Brian Leonel Valenzuela tiene 25 años y, según sus abogados, "está pasando un verdadera pesadilla como consecuencia de una serie de irregularidades cometidas por policías de la comisaría 10ª en la investigación de un robo". El muchacho, que no tenía antecedentes penales, fue apresado el 25 de julio al ser allanada "en forma equivocada" su vivienda de la zona norte. Entonces le imputaron ser uno de los autores del robo a un estudio jurídico de barrio Sarmiento ocurrido un mes antes y como prueba, dicen, "le incautaron un teléfono celular que no fue denunciado como robado por la víctima y que presuntamente fue plantado por los policías". La difícil historia del joven se completó trágicamente cuando su esposa, de 23 años, acongojada por la situación que vivía su marido, tuvo un parto prematuro y falleció tras dar a luz a un bebé (ver aparte).
Todo se inició el 24 de junio pasado cuando dos hombres armados asaltaron el estudio de la abogada María Victoria Z., frente a la cancha de Argentino de Rosario. Según denunció la profesional en la seccional 10ª, los maleantes la sorprendieron cuando llegaba a su casa junto a su hijita y la obligaron a entrar. "Revolvieron todo y se llevaron dos cámaras de fotos, una notebook, un televisor LCD, mi billetera y dinero que tenía en el estudio. Las cosas más grandes las envolvieron en una frazada y se fueron caminando", dijo la abogada.
Allanamiento erróneo. En el marco de la investigación, conducida por la jueza de Instrucción María Luisa Pérez Vara, los policías de la seccional 10ª pidieron una orden de allanamiento para una casa de Irigoyen 1910 a la que describen "de una planta, pintada de color blanca, de material, la cual posee en su frente distintas clases de plantas, lugar donde reside el apodado Tortuga", según se lee en el expediente al que La Capital accedió a través de los abogados de Valenzuela, Daniel Kantor y Marta Macat. Y allí, dicen los profesionales, se inician los desaguisados que se denunciaron ante la Justicia, el Ministerio de Seguridad de la provincia, la Secretaría de Derechos Humanos y la Comisión de Derechos y Garantías de la Cámara de Diputados santafesina.
Es que la casa del joven imputado, "a quien jamás apodaron Tortuga y nunca formó parte de una banda delictiva porque siempre trabajó en la construcción", según contó su padre, está "ubicada en Irigoyen 1920, es de dos plantas y no tiene vegetación en la puerta", tal cual reza el pedido de allanamiento. Al respecto, Kantor manifestó que "los policías dicen haber llegado al tal Tortuga con arduas tareas investigativas sin mencionar cuáles fueron esas tareas ni quiénes las realizaron y ni siquiera individualizando a una persona excepto por su apodo". Y sostiene que la imputación a su cliente "es parte de un caso armado por el subcomisario Ronald Iván Cuñé, el oficial Pablo Bagli y el subayudante Sebastián Marcos Ojeda".
El celular blanco. Otra irregularidad denunciada se vincula a lo secuestrado en el allanamiento a la casa de Valenzuela. De allí la policía se llevó un celular Motorola XT300 blanco que los abogados dicen "no pertenecía a nuestro cliente, no estaba en su casa y no figuraba en la lista de elementos denunciados como robados en los pedidos de secuetro que el 23 de julio realizó la policía al solicitar la orden de allanamiento". En ese orden, los profesionales recordaron que "la víctima del robo nunca mencionó ese teléfono en su declaración ante la policía ni en su declaración judicial, como así tampoco una cámara de fotos Kodak" que luego fue secuestrada en otra requisa sin detenidos.
"La abogada asaltada dice «supongo que me roban los dos celulares», pero denuncia uno solo y da el número del otro a la policía al momento de hacer la denuncia para que la puedan contactar, por lo que aún lo tenía con ella", remarcó Kantor. Y agregó: "La víctima reconoce que recibió un mensaje de texto en el teléfono supuestamente robado tras haber hecho la denuncia".
Sin embargo, un mes después del robo, la abogada Z. habría ampliado su declaración testimonial diciendo que "al realizar una búsqueda minuciosa de lo sustraído noté la faltante de un teléfono celular" y describe el que supuestamente la policía halló en la casa de Valenzuela, aparato del cual brinda el Imei, un número identificatorio que ningún usuario de celular conoce. La pregunta que se hace la familia del joven preso es si "esa ampliación fue realmente hecha por la profesional asaltada o es un invento de la policía para justificar el hallazgo de los elementos y así cerrar la investigación del caso".
Números borrados. Y la duda surge a partir no sólo de que la mujer haya recordado el número de Imei sino que "en la página del expediente en la cual figura esa ampliación testimonial, la fecha está visiblemente borroneada y corregida", dijo Kantor. "La ampliación de declaración no fue realizada el 20 de julio como se sostiene. Esa fecha fue corregida, borroneada y adulterada y no fue salvada en ningún lado", agregó el profesional.
Para ratificar su idea de que la ampliación de denuncia fue realizada después del allanamiento a la casa de Valenzuela y su detención (el 25 de ese mes), los defensores exponen que "hubo un corrimiento de dos hojas en la numeración de la foliatura policial, agregando los folios 09 y 10 y adulterando el resto de los números de páginas a fin de incorporar el faltante del teléfono celular". Eso, al observar el expediente, se nota a simple vista.
Y como si todo eso fuera poco, los abogados ponen en duda que las firmas de la profesional asaltada sea la misma en todas las páginas del expediente policial. "La firma de la doctora Z. ante la policía parece ser muy distinta a la que realizó en el acto declaratorio de un mes antes y tampoco es la letra usada para escribir el DNI", dijeron los abogados que, entre varias medidas, pidieron una pericia caligráfica.
En otra parte de la denuncia, Kantor plantea que hay páginas del expediente policial en las que está el sello pero falta la firma del subcomisario Cuñé, y hay otras en las que la firma del oficial difiere de la original y su caligrafía es similar a la de otro de los policías.
Finalmente, la denuncia remarca que en la rueda de reconocimiento a la que fue sometido Valenzuela. "La abogada Z. señaló a Brian afirmando: «No tengo dudas de que es este chico. Me puedo equivocar, pero es muy parecido", dejando abierta la posibilidad a un error o falso reconocimiento.