El paro nacional convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT) se sintió fuerte en todo el país, en especial por la adhesión de los gremios vinculados al transporte público. Aunque tampoco funcionaron los bancos y la actividad en las escuelas fue baja. En el plano comercial, el acatamiento fue dispar.
En la Capital Federal, la adhesión del sector del transporte (sin servicio de trenes, subtes, colectivos ni vuelos), superior al 90 por ciento de acuerdo a voceros sindicales, resultó determinante para que el paro resultara exitoso, pese a que la CGT decidió que no iba a movilizarse.
La izquierda, en cambio, sí realizó manifestaciones y protestas callejeras: una de ellas culminó con un acto al pie del tradicional Obelisco porteño, donde el dirigente gremial ferroviario Rubén Pollo Sobrero generó polémica al arengar a los militantes a "seguir empujando" con el plan de lucha "hasta que caiga el gobierno". También hubo cortes en algunos accesos a la Capital Federal, como en el puente Pueyrredón, en Avellaneda.
La adhesión de los gremios de transportes al paro hizo que la medida de fuerza se percibiera ampliamente en Mendoza, donde las calles permanecieron prácticamente vacías. Bancos y estaciones de servicio tampoco funcionaron. En el caso de la escuelas, fue más amplia la ausencia de alumnos que de docentes, a los que se les descuenta el día si y el ítem aula (presencia frente al curso) si hacen huelga.
En Córdoba, al igual que en la mayoría de las provincias, la falta de transporte hizo que el paro se sintiera fuerte en las calles. En la capital de esa provincia, particularmente, hubo varias movilizaciones y cortes. La Cámara de Comercio de Córdoba indicó que abrió el 70 pro ciento de los locales.
Según el Ministerio de Educación cordobés, en la capital el 67 pro ciento de las escuelas no funcionó y, en el interior de esa provincia, el 33 por ciento.
La actividad fue muy limitada en Santiago del Estero, donde la mayoría de los comerciantes no abrieron sus puertas, como tampoco lo hicieron los bancos. La administración pública también estuvo inactiva. Por otro lado, con el acatamiento de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), la vía pública lució desierta, a pesar de que la mayoría de las estaciones de servicio dispusieron guardias de atención al público.
En Neuquén no hubo actividad en las oficinas provinciales ni municipales, no operaron los bancos y el gremio docente Aten adhirió al paro nacional, por lo que no hubo clases en las escuelas públicas, como tampoco en las universidades estatales o provinciales.
Asimismo, la actividad petrolera fue nula porque el sindicato de lo trabajadores del sector se sumó a la medida. Sólo una parte de los taxistas trabajó ya que el gremio que los agrupa decidió dejar en libertad la decisión de tomar parte o no de la huelga.
A su vez, las principales ciudades de Río Negro, como Bariloche, Cipolletti, General Roca y Viedma, estuvieron prácticamente inactivas.
En Bariloche, la más importante ciudad turística de esa provincia, las calles comerciales permanecieron sin visitantes. Los trabajadores del petróleo también quedaron afectados por la decisión de su gremio en Neuquén.