Los mercados negros de intercambio de datos e información cibernética robada están "creciendo en tamaño y complejidad", tanto en el mundo como en Argentina, alertó un informe privado, que indicó que los robos por parte de delincuentes organizados se ubican en niveles "particularmente altos" en este país.
Una encuesta global realizada entre más de 9.700 ejecutivos de empresas permitió establecer que las pérdidas financieras atribuidas a incidentes de ciberseguridad ascendieron a los 2,7 millones de dólares el año pasado, lo que implica un 34 por ciento más en 2014 que en 2013.
En este sentido, el trabajo mostró que los ejecutivos de empresas están prestando atención a la necesidad de financiar actividades que les permitan evitar los robos, fraudes y demás delitos cibernéticos.
Los resultados de la Encuesta Global de Seguridad de la Información 2014, realizada por la firma PwC, indicaron que el año pasado el número de incidentes ascendió a 42,8 millones, lo que representa un aumento del 48 por ciento con relación a 2013 y equivale a 117.339 ataques por día.
En este contexto, el 23,5 por ciento de los consultados en América del Sur y el 20,4 por ciento de Argentina en particular indicaron haber sufrido "pérdidas financieras debido al robo de propiedad intelectual" en sus compañías.
Y el 15 por ciento de los consultados en el mundo citó el crimen organizado como una fuente de incidentes, por encima del 12 por ciento en 2013: este tipo de delito fue particularmente alto en América del Sur (17 por ciento) y, en especial, en Argentina (15,5 por ciento), advirtió el informe difundido a la prensa.
La encuesta mostró, además, que los directivos de compañías, de los cuales 254 fueron argentinos (el 2,6 por ciento del total de los consultados), han mejorado sustancialmente las medidas de protección tecnológicas, procesos y estrategias.
"Los mercados negros de intercambio de datos e información robada están creciendo en tamaño y complejidad", resaltó el informe, que indicó que la seguridad cibernética en las empresas preocupa a todos los sectores de la industria y a las altas esferas de las organizaciones.
Desde 2009, la tasa de incidentes comprobados incrementó un 66 por ciento año tras año: "Sin embargo, estos números representan solamente lo reportado; muchas organizaciones aún no son conscientes de los ataques y otras no los reportan por razones estratégicas o porque el ataque está siendo investigado", señaló el relevamiento.
Casi la mitad (un 48 por ciento) de los encuestados aseguró que la percepción de riesgo del delito cibernético en su organización aumentó en 2014, casi un 10 por ciento más que en 2011.
De todos modos, la inversión en seguridad se ha mantenido estancada en los últimos cinco años y apenas representa un cuatro por ciento del presupuesto en promedio.
Llamó la atención incluso que el año pasado se incrementó un 86 por ciento el número de encuestados que se vio comprometido por ataques asociados a causas políticas.
Estos incidentes son más frecuentes en los sectores del petróleo y el gas (11 por ciento); aeroespacial y de defensa (9 por ciento); tecnología (9 por ciento) y telecomunicaciones (8 por ciento).
Enemigo íntimo. También en el ámbito global, el 34,5 por ciento de los encuestados señaló a sus empleados como responsables de los incidentes, pero éstos no son la única fuente de amenazas internas crecientes, ya que el porcentaje de incidentes atribuidos a los proveedores de servicios, consultores, y contratistas actuales y antiguos aumentó a 18 por ciento y 15 por ciento, respectivamente, en 2014.
En América del Sur el tipo de incidente más reportado fue la explotación de datos con un 34,6 por ciento, así también en Argentina, con un 28,8 por ciento del total.
En el ámbito global, los ejecutivos mencionaron, entre las complicaciones ordinarias más habituales, pérdidas financieras (19,7 por ciento), robo de propiedad intelectual "soft" (24 por ciento), robo de propiedad intelectual "hard" (14,8 por ciento), reputación comprometida (13,8 por ciento) y pérdida de valor para los accionistas (9,9 por ciento), de acuerdo con la encuesta realizada en todo el mundo entre el 27 de marzo y el 25 de mayo de 2014.
Los dispositivos "vestibles", camino a ser la nueva moda
La venta de dispositivos denominados "wearables" (vestibles) —entre los que se encuentran pulseras, relojes y lentes con conexión a internet móvil— podría crecer este año alrededor de un 130 por ciento a nivel global, según un informe elaborado por la consultora internacional IDC.
Así, la venta de este tipo de productos sumaría este año 45,7 millones de unidades frente a 19,6 millones comercializados en 2014.
Los dispositivos encontraron un nicho en el mercado vertical de salud y fitness, por la relación del control de los síntomas vitales, con la regulación del estrés para aumentar la esperanza de vida, según los expertos.
Los relojes y pulseras, que en 2014 representaron el 90,4 por ciento del mercado, seguirán en el primer puesto con el mismo porcentaje de participación.
Entre los "wearables" se cuentan también las zapatillas para correr con GPS incorporado, pulseras que miden ritmo cardíaco, relojes inteligentes y contador de calorías, entre otros.
Un reciente informe de Ericsson sostuvo que a nivel global el 71 por ciento de los consumidores está "interesado en medir parámetros de salud a través de dispositivos portables", y relaciona este tipo de autocontrol con el incremento de la esperanza de vida.
"El interés en medirse forma parte de los comportamientos actuales. Hay quienes llevan un control diario de las calorías. Hasta toman fotos de los platos que comen y con las aplicaciones calculan el consumo de calorías", indicó.