Comprar con tarjeta de débito productos de la canasta básica resulta mucho más conveniente que pagar en efectivo con los descuentos que muchos comerciantes realizan para tratar de recibir cash.
En una economía inflacionaria la demora en la acreditación significa pérdidas para el comercio.
Comprar con tarjeta de débito productos de la canasta básica resulta mucho más conveniente que pagar en efectivo con los descuentos que muchos comerciantes realizan para tratar de recibir cash.
A raíz de la implementación del programa “Compre sin IVA”, el cual implica una devolución del 21% en las compras efectuadas con tarjeta de débito, afloraron los descuentos en efectivo para incentivar al consumidor a no usar la tarjeta, que generalmente son del 10%.
Sin embargo, esto no termina siendo buen negocio para el consumidor. Un informe elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) indica que mas allá de que para muchos pueda resultar oportuno recibir un descuento en efectivo respecto al Compre sin IVA, “hasta un consumo acumulado de $89.500 por mes, el único descuento en efectivo que compite con el programa oficial es uno que sea superior al 21%”.
El programa Compre sin IVA fue dispuesto mediante la resolución general Nº 5418/2023 de la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) y establece reintegros del 21% a las compras realizadas en comercios minoristas y/o mayoristas, con un tope de hasta $18.800.
Según el análisis de Iaraf, con este programa “un consumidor que paga con tarjeta de débito tiene una devolución del 21% (reintegro) en un lapso máximo de 48 horas, mientras que si paga en efectivo, el descuento debería ser superior al 21% para ser la mejor opción”.
No obstante, el programa “Compre sin IVA” cuenta con un límite de devolución mensual, de $18.800. Por lo tanto, “una vez superado el consumo de $89.500 con tarjeta de débito en la canasta básica, resulta conveniente cualquier nivel de descuento en efectivo contra la opción del pago con tarjeta de débito”, aclaró el Iaraf.
Aún así recordó que “la única vía correcta es la de la compra formal, independientemente si es en efectivo o con tarjeta”, aunque “dada la carga tributaria, el vendedor tiene un incentivo alto a vender de manera informal, lo que lleva a las ofertas de descuento por pago en efectivo”, agregó.
Para ponerlo en números, Iaraf puso un ejemplo concreto. Ante un consumo de $10.000 resulta más conveniente la compra mediante tarjeta de débito, ya que el reintegro de $2.100 resulta un 110% mayor al descuento en efectivo de $1.000. Esta diferencia se mantiene hasta el consumo acumulado mensual de $90.000.
A partir de dicho monto de consumo acumulado, al consumidor le conviene consumir en efectivo cada peso extra de consumo, debido a que el reintegro del “Compre sin IVA” tiene un tope de $18.900 y se consumió con $90.000.
Iaraf explicó que la mayoría de las personas beneficiadas con el “Compre sin IVA” tienen un consumo de estos bienes dentro del tope establecido.
También indicó que “la proliferación de los descuentos por pagos en efectivo refleja la búsqueda de una venta en términos informales”.