“En ciencia, si no invertís ahora estás empobreciendo el futuro”. Así lo señaló Nicolás Lavagnino, director del Grupo de Economía, Política y Ciencia del Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (EPC-CIICTI).
Investigadores denunciaron que la ejecución presupuestaria para el sector bajó más de 50% en julio
Por Alvaro Torriglia
“En ciencia, si no invertís ahora estás empobreciendo el futuro”. Así lo señaló Nicolás Lavagnino, director del Grupo de Economía, Política y Ciencia del Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (EPC-CIICTI).
Este nucleamiento monitorea las políticas vinculadas a la ciencia y tecnología y expuso en un informe reciente que la ejecución del presupuesto nacoinal para el sector bajó al 51% interanual en julio, llegando a niveles mínimos, solo perforados en 1976 y 2002. Caída de salarios y puestos de trabajo, suspensión del financiamiento a los equipos de investigación y desinversión en equipamiento, así como una incipiente fuga de cerebros, caracterizan el panorama actual de la ciencia y tecnología en el país. “Estamos financiando el desarrollo del sistemas científicos de otros países”, advirtió Lavagnino, al tiempo que advirtió que la Argentina “está perdiendo la carrera” en ese vector de desarrollo.
El grupo que monitorea las políticas vinculadas a la ciencia y tecnología, expuso en un informe reciente que en julio, el gobierno nacional ejecutó un 51% menos del presupuesto de ciencia y tecnología respecto a 2023. Nicolás Lavagnino, director del Grupo EPC-CIICTI, explicó en una reciente entrevista al programa radial La Banda Cambiaria algunas de las consecuencias de esos drásticos recortes. Además, durante los primeros ocho meses de gestión del gobierno de Milei, el sector científico-tecnológico perdió 2.448 puestos entre los distintos organismos y empresas estatales.
Las consecuencias de esos drásticos recortes no perdonan ni a desarrollos y equipos que impulsaron emprendimientos empresariales que hoy están en la cresta de la ola. “Para dar un ejemplo, una investigación conducida por la doctora Raquel Chan, la desarrolladora del trigo tolerante a la sequía, ganó el año pasado un proyecto para un subsidio cuatrienal de un millón de pesos, en el marco de un programa nuevo que tenía el Ministerio de Ciencia y Tecnología cuando existía”, comentó Lovagnino. Luego del pago de la primera cuota en 2023, ese subsidio “hoy está en el aire”, señaló.
El logro de Chan, el trigo HB4, es uno de los hitos científicos de la Argentina, reconocido mundialmente. Esta semana fue aprobado recientemente en Estados Unidos para su siembra y comercialización. Se trata de uno de los logros científicos más reconocidos a nivel internacional. Pero el gobierno nacional no la ve. “Hay un total desconcierto respecto de qué hacer son investigaciones de cuatro años por ejemplo y una de las áreas más notables en donde en Argentina tiene muchísimo desarrollo, la de tecnología de alimentos”, resaltó.
Otro ejemplo del impacto de este cambio de época se ve en el desarrollo de una plataforma de vacunas que se desarrolló al amparo de toda la necesidad que se hizo evidente en la pandemia. “Eso está esperando el visto bueno para poder hacerse, está todo desarrollado, ya se hicieron los estudios de Fase 3 para que la Argentina tenga su vacuna contra el Covid, que además es un esquema polivalente que puede permitir utilizar esa misma vacuna para para otras otras problemáticas de salud, pero también corre el riesgo de caer”, agregó.
También está detenido el proyecto “Salta ventana del universo”, que es “muy importante en la cooperación astronómica y astrofísica de la Argentina con otros países”. Son todas iniciativas públicas que luego encuentran el camino para se aprovechadas en el sector privado. “Si no invertís ahora, te estás empobreciendo en el futuro”, advirtió Lovagnino, quien recordó que fueron los estudios públicos de prospección “los que descubrieron en su momento Lomas de la Lata, lo que descubrió Vaca Muerta”.
Pero el momento actual es “muy complicado”. Según el estudio de EPC-CIICTI, este año se gastó menos de la mitad de lo que se gastó el año pasado en el mes de julio, en términos reales. “Este año viene bajando en promedio el 30% y ahora se bajó otro escalón, cada vez se va gastando menos y eso está en línea tanto como con la caída de los salarios como del financiamiento para el desarrollo de las actividades científicas”, dijo el director del grupo.
>> Leer más: El gobierno provincial impulsa una nueva ley de parques productivos para Santa Fe
Para un gobierno ajustador, el resultado es paradójico, porque el resultado es que “de lo poco que se gasta, la participación de los sueldos es cada vez mayor porque todo lo otro está cayendo en el orden del entre 50% y 60% en términos reales”.
Lovagnino se lamentó porque “también hay un gran mutismo y mucha dificultad para conocer lo que las autoridades tienen pensado para el sector”. La discusión, advirtió, “ya se va poniendo ideológica por parte de los funcionarios del sector”.
“Dicen que en las futuras convocatorias hay áreas que no son prioritarias y no van a ser convocadas, que van a ser un análisis para que las investigaciones, entre comillas, no estén contaminadas ideológica y políticamente”, dijo. Así, al problema económico le van agregando “un matiz un poco más oscuro todavía, de persecución, exponiendo un prejuicio y un gran desconocimiento sobre cómo funciona el sistema ya que cada convocatoria es evaluada por pares”.
“Esta idea de que es sencillo investigar o alcanza con ser militante, revela el desconocimiento de lo que son los mismos procesos de evaluación, que incluyen evaluación ciega”, explicó.
El dinero para hacer ciencia “desapareció” y eso implica la compra de insumos, el equipamiento, los servicios, el sostenimiento de las muestras.