Kabul.— Las fuerzas afganas deberían liderar las operaciones de seguridad en todo el país para 2014, según acordó ayer una conferencia internacional, y a partir de fin de año deberían comenzar a relevar a las tropas extranjeras en algunas áreas.
Kabul.— Las fuerzas afganas deberían liderar las operaciones de seguridad en todo el país para 2014, según acordó ayer una conferencia internacional, y a partir de fin de año deberían comenzar a relevar a las tropas extranjeras en algunas áreas.
En la conferencia realizada en Kabul también se aprobó canalizar a través del gobierno afgano un 50 por ciento de los 13.000 millones de dólares en ayuda prometidos para los próximos dos años.
El ambicioso plazo fijado para 2014 dependerá mucho del éxito de unos 150.000 soldados extranjeros en una operación en curso contra los talibanes en su bastión espiritual en el sur, así como en el plan para llevar a miles de insurgentes a abandonar las armas.
También depende de qué tan rápido las fuerzas extranjeras puedan entrenar y equipar a sus colegas locales, dificultad que se vio destacada ayer, cuando un soldado afgano provocó la muerte de dos civiles estadounidenses y uno de sus camaradas.
La situación real de la seguridad en otras partes de Afganistán quedó ilustrada por el vuelo del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, hacia la conferencia, que fue desviado al espacio aéreo de la Otán en Bagram tras un ataque insurgente con cohetes.
Pese a un gran operativo de seguridad para la conferencia, que atrajo a cerca de 60 ministros de Relaciones Exteriores, incluyendo a la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, los insurgentes lograron lanzar al menos cinco cohetes cerca del aeropuerto y la zona diplomática.
Más responsabilidad. El comunicado final del encuentro dijo que el gobierno afgano recibirá más responsabilidad para sus propios asuntos —entre ellos la seguridad— a cambio de garantías de que mejorará sus estándares.
"Las Fuerzas de Seguridad Nacional afganas deberían liderar y conducir operaciones militares en todas las provincias para fines de 2014", indicó el comunicado.
La declaración final también expresa su apoyo para que se canalice al menos el 50 por ciento de la ayuda al desarrollo a través de los presupuestos del gobierno afgano en dos años.
Esta decisión fue adoptada a pesar de los reclamos de EEUU para que el presidente afgano, Hamid Karzai, pusiera un freno a la corrupción local.
La declaración final habla además de la eliminación de nombres de extremistas talibanes de las listas de terrorismo de la ONU. Eso, señala el texto, debe ocurrir en el marco de un "proceso transparente", coordinado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el gobierno afgano y la comunidad internacional.
En la cita se dieron cifras concretas para el programa de desmovilización y reinserción de talibanes, acordado en la anterior conferencia sobre Afganistán. Un total de 773 millones de dólares serán puestos a disposición en los próximos cinco años.
Difícil de cumplir. El secretario de Relaciones Exteriores británico, William Hague, explicó que los afganos establecieron sus propios planes, pero necesitaban ponerlos en práctica. "Le he dicho a sus ministros que ahora es muy importante implementar estos planes", enfatizó.
Por su parte, el legislador afgano Daud Sultanzoi dijo que el objetivo era loable pero difícil de cumplir. "Mirándolo desde una perspectiva realista es una meta muy buena y necesaria, pero en términos de factibilidad hay demasiadas dudas que deben ser respondidas antes de que podamos cumplir un calendario", consideró.
EEUU planea comenzar el retiro de tropas en julio de 2011, y Clinton dijo en la conferencia que la fecha realzaba la urgencia de transferir más responsabilidad de seguridad al gobierno afgano.
"La fecha de julio de 2011 captura tanto nuestro sentido de urgencia como la fuerza de nuestra resolución. El proceso de transición es demasiado importante para postergarlo indefinidamente", señaló.
Los talibanes se han envalentonado por las conversaciones sobre calendarios de transición, convencidos de que Washington no está comprometido a una lucha prolongada, e insisten en que no dejarán de pelear hasta que todas las tropas extranjeras hayan abandonado el país.
Por Matías Loja
Por Lucas Ameriso