de poder, odio exacerbado y sus víctimas de injusticias. En todos los casos, las víctimas fueron desarraigadas y expropiaron sus pertenencias, atomizaron familias, fueron sometidos a vejámenes y escarnio público, castigos corporales inhumanos, tuvieron un destino desgarrador. En el museo medieval, hay una escultura sin venda en los ojos que representa la Justicia, no era ciega, el poder desequilibraba por su peso los platillos de la balanza. Deseo mantener latente la historia con la esperanza de prevenir su repetición.