Al menos dos compañías de Florida obtuvieron licencias para operar después de décadas un servicio comercial de pasajeros por ferry entre Cuba y Estados Unidos. La medida, que podría abrir la puerta a los viajes por vía marítima entre ambos países en los próximos meses, sólo contempla licencias puntuales, especificó el gobierno estadounidense. Para la puesta en marcha del servicio es necesaria aún la aprobación de las autoridades cubanas. "Puedo confirmar que la OFAC (Oficina de Control de Activos Extranjeros) emitió algunas licencias específicas para el servicio de ferry de pasajeros", dijo un vocero del Departamento del Tesoro. "Pero la medida no significa necesariamente que los barcos comenzarán los viajes a las costas cubanas de inmediato, ya que todavía hay otros obstáculos burocráticos a superar en ambos países", agregó. La OFAC es la autoridad a cargo de aprobar las operaciones con Cuba, sometida a un embargo comercial por parte de Estados Unidos desde hace décadas.
La empresa Baja Ferries, con sede en Miami, confirmó que la compañía obtuvo una de las licencias. El director ejecutivo de la compañía, Joe Hinson, espera que la empresa empiece a brindar sus servicios a partir de septiembre u octubre. La idea inicial es brindar un servicio de tres o cuatro viajes semanales posiblemente desde Miami a La Habana, cubriendo una distancia de unos 400 kilómetros. En Estados Unidos, sobre todo en Florida, vive según estimaciones hasta el 80 por ciento de los dos millones de exiliados cubanos.
Otra compañía beneficiada es United Caribean Lines, de Orlando. "Ahora tenemos que ir a Cuba a hacer nuestros acuerdos", explicó el directivo Bruce Nierenberg. "Pero todavía hay mucho que hacer con las instalaciones portuarias en Florida y en Cuba, y con la logística", agregó. El viaje estándar saliendo de Florida sería de unas 12 horas, por lo cual los pasajeros tendrían que pasar una noche a bordo.
Histórico acercamiento. Cuba y Estados Unidos anunciaron a mediados de diciembre un histórico acercamiento diplomático después de décadas de hostilidades. Como parte del deshielo que prevé la próxima apertura de embajadas, el gobierno de Barack Obama aprobó varias medidas para flexibilizar el embargo comercial. Entre otras cosas, los estadounidenses pueden visitar ahora Cuba con mayores facilidades en las 12 categorías permitidas para viajes a la isla, entre ellas por motivos familiares o de estudios. Los viajes de turismo a la isla siguen prohibidos por el embargo.
Este último sólo puede ser levantado de forma íntegra por el Congreso de Estados Unidos, controlado actualmente por los republicanos, tradicionalmente partidarios de la mano dura con el gobierno castrista. También compañías de telecomunicaciones cuentan con autorizaciones para operar con Cuba y restablecer la línea telefónica directa entre ambos países. Airbnb, que hace de intermediaria online para el alquiler de casas y habitaciones en todo el mundo, ya han empezado a operar en Cuba. Varias otras compañías estadounidenses, por los sectores agrícola, aéreo o automotriz, han mostrado su interés por el mercado cubano. El gobierno de Fidel Castro expropió a varias compañías norteamericanas después del triunfo de la revolución de 1959. Ambos países rompieron en 1961 sus relaciones diplomáticas.
Terminó con la revolución. Antes de la revolución de 1959 en Cuba, los transbordadores se desplazaban a diario entre Florida y la isla. Llevaban turistas estadounidenses a los hoteles y casinos de La Habana, y los isleños hacían viajes de compras durante la noche a Estados Unidos. El servicio de transbordadores terminó con la implementación del embargo en 1960.
Alrededor del 80 por ciento de las personas que viajan de territorio norteamericano a la isla son cubano-americanos que visitan a sus familias, y un gran número lleva con ellos grandes cantidades de artículos de consumo que no hay disponibles en Cuba, desde ropa para bebé hasta pantallas planas de televisión. En los últimos años, el transporte de esa carga se ha encarecido y han aumentado las dificultades para llevarla a la isla debido a las elevadas tarifas de los vuelos contratados y el endurecimiento de las normas aduaneras en Cuba. Muse cree que los transbordadores serán más económicos para el transporte de carga y pasajeros, y podrían aportar una vía para las nuevas formas de comercio que Obama autorizó cuando a fines del año pasado anunció los resquicios legales existentes en el embargo impuesto a Cuba. Entre otras medidas, Obama autorizó la importación de algunos bienes producidos por el nuevo sector privado de la isla, y permitió la exportación prácticamente ilimitada de mercancías a empresarios.
Por aire. Mientras tanto, la compañía aérea JetBlue anunció ayer que desde el 3 de julio conectará Nueva York y La Habana, con un vuelo semanal, conexión autorizada por el gobierno de Estados Unidos. Los pasajes para el vuelo operado por JetBlue desde el aeropuerto internacional John F. Kennedy de Nueva York hasta la terminal José Martí de la capital cubana se podrán comprar a través de la agencia de viajes chárter Cuban Travel Services (CTS). Por ahora solo existen vuelos chárter ofrecidos por algunas aerolíneas, y con limitado número de personas autorizadas, ya que todavía prevalecen las restricciones impuestas por Estados Unidos a los viajes a Cuba como parte del embargo, que se supone en vía de quedar sin efecto.