Cinco hombres fueron arrestados ayer en la zona oeste en el marco de la investigación del crimen de Juan Carlos Soto, un joven de 21 años asesinado a fines de 2012 en un violento episodio en el barrio Villa Urquiza. Dos de los detenidos quedaron alojados en la alcaidía de Jefatura por su presunta vinculación con el homicidio, mientras que otro sigue preso por portación de arma de guerra. En tanto, los dos restantes recuperaron la libertad horas después, aunque a uno se le abrió una causa por el hallazgo en su casa de un revólver calibre 44 milímetros cuya propiedad no pudo demostrar.
Según indicaron fuentes policiales, los cinco hombres fueron detenidos ayer a la mañana en tres allanamientos ordenados por el Juzgado de Instrucción Nº 6 para la búsqueda de armas y personas presuntamente involucradas en el hecho investigado, caratulado como homicidio calificado por portación arma de guerra y lesiones graves. Es que además de la muerte de Soto resultó herido de bala Diego L., un joven de 19 años primo de la víctima.
Más de veinte. "Juanca" Soto fue asesinado poco antes de las 5 de la mañana del 28 de diciembre de 2012. Según pudo saberse entonces, el joven de 21 años circulaba en una moto con su primo Diego cuando tres hombres en dos motos le salieron al cruce en Ituzaingó y Campbell. Algún vecino refirió en esa ocasión haber escuchado que los tiradores acusaron a la víctima de haberles robado.
Lo cierto es que el joven —domiciliado a más de 15 cuadras de ese sitio, en el barrio Cinco Esquinas— corrió más de cien metros intentando esquivar la andanada de disparos que según coincidieron varios vecinos habían sido más de veinte y realizados con distintas armas. Prueba de ello fueron las cinco vainas calibre 22, siete de 11.25 y once de 9 milímetros que la policía incautó en la escena del crimen, además de la moto Yamaha XTZ 250 roja en la que iban las víctimas.
Según se estableció entonces, Soto corrió hasta que cayó muerto en el cruce de Campbell con Cerrito. Tenía al menos un balazo en la espalda y dos en la rodilla izquierda.
Por su parte, Diego se salvó luego de esconderse en un contenedor de residuos de plástico del cual la policía lo sacó un rato después del episodio con una bala en una pierna y otra en un brazo.
En función de lo relatado por parientes de la víctima, al día siguiente del crimen fue detenido Walter Daniel A., un hombre de 26 años apodado "Chanchín" al que se le secuestró un revolver calibre 22 largo marca Tejano con seis cartuchos intactos del mismo calibre.
Apresados. La investigación del violento episodio fue encabezada por la jueza de Instrucción Raquel Cosgaya, quien ordenó allanar tres domicilios cercanos a la escena del crimen en busca de armas y sospechosos. Los procedimientos fueron realizados ayer a la mañana por efectivos de la sección Seguridad Personal en forma casi simultánea.
Uno de los operativos tuvo lugar en Campbell al 2000 en la casa de un hombre de 61 años identificado como William V. Según señalaron fuentes policiales, este hombre recuperó la libertad luego de declarar en sede judicial.
Otro allanamiento se hizo en una casa de Cerrito al 6200, cerca del anterior. En este caso fue detenido Pedro G., de 32 años, quien era buscado por su presunta participación en el crimen de Soto.
Pero de este domicilio también se fue esposado su padre Roberto G., de 64 años, quien dijo ser el dueño de un revólver calibre 44 milímetros cuya propiedad no pudo acreditar. Este hombre fue luego liberado aunque se le abrió una causa por tenencia de arma de guerra en el Juzgado de Instrucción Nº 11.
El tercer operativo también fue en el mismo barrio, en Asunción y Barra, donde fueron apresados dos jóvenes hermanos. Gastón V. era buscado por el homicidio de Soto mientras que su hermano Sergio fue detenido por la posesión de una escopeta calibre 12.70 que contenía cinco cartuchos en el cargador. Este último, según los voceros consultados, quedó a disposición del Juzgado de turno.
Además de la escopeta, en esta vivienda se incautó una caja de cartuchos calibre 12.70 y una pistola marca Bersa calibre 22 largo, con un proyectil en la recámara y otro cargador. No se descarta que esta pueda haber sido el arma homicida.
Según las fuentes consultadas, tanto Pedro G. como Gastón V. quedaron detenidos en la Alcaidía como sospechosos en la causa caratulada como homicidio calificado por uso de armas de guerra y lesiones graves.