El juicio oral en Córdoba al subcomisario santafesino Claudio Blaser, acusado de
asesinar a un hombre al que adjudicaba una sucesión de robos en Villa Cañás, tuvo ayer un vibrante
capítulo con la declaración de las dos hermanas menores de la víctima. Las mujeres dijeron que una
comitiva de ocho policías, entre los que estaba Blaser, irrumpió con violencia en su vivienda,
buscando a Víctor Manuel Moyano, el hombre de 33 años al que finalmente el oficial acusado
terminaría matando de un disparo en el cuello.
Quienes declararon ayer en el juicio oral por jurados que se sigue en Córdoba
son Mariela y Erika Moyano. Las mujeres dijeron que el 31 de mayo de 2007 una brigada irrumpió a
patadas en su casa del barrio Pueyrredón, en Córdoba Capital, que fueron insultadas por los
policías que pedían de manera insistente por su hermano.
En esa casa vivían en realidad la madre y las dos hermanas del hombre que sería
asesinado un rato después. Según lo expuesto en la audiencia, las mujeres llamaron a su hermano
desesperadas, suplicándoles que fuera a la casa porque supusieron que los que querían entrar eran
ladrones.
Cuando Moyano llegó a la casa en un Fiat Duna, en un confuso y breve incidente
hubo dos disparos. Uno de ellos, el que hizo Blaser, lo mató en el acto. Blaser era jefe de la
comisaría de Villa Cañás y había llegado a Córdoba a buscar a Moyano por robos que le atribuia en
su jurisdicción.
"Fue todo brutal de principio a fin. No solamente el procedimiento. Blaser había
llegado a esa vivienda tras realizar una semana antes una acción de inteligencia de una
irresponsabilidad profesional tan evidente que no pudo saber que no había individualizado la casa
de Moyano, sino la de su madre", dijo ayer el abogado Marcelo Guitman, representante de la familia
Moyano en el juicio oral.
"La deficiencia de la acción se notó además en que el juez de control de
Córdoba, para librar el allanamiento a la vivienda, pidió la certera verificación del domicilio
porque sospechaba que la acción policial previa era confusa", agregó el abogado.
Cruenta entrada. Las mujeres aseguraron en la audiencia que ninguna de los
policías que irrumpió en la casa tenían identificación y que el despliegue allí fue violento en
extremo. Había seis policías cordobeses y dos de Villa Cañás: Blaser y el oficial subayudante
Damián Hoppeler. Aseguraron que los recién llegados casi rompieron la puerta a patadas y las
insultaron de manera contínua.
"A tal punto fue brutal el procedimiento que ellas pensaron que no era la
policía la que llegaba a la casa sino que eran víctimas de un robo", añadió Guitman. "Esta es una
familia intachable y los vecinos así lo atestiguaron. Víctor Moyano, que trabajaba en un
supermercado, no tenía ningún antecedente penal, ni siquiera una contravención", subrayó.
El auto y el tiro. El abogado querellante refuta con énfasis el argumento de
Blaser, que invoca que disparó en ejercicio de defensa legítima, por el hecho de que Moyano intentó
embestirlo con el auto. "El planteo es insostenible y será desbaratado. El policía Hoppeler, apenas
siente los disparos y se da vuelta, afirma que ve parado a Blaser en la puerta de la casa de los
Moyano. Por la posición en que quedó el vehículo y que acreditan las pericias de rastros es
imposible que Blaser hubiera estado en riesgo ante la maniobra del auto".
Para la audiencia de hoy se espera el testimonio de vecinos de la zona. Varios
de ellos, durante la instrucción, ya dijeron que Moyano iba despacio y nunca quiso atropellar al
policía Blaser, de 42 años y detenido en el penal de Bower.