Agrego mi queja a las ya publicadas en distintas ediciones en esta sección del Diario La Capital. Agradezco a la empresa Telecom el hacerme conocer las distintas “tonadas” de los amables telefonistas que me responden cada vez que llamo a la antigua “Reparaciones” (114). Estoy viajando a través de las voces por Salta, Tucumán, Córdoba, Chaco, provincia de Buenos Aires, entre otros lugares de la Argentina. Y las respuestas son diversas y contradictorias: que la semana próxima, que el mes próximo, y una serie de afirmaciones para un futuro incierto. Me pregunto: ¿en épocas de la fibra óptica y demás adelantos tecnológicos que ellos mismos ofrecen, qué les sucede a Telecom y Personal? Nadie responde. Es el famoso “no sabe, no contesta. Esto es aceptable en el ser humano común, que somos nosotros, claro. Pero es inadmisible para esta empresa cuyos servicios son pagados regularmente por quienes desde hace tantos años utilizamos el teléfono de línea para comunicarnos. Desde el 1º de abril estamos sin servicio en nuestra línea telefónica y no obstante los reclamos, hasta la fecha, no hay solución posible. ¿Ni el Enacom logra movilizar las reparaciones? Sé que hay muchos perjudicados por este “inconveniente” a causa de los robos de los viejos cables de cobre, ¿pero la empresa no tiene los medios para resolverlo? Seguiré molestando a los gentiles telefonistas de todo el país con la misma pregunta, y quizás algún día vuelva a sentir el sonido de un teléfono que está solo y sigue esperando que lo reparen.