“Me impactó la cantidad de nuevas empresas que vinieron”, dijo Pedro Borsellino, titular de la industria gráfica rosarina que lleva su nombre, a poco de que la Feria Internacional de la Alimentación (Fiar) abriera ayer sus puertas en Rosario. En el stand de la firma, ubicado al ingreso del predio ferial montado en el salón Metropolitano, destacó la novedosa y moderna estética de la muestra, que se extenderá hasta el sábado.
Lo mismo señaló Graciela Alabarcé, titular de la empresa de panificación La Cumbre, la firma rosarina que este año celebra 40 años de vida. “Es la mejor Fiar de todas”, dijo. El presidente de la Asociación Empresaria de Rosario (AER) y coordinador de la expo sacó pecho: “Sabía que después de dos años de espera, la nueva estética iba a sorprender”, dijo.
Con este despliegue escénico, producto de que las empresas aprovecharon las ventajas que aporta la tecnología para montar sus stands, la exposición arrancó con el cupo completo. La ventaja es que se trata de “una muestra consolidada y muy compacta”, aseguró Diab. Y repasó la trayectoria de 21 años: “Ya no tenemos que explicar de qué se trata”.
“Estamos felices de reencontrarnos después de dos años de pandemia”, dijo Alabarcé y detalló que la empresa, muestra en esta expo sus logos y su línea de productos renovados. “Realizamos más de 10 reuniones de trabajo con compradores del exterior”, dijo y detalló que llegaron más de 14 empresas de 12 países.
Tanto desde Brasil, como Colombia y Costa Rica se mostraron interesados en madalenas y mini budines. “Nuestra presencia aquí es para tener contacto con nuestros compradores el mercado interno, pero también con otros nuevos del exterior y generar negocios de exportación”, dijo la empresaria y reveló que la intención es “volver a Brasil donde hemos estado presentes durante muchos años”.
Participar de esta plataforma de negocios de rango internacional es para las empresas de la región una vidriera al mundo. El plato fuerte del día fueron las rondas de negocios internacionales, con 218 encuentros. Hoy continuarán. Y el viernes llegará el turno de las rondas nacionales, donde los supermercadistas tomarán la posta.
“Las rondas internacionales están haciéndose muy bien, prácticamente tenemos todos los países de Latinoamérica, con quince compradores de Brasil, Colombia, Chile, Perú. De ellos hay dos tercios que están más orientados a la compra de productos masivos y los otros son distribuidores de equipamiento, por lo cual se responde a la demanda de la cartera de expositores”, destacó Sebastián Chale, secretario de Desarrollo Económico y Empleo de Rosario.
Boris Gotterman, titular de la famosa cadena de carnicerías de Uruguay, “El Novillo Alegre”, pisó por primera vez Fiar y Rosario, y se mostró “sorprendido” por el nivel de la muestra. “La maquinaria para nuestra industria está a precios muy competitivos y con gran calidad”, dijo.
Demanda e inversión
La producción de alimentos y de equipamiento para la industria de la alimentación, los dos grandes rubros que se exponen en la muestra, están en un buen momento, aunque también complejo. Podría resumirse en que enfrentan una demanda sostenida, en un contexto de dificultades para abastecerse de insumos y de aumento de costos por la inflación y la tensión cambiaria.
“A diferencia de otras épocas, hoy es más difícil comprar que vender”, sintetizó Ariel Dolce, titular de Flexocolor, la industria que se dedica brindar soluciones para envases flexibles. Como muchos de sus pares ,viene de realizar importantes inversiones. Entre otras, desembolsó u$s 2,5 millones para comprar una impresora digital de punta, que está operativa desde julio pasado y le permite a la compañía “viabilizar negocios de baja escala” y mejorar la oferta para productos de nicho. La ley de etiquetado frontal también movilizó el segmento.
La gráfica Borsellino también está con “una demanda a full”. Su titular, Pedro Borsellino, recordó que retomaron la inversión en el parque industrial Uriburu para montar una planta de 15 mil metros cuadrados totales para fabricar flexibles. Eso le permitirá liberar espacio en sus instalaciones de Ovidio Lagos para destinarlo, entre otras cosas, a atender la demanda de las farmacéuticas. En las nuevas instalaciones la empresa montará tres nuevas máquinas adquiridas en Dinamarca antes de la pandemia que multiplicará su capacidad productiva.
La empresa panificadora La Cumbre también invirtió en el parque industrial de Alvear, donde está instalada desde hace siete años, para triplicar la producción de pan dulce.
“Estamos con desarrollos nuevos y una producción muy alta que nos pone entre los primeros fabricantes del país”, dijo Graciela Alabarcé.