La evaluación hecha por la Secretaría de Hacienda de Rosario para poder subir las tasas no es algo que sorprenda. Aranceles de estacionamiento, valores de multas de tránsito, sellados, son las herramientas que los gobiernos de estos últimos 20 años han tenido en forma inescrupulosa como elemento de gestión para avanzar sobre la ciudadanía sin devolver nada a cambio. Convengamos que las obras cloacales de 2015 fueron hechas a partir de endeudamientos que pidió la Intendencia y que más del 70% de los ingresos que recibe el municipio son aplicados a recursos humanos (sueldos y horas extras). Se ha gestionado para mantenerse en el poder y no para realizar obras que brinden a la sociedad un mejor nivel de vida. La intendenta, muy feliz, anunció el nuevo servicio de bicicletas. ¿Cómo se puede avanzar sobre el proyecto de un servicio que se quiere dar cuando no se ha podido mejorar y acomodar el tránsito en la ciudad? Seguro la intendenta irá a trabajar en helicóptero, porque si atraviesa cualquiera de las arterias de Rosario para llegar al municipio no sólo le llevará un tiempo, sino además correrá el riesgo o de chocar con otro vehículo o llevarse alguien por delante, entre ellos puede ser un ciclista. Se implementaron bicisendas en calles donde estacionan autos por la derecha y tenemos más de un metro veinte de bicisenda al lado izquierdo, sería bueno que alguien explique cómo puede mejorarse la transitabilidad así. Los Ejecutivos de estos tiempos, por los que pasaron Binner, Lifschitz y Fein, no han tenido la intelectualidad que se necesita para avizorar que Rosario crece en forma permanente e ininterrumpida, con lo cual se necesita de profesionales que estén a la altura de las circunstancias y tengan el conocimiento de qué hacer para poder ordenar estructuralmente un municipio tan complicado como este. Es inconcebible que se llenen la boca queriendo hacer ver que gestionan cuando no se les cae una idea para mejorar lo estructural, pero nos hemos gastado los rosarinos en remodelar la plaza San Martín un módico presupuesto de unos 17.800.000 pesos. Este es el formato, y sin embargo hemos escuchado en varias ocasiones de como Rosario está a la altura de otras ciudades del mundo, poco se hace para poder tener los pies sobre la tierra y saber qué ciudad tenemos y qué tienen que hacer los funcionarios para mejorar un municipio donde su crecimiento es más una cáscara para mostrar una ciudad consolidada, desarrollada, ordenada y con los servicios necesarios para vivir con calidad de vida. La provincia recibirá unos 500 millones de pesos, nos gustaría saber cuánto de cierto hay en que se integre ese dinero para obras. Hay una gran irresponsabilidad a la hora de manejar el presupuesto, se lucha porque crezca año a año, pero nada se hace para que mejore en su implementación, y el Concejo acompañó este formato. Veremos ahora que a nivel país respiramos un aire más distendido si desde el municipio se acompaña tal sensación para que Rosario empiece un crecimiento real y no pequeños proyectos que aun no llegan a su fin. Rosario pretende y necesita más, es lo único que a los funcionarios les debe importar para que la ciudad crezca como se debe.
Guillermo V. Ferreyra
DNI: 13.588.802
En ocasiones, la intolerancia suele disfrazarse con la máscara del pluralismo. El gobierno acaba de sumar otro decreto para la inclusión, la antología del disparate: N° 269/15, que dispone la disolución del Instituto de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego. En los considerandos afirman que en “los sistemas nacionales de evaluación la producción historiográfica debe hacerse en el marco de la más absoluta pluralidad ideológica” y acentúan su contrasentido agregando que “no es función del Estado promover una visión única de la historia ni reivindicar corriente historiográfica alguna”. Disolver el instituto es como cerrar una escuela o destruir un libro. Los desaguisados de su conducción no justifican que se acabe con él. El pluralismo ideológico y las visiones críticas de la historia no se respaldan con actos de gobierno que disuelvan –manu militari– institutos de investigación de la historia argentina. La memoria –invisible e irresistible– lo asocia con el decreto 4.161, de 1955, cuando la revancha prohibió por años el nombre del general Perón en la prensa y con la famosa línea Mayo-Caseros de Aramburu y Rojas, quienes al asumir la formularon excluyentemente como referencia histórica de su gestión (Abelardo Ramos), conductas que paradójicamente fueron hechas en nombre de la libertad. El Estado presupone como condición de su existencia, entre otros pilares, la de fijar símbolos con los que se identifica el pueblo de la Nación y, no obstante, ello no significa que se ahogue la crítica o se promueva la “visión única de la historia”. Esta simbología incluye la referencia de los aportes de personajes de nuestra historia que el Estado promueve –felizmente– reivindicándolos. Por ejemplo el Instituto Nacional Sanmartiniano y el Belgraniano, este oficializado por decreto de 1992 (Menem, Salonia, Cavallo), del Ministerio de Cultura, que exaltan la obra y personalidad de estos próceres. Manuel Dorrego fue una personalidad muy cara a los sentimientos populares. Las memorias del general Iriarte describen que buscaba el favor de los “descamisados”, en consonancia con las medidas dictadas de precios máximos al pan y a la carne para que estuvieran al alcance de los humildes, imponiendo gravámenes a los productos importados en defensa de las industrias provinciales (Pacho O´Donnell). En el debate sobre el sufragio en la Constitución Unitaria de 1826, Dorrego se opuso con argumentos asombrosos a la aristocracia del dinero que excluía del voto a criados a sueldo, peones, jornaleros y soldados de línea, apoyando la universalidad del sufragio (Arturo Jauretche), mientras el pensamiento liberal europeo del siglo XIX no se podía despegar del voto calificado. Para completar el perfil del patriota sostiene Hernán Brienza que fue “el más revoltoso de los políticos de la época, el más conflictivo, el más inquieto, el más insobornable, el más peligroso para sus enemigos pues no se calla nada, tiene un carisma que lo funde en el corazón del pueblo humilde de la ciudad de Buenos Aires porque es arisco ante desprecios de la gente decente, porque es el único capaz de organizar con legitimidad una Nación federal que las provincias desean sin usar el terror ni la fuerza, sólo con las armas de la convicción y el consenso”. Razones de más para no omitir desde el Estado su enseñanza de vida.
