Tras su histórica victoria electoral, Maximiliano Pullaro le pidió al gobernador Omar Perotti que “cuide los recursos de los santafesinos”. La primera referencia al área económica fue en tono de advertencia. Algo que llama la atención cuando tiene en frente a una administración que llevó a nivel de mito la preferencia por los plazos fijos, aunque al mismo tiempo exponga un déficit financiero importante en el análisis de las cuentas públicas a mitad de año.
Es probable que haya allí una devolución de gentilezas frente a la transición del año 2019, cuando el equipo económico de Omar Perotti hizo foco en un supuesto desmadre de las cuentas públicas santafesinas durante los últimos meses de mandato Miguel Lifschitz.
El equipo económico del fallecido ex mandatario, que en estas elecciones fue una de las principales referencias que mostró el ganador de las elecciones, estaba encabezado por Gonzalo Saglione y Pablo Olivares, una dupla de economistas que juega junto desde hace tiempo, compartiendo incluso la consultora P&G. En aquellos tiempos atravesados por la crisis económica macrista, el primero era el ministro de Economía y el segundo, el viceministro. ¿Es problable que esta fórmula se invierta para esta nueva etapa de gobierno?
“Hay que tener paciencia para ver la conformación del gabinete, pero Pablo seguramente tendrá un rol protagónico”, dicen cerca del economista santafesino que, desde las redes sociales, fue uno de los más ácidos y fuertes críticos de la administración económica de Omar Perotti. Básicamente, sus dardos apuntaron siempre a la subejecución de partidas, a la preferencia por las imposiciones financieras y a la inmovilización de recursos para obras y servicios públicos.
"Hace un año el gobernador anunciaba con el gobierno nacional el acuerdo de cobro del crédito más grande que haya tenido una provincia argentina y en dos meses se habrá cobrado un tercio del paquete, pero hay freno en la obra pública", denunciaba Olivares en junio pasado y señalaba que "mientras esos fondos están disponibles el gobierno provincial pide multiplicar por diez la autorización de endeudamiento mediante instrumentos de corto plazo" y consideraba que "claramente la obra pública no es el destino real de ese mayor endeudamiento buscado".
Si en esta órbita girará la política económica del próximo gobierno, cabe rastrear en aquella gestión algún trazo de lo que puede venir. Con la consigna de que “no nos obsesiona el superávit fiscal sino el equilibrio fiscal”, aquella conducción atravesó un momento volátil de la economía argentina. Comenzó apadrinado con el aumento de la recaudación que permitió el fin de las detracciones de coparticipación que motivaron el fallo de la Corte nacional al reclamo que hizo en su momento Hermes Binner. Y terminó acosado por la megacrisis económica del macrismo, que obligó al Estado provincial a suplir con gastos propios los enormes recortes en obras públicas, subsidios y transferencias automáticas (fondo sojero) y no automáticas del gobierno nacional. En el medio, se colocó deuda externa por u$s 500 millones, destinada a financiar a un programa de infraestructura acordado con el Senado.
Un dato de época es que el tercio electoral que sumó a la victoria de Pullaro, con el acople de Cambiemos al viejo esquema del Frente Progresista, contiene a los referentes de aquel gobierno nacional que no se la hizo nada fácil a la economía provincial.
Algo de lo que tomó nota quien durante la campaña se mostró como asesor de Pullaro en el sector de Producción. Se trata de Esteban Motta, quien durante una reciente entrevista con este medio recordó que la industria santafesina la había pasado mal por efecto de las políticas económicas nacionales de 2015 a 2019. El dirigente de Federación Agraria acaba de ser electo como senador por el departamento San Martín, lo cual ¿lo distancia de su ingreso al gabinete?. Serán definiciones que se conocerán en los próximos días. Lo que sí dejó como programa, al menos en aquellas declaraciones, fue su interés por retomar el fondo de financiamiento productivo que se creó durante el gobierno de Lifschitz.
En los gobiernos de alianzas, el Ministerio de Producción suele tener el destino de prenda de cambio con los socios políticos. De hecho, durante los gobiernos encabezados por socialistas, esa cartera fue conducida la mayor parte del tiempo por referentes de extracción radical. Habrá que ver cómo entra esta vez dentro de un complejo armado que ahora tiente tres patas, una de las cuales ha expresado políticas productivas, industriales al menos, diferentes a la de los otros dos.
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Por otra parte, la gestión de la cartera productiva es una vara alta que deja la administración Perotti, que supo potenciar las políticas nacionales de recuperación de la producción y el empleo industrial, con programas de financiamiento específicos y una estrategia de desarrollo relevante en el área de ciencia y tecnología.
En materia de continuidades, desde las filas de Pullaro se aclaró que se mantendrán la Billetera Santa Fe y el Boleto Educativo Gratuito, dos de los ítems que hoy capturan buena parte de las transferencias provinciales al sector privado. Las cuentas santafesinas arrancaron 2023 presionadas por el efecto de la sequía. En los primeros meses del año los recursos crecen menos que los gastos, aunque el incremento interanual de 108% está apenas unos puntos por debajo de la inflación.
El déficit financiero se ubicó en $ 33.140 millones antes de los gastos figurativos, y $ 41.189 millones después de estos. En cuenta aparte están los recursos que entran por el pago de la deuda histórica generada por la detracción indebida de recursos de la Ansés. Este mes, el Poder Ejecutivo debería elaborar y enviar el proyecto de presupuesto para 2024. Habrá que ver si ahí hay un terreno de disputa.