Como ya lo hicieron contra el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y contra el proyecto de la ley ómnibus, las asambleas barriales renacidas esta vez al calor del ajuste que propone el gobierno de Javier Milei convocan a hacer sonar las cacerolas este viernes, en el mismo momento en que el presidente de la Nación desembarque en el Congreso para dar su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del 2024. A la par que buscan y se las rebuscan en formas de subsistencia, los vecinos de una decena de puntos de la ciudad, desde Fisherton Industrial hasta Tablada pasando por Agote, se organizan también para hacer sonar su descontento.
Así como viene sucediendo en los barrios de Capital Federal, y casi como un espejo del fenómeno que se produjo hace más de dos décadas en medio del estallido social de 2001, esta vez desde el sur hasta el norte y también en el oeste, fueron los vecinos y comerciantes los que enseguida se organizaron tras las primeras medidas de ajuste tomadas por el gobierno de La Libertad Avanza (LLA) y que ven cómo a diario tienen consecuencias feroces sobre todos ellos, sus salarios y sus bolsillos.
Primero fue el decreto, después fue el protocolo represivo de la Ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, y el aumento de las tarifas de colectivos. Ahora volvieron a decidir salir a la calle, frente al discurso que el presidente Milei dará en el Congreso Nacional para la apertura de sesiones ordinarias y donde ninguno espera buenas noticias sino todo lo contrario: un recrudecimiento del ajuste sobre asalariados, jubilados y nuevos aumentos.
Convocatoria y cacerolazo
La convocatoria es en una decena de puntos de la ciudad. En Fisherton industrial (Junín y México), en la esquina de Mendoza y Provincias Unidas de barrio Belgrano, en la Plaza Alberdi en la zona norte y en la esquina de Arijón y Ayacucho en el sur, la cita es a las 20.
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En Echesortu, en el cruce de Mendoza y Avellaneda, los asambleístas se convocaron a las 19; y a la misma hora los vecinos de Agote y Pichincha se concentrarán en la esquina de Córdoba y Vera Mujica. Además de otro punto de encuentro en Tablada, los vecinos de Fisherton se reunirán en la esquina de Donado y Mendoza.
La plaza 25 de Mayo también tendrá su convocatoria, pero en este caso es el punto que eligieron los estudiantes para reunirse en "en defensa de la educación".
"A finales de enero nos reunimos de manera autoconvocada en la asamblea barrial de Luis Agote y Pichincha, nos une la defensa de nuestros derechos ante un gobierno nacional que quiere arrasar con todo. Nos organizamos desde abajo pensando una salida colectiva a esta crisis social", contaron desde el macrocentro rosarino donde dos horas antes que el presidente abra las sesiones en el Congreso convocan al cacerolazo.
"Milei seguramente anunciará más medidas de ajuste y represión", señalaron en un comunicado, donde invitan a sumarse con cacerolas y también con carteles para "hacerse escuchar".
Una forma de subsistencia
En Echesortu, otra de las zonas que se sumará con las cacerolas, las reuniones comenzaron en febrero e hicieron de ese espacio una forma de subsistencia entre vecinos.
"Tenemos en claro que el ajuste no lo está pagando ninguna casta, es decir, los grandes empresarios que se beneficiaron siempre. En cambio, no llega la comida a los comedores de barrio, los hospitales no dan abasto para atender a todxs lxs pacientes que migran de la salud privada, recortan los medicamentos oncológicos, la educación pública es atacada", señalan desde este grupo, que no dejan de mencionar eso que más los afecta: los tarifazos de agua y luz que "se hace insostenible pagar para cualquier trabajador y pequeño comerciante".
El aumento exponencial del boleto de colectivo, la desregulación de alquileres, los despidos, la caída del salario y las jubilaciones, y el ataque a los derechos de mujeres y diversidades sexuales están entre los reclamos de la asamblea, que además busca "salidas colectivas y solidarias" en este escenario crítico.
Además tejen modos de subsistencia y redes de ayuda para mejorar la calidad de vida diaria en el barrio que habitan todos, estudiantes, jubilados, trabajadores ocupados y desocupados, amas de casas y comerciantes.
"Unidxs por la certeza que la única forma de frenar este saqueo es organizadxs y en las calles", afirman en los comunicados de las convocatorias. Esa convicción que justamente ratificarán este viernes cuando de decenas de puntos de la ciudad vuelvan otra vez a las esquinas a tocar las cacerolas.