Wall Street prolongó su retroceso ayer ante los temores de los inversionistas de que el salvavidas que el gobierno le arrojó el fin de semana a las gigantes hipotecarias no sea suficiente para prevenir nuevos problemas en los mercados financieros.

Wall Street prolongó su retroceso ayer ante los temores de los inversionistas de que el salvavidas que el gobierno le arrojó el fin de semana a las gigantes hipotecarias no sea suficiente para prevenir nuevos problemas en los mercados financieros.
La Reserva Federal y el Departamento del Tesoro anunciaron medidas el domingo para ayudar a las firmas hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, agobiadas por la crisis que afecta el sector.
La preocupación de los inversionistas en torno al sector financiero surge en una semana en la que muchas compañías financieras presentarán sus informes trimestrales, entre los que habrá seguramente muchas depreciaciones por el aumento de la deuda hipotecaria.
Wall Street ha estado muy preocupada por el bienestar de ambas compañías, pues juntas poseen o respaldan 5,3 billones de deuda hipotecaria, aproximadamente la mitad de las hipotecas en Estados Unidos.
El índice industrial Dow Jones cayó ayer 0,41 por ciento y quedó en 11.055,19, tras haber subido casi 140 unidades al comienzo del intercambio bursátil.
El viernes la incertidumbre sobre Fannie Mae y Freddie Mac produjo una sesión volátil al llevar al Dow por debajo de la marca de las 11.000 unidades por primera vez en dos años, antes de detener sus perdidas.
El anuncio. El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, anunció el domingo la operación de salvataje, a través del aumento temporal de sus líneas de créditos en favor de las dos principales entidades hipotecarias del país. El gobierno impulsará, además, en el Congreso un paquete de rescate, consistente en la autorización a la administración Bush para comprar en los próximos dos años miles de millones de dólares en reservas, y prestar dinero a ambas compañías para que cubran sus necesidades de corto plazo.
Esas medidas, sin embargo, no lograron evitar el derrumbe bursátil que arrastró a otras entidades financieras, tras la quiebra el viernes último del segundo banco hipotecario del país, el californiano IndyMac.
El respaldo del Tesoro, cercano a los 2.225 millones de dólares para la Asociación Federal de Hipotecas Nacionales (Fannie Mae) y la Corporación Federal de Préstamos Hipotecarios para la Vivienda (Freddy Mac), fue establecido en los años 70. Es decir, cuando la deuda de ambas agencias de garantías (que otorgaron más de la mitad de todas las hipotecas en Estados Unidos, unos 12 billones de dólares) era muy inferior a la del presente.
Esos compromisos, se estiman en 800 mil millones para Fannie y 740 mil millones para Freddie, tras el duro golpe de la crisis de los créditos hipotecarios subprime que estalló hace casi un año.
Ambas entidades "juegan un papel fundamental en nuestro sistema hipotecario y deben seguir haciéndolo en su calidad actual de empresas controladas por accionistas", dijo Paulson.
En ese sentido, agregó que "el apoyo que prestan al mercado es particularmente importante, sobre todo mientras resolvemos la situación hipotecaria actual".
Por lo pronto, el gobierno solicitará al Congreso que conceda a la Reserva Federal (FED) un papel más relevante a la hora de determinar "el colchón de capital" con el que cada compañía hipotecaria debería contar.
El gobierno, con su abierto apoyo, quiere "convencer a los inversores de seguir teniendo confianza en las perspectivas a largo plazo de Fannie Mae y Freddie Mac", explicó el influyente diario estadounidense The Wall Street Journal.
Sin expectativas. Un informe de los economistas de la famosa consultora Goldman Sachs aseguraron que el plan anunciado por el gobierno de Estados Unidos para apuntalar las firmas hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac "no revivirá al castigado mercado inmobiliario estadounidense".


