“Rosario es una ciudad de un violero por cuadra”, afirma Coco Maskivker. Y aunque la referencia es exagerada ofrece un buen pantallazo del fervor local por la guitarra eléctrica. Y la demostración es esta sexta edición del G 11, el encuentro anual de violeros, que hoy, a las 21, sube a escena en la Explanada del Museo Castagnino (bulevar Oroño y avenida Pellegrini), con entrada libre y gratuita. Cuerdas al aire.
A diferencia de otras ediciones, este 2016 ampliará el espectro sonoro y estético: “Este año abandonamos parcialmente la impronta del rock y tenemos muchos estilos musicales y guitarrísticos representados”, dijo Maskivker, quien es el director musical, en dueto con la coordinación general de Roger Muzzio, quien también se prenderá en el convite.
Va a haber tango, folclore, jazz, bossa, pop, rock y blues, con un “seleccionado local” integrado por Axel Giúdice, Marcelo Stenta, Valdi Mónaco, Palmo Addario, Charly Samamé, Ariel Fiora, Cuqui Polichiso, Manuel Asenjo, Martín Delgado, Luis Fuster, Claudio Bogado y Santiago Pagura, junto a Juan Quintero, de Aca Seca Trío, que será la figura invitada.
Ellos, junto a la Rosario Pop Orchestra y los cantantes, sumarán más de 25 músicos en escena, algo así como el sueño del pibe para los guitarristas.
La idea local, tomada de los encuentros internacionales “Crossroads” y “G3”, se convirtió en una noche anual del culto a la guitarra. “En tiempos en los que estos íconos de la música popular del siglo XX comienzan a flaquear, Rosario sigue siendo muy prolífica en guitarristas y la afluencia en constante crecimiento del público hizo al G11 ya un clásico de la ciudad”, consideró el director y tecladista.
En el show de hoy convivirán temas de Santana, Eric Clapton y Deep Purple, con otros de Pappo y Spinetta, pero también habrá música de Astor Piazzolla, Pat Metheny, Joe Satriani y George Benson, además de los temas propios de Juan Quintero. Bueno y variadito.
“Nos encantaría que el «Rosario G11 Fest» sea un festival de alcance nacional, donde el público de todo el país venga a ver a nuestros talentos”, coincidieron Maskivker y Muzzio.
Y concluyeron: “Cuando salís de Rosario, la gente elogia la cantidad y calidad de la música de acá. Lo menos que podemos hacer es rendir culto a nuestra propia identidad y qué mejor propuesta que mostrar esta cantidad y calidad en nuestra propia tierra”.