El maquinista del tren que descarriló la semana pasada en España, a quien se han imputado 79 cargos de homicidio involuntario, estaba hablando por teléfono con un operador de la empresa ferroviaria Renfe al momento del accidente, según el contenido de las cajas negras difundido ayer.
Francisco José Garzón, un experimentado maquinista que ha admitido ante el juez que iba distraído cuando el tren se salió de la vía a gran velocidad antes de llegar a Santiago de Compostela, iba consultando un documento a través del cual un operador de Renfe le indicaba el camino que había de seguir al llegar a Ferrol (La Coruña), donde acababa el trayecto.
El tren circulaba a 192 kilómetros por hora en los minutos previos al descarrilamiento, y segundos antes del accidente "se activó un freno", según las informaciones provisionales que se extraen de las cajas negras, facilitados por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia.
En el momento del descarrilamiento el convoy iba a 153 kph. La velocidad máxima para esa curva es de 80 kph.
El maquinista quedó en libertad con cargos el domingo tras admitir que no aminoró la velocidad porque iba distraído y no se dio cuenta de en qué parte del recorrido estaba.
Sin embargo, la tragedia ha llevado a muchos a preguntarse cómo es posible que un supuesto error humano haya podido desencadenar una tragedia de tal magnitud.
Renfe ha asegurado que el tren fue revisado la mañana antes del accidente y que no se detectaron fallos en los sistemas de seguridad. Ayer 66 personas seguían hospitalizadas en la zona, 15 de ellas en estado crítico, según el último parte de heridos de las autoridades locales.
La ciudad de Santiago se preparaba para celebrar la festividad de su patrón del 25 de julio, con miles de peregrinos católicos llegando a la capital gallega tras finalizar el famoso Camino de Santiago.
Una semana de conciertos y otros actos culturales fueron suspendidos después del accidente la víspera de la fiesta.
Consultaba la ruta. El tren que descarriló en Santiago de Compostela lo hizo a 153 km/h tras activarse un freno en los últimos segundos mientras el maquinista parecía consultar el trayecto, informó ayer la Justicia. "Se estima que en el momento de la salida de vía, el tren circulaba a 153 kilómetros por hora", informó el Tribunal Superior de Justicia de Galicia tras analizar las cajas negras del convoy. "Segundos antes del accidente se activó un freno", afirmó en un comunicado, precisando que "el tren circulaba en los kilómetros previos al momento del descarrilamiento a 192 kilómetros por hora".
El 24 de julio, el convoy, con más de 200 personas a bordo, había descarrilado a unos 4 kilómetros de su llegada a la estación de Santiago, una zona donde la línea, de alta velocidad hasta ese momento, se transforma en vía convencional al acercarse a la ciudad y la velocidad se limita a 80 km/h.
Según los datos extraídos de las cajas negras, el maquinista, Francisco José Garzón Amo, un experimentado profesional de 52 años imputado de "homicidio por imprudencia", parecía consultar el trayecto del convoy.
"Del audio almacenado en las cajas negras se ha podido saber también que el maquinista estaba hablando por teléfono con personal de Renfe (compañía de ferrocarril española, ndlr), que parece ser un controlador, en el momento del accidente", explicó el tribunal.
"Del contenido de la conversación y por el ruido de fondo parece que el maquinista consulta un plano o algún documento similar en papel", agregó.
Numerosos periódicos españoles afirmaron ayer que el maquinista, quien había realizado en 60 ocasiones ese recorrido, declaró al juez el domingo haber confundido el tramo donde se encontraba. "Creyó estar en un tramo distinto del trazado y cuando empezó a reducir la velocidad era demasiado tarde para mantener el control del convoy", había asegurado el diario El País.