A pocos meses de su muerte, el universo narrativo del escritor británico Martin Amis vuelve reinterpretado por el director Jonathan Glazer en “Zona de interés”, un film inspirado en la novela homónima que narra la cotidianidad de un comandante nazi y su familia a pocos metros del campo de concentración de Auschwitz. El film está nominado a cinco premios Oscar a mejor película internacional, sonido, mejor película, director y guión adaptado, las mismas categorías en las que es candidato en los Bafta. La novela fue publicada en 2015 y fue tan polémica en su momento que tardó años en publicarse en países como Francia y Alemania.
La película, estrenada este jueves en Argentina, recupera la historia del comandante de Auschwitz, Rudolf H”ss, y su esposa Hedwig, mientras se esfuerzan por construir una vida de ensueño para su familia en una casa con jardín y pileta junto a Auschwitz, con el sonido de fondo de las actividades del campo de concentración -el funcionamiento de los crematorios, disparos, gritos- de la maquinaria nazi, resignificando aquel concepto de la “banalidad del mal” que concibió Hannah Arendt.
The Zone of Interest (2023) - Tráiler Subtitulado en Español
La historia de la novela de Amis -autor de catorce novelas (entre ellas “Campos de Londres”, llevada al cine en 2018), dos colecciones de relatos y ocho obras de no ficción- se presenta narrada desde la perspectiva de varios narradores, lo cual brinda al lector una visión multifacética de situaciones y personajes, para comprender de manera más cabal los dilemas morales y psicológicos de la trama.
Glazer llevó ese recurso a la pantalla a partir de escenas captadas con cámaras fijas ubicadas en distintos puntos de la casa, lo que denominó “un Gran Hermano nazi”.
Amis, fiel a su estilo, asume en la novela un tono satírico y con elementos de humor negro para afrontar temas complejísimos y es justamente esta mirada provocadora la que le permite al autor enfatizar en su visión sobre la naturaleza del mal y la moralidad y, además, cuestiona la autoridad, la obediencia y aborda la capacidad humana para ser parte de actos atroces.
Amis estaba entre el célebre grupo de novelistas que incluía a Salman Rushdie, Ian McEwan y Julian Barnes, cuyas obras definieron la escena literaria británica en la década de 1980. El autor de “Dinero”, “La información”, “Tren nocturno” y “Visitando a Mrs. Nabokov y otras excursiones” falleció el 20 de mayo de 2023, a los 73 años, como consecuencia de un cáncer de esófago y el mismo día del estreno mundial del film en Cannes donde finalmente obtuvo el Gran Premio del Jurado.
La película se compone íntegramente de tomas fijas, todo un logro estético y narrativo, de la vida familiar de Rudolf H”ss, jefe del campo de las SS en Auschwitz en 1944, en tanto que su esposa Hedwig cumple su rol de ama de casa y madre amorosa. El contraste entres los mundos que se desarrollan a uno y otro lado del muro encuentra una representación certera en una escena en la que Hedwig, interpretada por Sandra Hüller, se prueba los abrigos de las mujeres judías que están siendo gaseadas al otro lado del jardín, mientras la cámara de Glazer ocupa el lugar del espejo en el que ella se admira su nueva figura de dama vestida de visón.
Entre “Zona de interés” y el último film de Glazer (“Under the Skin”) pasaron 10 años. Según explicó el director, el tema que había decidido abordar requería de mucho tiempo de estudio, planificación e investigación. “Lo que me pasó con este proyecto es que tuve que tomarme el tiempo que necesitaba para hacerlo. No podés tomar algo como esto a la ligera. Creo que pasé los primeros dos años leyendo, en realidad, incluso antes de saber qué iba a hacer o cualquier otra cosa. Solo leí e imaginé. Es un tema muy amplio y también necesitaba entender por qué o qué era lo que me atraía del tema, porque eso es lo que sucedió. El tema y el corazón de la historia te llega a vos, no llegás a él. Luego traté de entender lo que sentía que podía hacer. Ver lo que no había visto antes, con un punto de vista diferente, una perspectiva diferente. Porque es muy importante que esta historia sea contada una y otra vez por y para cada generación. Espero que algún día no tengamos que volver a contarlo, pero lamentablemente ese día aún no ha llegado. Luego, cuando leí el libro de Martin, vi que había escrito un libro desde el punto de vista de los protagonistas. Para mí, esa fue la clave de mi propio punto de vista y de mi propia dirección”.
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El director Jonathan Glazer (izquierda) asumió la ardua tarea de representar otra cara del Holocausto.
“Zona de interés” es una película que toma decisiones estéticas y narrativas, en su música, fotografía y montaje, algo en lo que el director puso especial énfasis. “Quería hacer una película sobre la actualidad. No tenía ningún interés en hacer una película sobre este tema que uno pudiera abandonar tranquilamente y decirse «Sucedió hace mucho tiempo. Ya no tiene nada que ver con nosotros». Pero no es así. La historia está ambientada en los últimos años de la Segunda Guerra Mundial, pero el campo de Auschwitz, y la casa y el jardín en los que se desarrolla la película, todavía eran muy nuevos, unos pocos años como mucho. El campamento tenía cinco años y quiero decir que todo era nuevo. Se trataba de edificios nuevos que acababan de construirse. Quería igualar eso, recrearlo y luego encontrar una manera de filmarlo con una lente del siglo XXI. La idea era retratar esta historia como algo actual, algo reciente”.
En ese escenario, sin embargo, el mal está completamente fuera de campo. “El terror -explicó Glazer- está fuera de la pantalla. Creo que la gente se ve menos afectada, o quizás más insensibilizada, ante ciertas imágenes que todos hemos visto. Ciertamente no quería recrear esas imágenes. No quería reproducirlas de ninguna manera. No fue lo correcto para mí. Y no creo que sea lo correcto en este contexto. Pero sabía que especialmente el sonido traería esa dimensión. Cuando comencé a trabajar más, desde una perspectiva evocadora, me di cuenta de que el sonido era esencial y que iba a cimentar la película y a hacernos conscientes del horror que se estaba perpetrando. El sonido tiene el poder de hacer eso”.
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Un macizo de flores en un jardín con pileta marca el límite entre dos mundos.
El complejo diseño de sonido estuvo a cargo Johnnie Burn. “Gran parte de mi investigación implicó leer testimonios de testigos. Tenía un documento de 600 páginas de los hechos ocurridos y testimonios de supervivientes y guardias. Usamos eso para registrar lo que pudimos y recrear eventos específicos sobre los que leímos y nos contaron. Y a partir de ahí creé una biblioteca de sonidos para la película. Así que tuve muchas horas de diferentes tipos de sonidos, como dolorosos sonidos humanos, sonidos de crematorios, sonidos de hornos industriales y sonidos de las fábricas que poseía el campo y que los prisioneros tenían que operar. Jonathan y yo usamos esta biblioteca una vez que pasamos la fase de postproducción. Los sonidos de la muerte nacieron de nuestra investigación de todo lo que se habría escuchado en Auschwitz en ese período y de intentar lo mejor posible recrearlo con el mayor respeto posible a lo que sucedió allí”, explicó Burn.