Luego de varias semanas de negociaciones, el oficialismo acordó con los bloques aliados y firmó un dictamen común que allana el camino para que en 2017 se vote con boleta única electrónica (BUE) en todo el país. El proyecto contará con la aprobación de la mitad más uno del total de miembros de Diputados. Si luego el Senado lo convierte en ley, será el fin del cuarto oscuro y de la boleta de papel.
El FpV, la izquierda trotskista y otros bloques pequeños votarán en contra, aunque todo indica que no podrían impedir que el proyecto obtenga media sanción.
El sistema que Cambiemos acordó con sus aliados del Frente Renovador, Bloque Justicialista y socialistas santafesinos, entre otros, regiría para las elecciones nacionales (no provinciales), y será similar al vigente en la Capital Federal. El ciudadano se presenta a la mesa de votación, entrega el documento, le dan un cartón flexible que imprimirá en una computadora con el voto elegido en una pantalla táctil. El cartón ya impreso, doblado sobre sí mismo por el votante (para evitar ser visualizado por otras personas), será colocado en una urna tradicional.
Lucas Incicco, diputado del PRO (Rosario), y uno de los impulsores de la reforma, luego del plenario de comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia y Presupuesto, le expresó ayer a LaCapital que se trata de "una renovación necesaria del sistema electoral; confiamos que va a mejorar el modo de votar, garantiza la igualdad y seguridad de votante y acelera el escrutinio, dándole mayor transparencia".
En Cambiamos apuestan a desbaratar picardías, como la "desaparición" de boletas en el cuarto oscuro, en especial la de los partidos que no alcanzan a fiscalizar las cerca de 90 mil mesas electorales nacionales. De todos modos, en más de 70 años de vigencia del sistema, nunca hubo fraude ni cambios relevantes de resultados.
Desde el FpV rechazaron el proyecto. "No garantiza el voto secreto, violando un precepto constitucional", explicó a este cronista el diputado rosarino Marcos Cleri. Y luego abundó, "la computadora tiene un chip que registra el orden de votación; y en las planillas del presidente de mesa y de los fiscales también se registra el orden de llegada de votantes, que están en el padrón de cada mesa. Un simple cotejo del chip con el orden de llegada de los votantes en las planillas determina qué votó cada uno".
Silvina Frana, también del FpV (ciudad de Santa Fe), concedió: "Voy a dar por válida la hipótesis que impulsan ustedes (oficialismo) de que la ciudadanía está pidiendo esta reforma, aun cuando le costará al país 300 millones de dólares; ¿entonces, por qué nunca nos respondieron sobre las hipótesis de violación del secreto que nosotros planteamos? A mí, hace pocas semanas, me dijeron "la máquina impresora no tiene chip", pero ahora resulta que sí tiene chip; nos quieren tomar por tontos", fustigó.