El mítico circuito de Nürburgring entró ayer en bancarrota y podría cerrar debido a las deudas contraídas que para su renovación contrajo el actual administrador, quien se declaró en quiebra.
El mítico circuito de Nürburgring entró ayer en bancarrota y podría cerrar debido a las deudas contraídas que para su renovación contrajo el actual administrador, quien se declaró en quiebra.
El anuncio fue realizado por un portavoz del estado de Renania-Palatinado, propietario del 90 por ciento de la empresa encargada de gestionar las instalaciones del circuito donde Juan Manuel Fangio logró en 1957 su quinto campeonato mundial tras una carrera que todavía ahora resulta excepcional.
La debacle se inició a mediados de la década pasada, cuando el Estado decidió expandir el complejo que alberga al circuito de Nürburgring, agregando un centro de recreación y de negocios con un parque de atracciones que funciona durante todo el año y un complejo hotelero cuya inversión ascendió a los 215 millones de euros, de los cuales, inversores privados contribuirían con 80 millones. Sin embargo, según informó el periódico Deutsche Welle, las empresas no cumplieron con lo pactado, al mismo tiempo que los costos se dispararon y el Estado se vio obligado a asumir todo el proyecto.
Por otro lado, el periódico Rhein-Zeitung informa que la empresa operadora tiene deudas por 413 millones, incluyendo un préstamo de 330 millones proporcionado por el banco de inversiones ISB, el cual pertenece al Estado y otros 83 millones tomados de otros prestamistas.
Incluso la premier alemana Angela Merkel había solicitado a la Unión Europea una ayuda de 13 millones para salvar al "infierno verde", como lo bautizó el legendario corredor de Fórmula Uno Jackie Stewart.
La bancarrota deja en suspenso la futura celebración del Gran Premio de Alemania de Fórmula Uno que se disputa en ese recinto, en alternancia con el de Hockenheim, donde precisamente hoy tendrá lugar la prueba.
Onda expansiva. El expediente afecta a la totalidad de los intereses de la sociedad Nürburgring GmbH, desde los recintos comerciales del complejo a los apartados relacionados con el mundo del motor, hostelería y pabellón de congresos. Desde 2008, el circuito de Nürburgring acoge con periodicidad bianual el Gran Premio de Alemania, alternativamente con el de Hockenheim, así como una serie de competiciones de categorías inferiores de automovilismo y pruebas de motociclismo, así como grandes conciertos de rock.
El jefe del estado federado de Renania Palatinado, el socialdemócrata Kurt Beck, había avanzó ya a mediados de semana que la insolvencia se presentaba prácticamente como insalvable, al no haber obtenido los recursos financieros precisos.
La cuestión ha puesto en entredicho a Beck, jefe del gobierno de Renania desde 1994 y decano entre sus colegas del resto de los Länder, sobre el que llueve un alud de protestas, especialmente desde la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Angela Merkel, que le acusa de mala planificación de ese circuito tradicional.
Beck asumió años atrás como cosa propia la reconversión del viejo circuito y la ampliación de sus instalaciones con un gran complejo dedicado al ocio y a las superficies comerciales. El proyecto no ha alcanzado la rentabilidad y el eco de visitantes esperado, lo ha precipitado ahora el expediente de insolvencia.
Más allá de las consideraciones políticas y económicas, el posible cierre cae como un balde de agua fría para el mundo del motor. Nürburgring es un circuito de culto para aficionados, preparadores y para las automotrices más importantes que usan el "infierno verde" para probar sus prototipos antes de que sean llevados a las líneas de producción. l (AP)