José Albrizio
DNI: 7.685.289
Fundamentos de un reclamo
El reclamo social de “cárcel para los delincuentes” tiene varios fundamentos. Uno es el de castigarlos, otro el de disuadir a eventuales imitadores. También el de mantenerlos fuera del circuito para evitar que insistan, y por último el de –eventualmente– reeducarlos. El poder disuasivo de las penas es muy bajo en los delincuentes habituales –que ya saben que si los agarran van presos y aun así delinquen– pero muy alto en los ocasionales. Aquéllos en los que “la ocasión hace al ladrón”. Y esa eficacia crece exponencialmente a medida de que se les aumentan las posibilidades de terminar presos. Los políticos no tienen esta percepción. Los honestos –que son muchos– lo son por convicción, no por miedo a la ley. Los deshonestos –que también son muchos– se tienen una enorme fe de que no los van a agarrar. Y que si los agarran no les va a pasar nada. Esa es la famosa impunidad, y los países desarrollados se cuidan de ella como de las epidemias, la inflación o las inundaciones. Saben que la impunidad corroe las bases de la estructura social, y excluye la posibilidad de luchar eficazmente contra epidemias, inflación, inundaciones u otro flagelo. Donde hay impunidad todo fracasa, porque los malos se animan y los buenos se deprimen o se cambian de bando. Hay que terminar con la impunidad, es fácil, los jueces están y las leyes también. Hay que hacer que los que se animen sean los fiscales y jueces, y para eso basta con respaldarlos en lugar de amenazarlos o castigarlos. Hacer lo contrario de lo que se hizo últimamente desde la Nación. Le daría un rédito extraordinario a quien lo ponga en práctica.
Alejandro J. Posner
DNI 6.078.237
Algo más sobre la herencia recibida
En la carta destacada del 9 de enero, con el título “La débil tesis de la herencia recibida”, Alberto Medina Méndez hace un largo comentario sobre el tema. Pretender que Macri gobierne sin recurrir a la herencia es un pedido demasiado simplista. En primer lugar, aún no conocemos con exactitud la herencia recibida, pues todos los días surgen nuevos datos oscuros y escabrosos de la era tan castigada, como si fuera un gran iceberg que no sabemos si es el fondo o la punta. Además, por más que se conozca parte de esta herencia tan perversa, será muy difícil gobernar un país donde el gobierno introdujo y dejó libre el accionar del narcotráfico; donde a los delincuentes, más que combatirlos, los promocionó; donde hubo una orgía de desvíos y despilfarro de dinero que dejaron al país arrasado y sin fondos; donde el gobierno nombró cientos de miles de ñoquis (el que cobra sin trabajar es un delincuente por hurto y muchos están en la miseria por culpa de los ñoquis) y cuando el gobierno hoy quiere echarlos, los sindicatos se oponen porque dicen que son “conquistas” logradas (además de echarlos deberían devolver el dinero cobrado dicen todos los demás trabajadores de verdad); será difícil gobernar cuando se dejó como herencia la destrucción de la cultura del trabajo e introdujo la cultura de la vagancia a millones de personas, inculcándoles que pueden vivir sin trabajar cobrando planes sociales; ni hablar de la destrucción de la educación, etcétera. También será muy difícil gobernar cuando un grupo afín al gobierno anterior está haciendo todo lo posible e imposible, sin importarle el país, con tal de minar al nuevo gobierno, ya se vio en la Legislatura de Buenos Aires cuando votaron contra los habitantes bonaerenses. De la herencia se debe hablar todos los días, porque los que votaron por el cambio, uno de los puntos principales es que paguen con la cárcel todos aquellos funcionarios que nos dejaron esta pesada y escandalosa herencia. La mayoría de ellos tienen numerosos expedientes abiertos por distintos delitos.
Juan Carlos Bressan
DNI: 6.347.664
Parte de lo colectivo
Uno de los males culturales del hombre actual es cómo canalizar sus irrefrenables deseos de ser parte de un colectivo, conservando su egoísmo exacerbado. Para ponerlo en un caso concreto, el término “compartir”, que inunda las redes sociales, es tan vacío y efímero como multiplicado y efectivo. Símil a los afiliados de un partido político, que se cuentan en la provincia de a cientos de miles, pero los que realmente participan y son ofertados a la ciudadanía no llegan a los mil. Para graficarlo más, la fuerza política nacional, en vitales espacios de administración de la Argentina, aún no puede terminar de formar su escuadra de funcionarios en las principales áreas ni que hablar de las secundarias o terciarias.
Hernán López