Viviana Saccone, protagonista de “La divina familia”, comedia que no escatima en emociones y donde con uno de sus roles más autobiográficos y celebrados cautiva al público en Mar del Plata, reconoció que es “de una generación donde las familias tenían dificultades para demostrar el amor”.
La actriz, quien comparte elenco con Fabián Vena, Hector Calori, Kitty Locane, Pablo Sorensen y Enrique Liporace para funciones diarias en el Teatro Carreras del centro marplatense, remarcó a Télam que “es una temporada que avanzó y muchos pudimos hacer doble función en Carnaval, pero diría que hubo un 30 por ciento menos de espectadores respecto a la temporada pasada. Se está viviendo una situación económica muy difícil y los turistas disfrutan de la playa tres o cuatro días, para después elegir solo una opción”.
Pese a esos escollos, la artista aseguró que “La divina familia” consigue una recepción especial en Mar del Plata porque el elenco representa a una familia de inmigrantes que justamente quiere veranear en la ciudad para conocer el mar, una situación que comparten o compartieron muchos de los espectadores de la ficción costumbrista.
En medio de las últimas funciones del verano, Saccone también contó de sus nuevos proyectos y de sus deseos de volver a la televisión en un rol distinto a alguno de los que la llevaron a la fama. La actriz, que trabajó en exitosas tiras, algunas en roles de villana, fue parte de los elencos de “Clave de Sol”, “Celeste”, “Más allá del horizonte”, “Por siempre mujercitas” y “Los Buscas”, entre otros. Además de teatro, donde hace poco se destacó en “Sex”, de José María Muscari, hizo radio y debutó en la conducción televisiva en 2022 cuando se puso al frente de “Toda la vida con Vivi”, en la señal Net TV.
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“Compuse el personaje recordando a personas que pasaron por mi infancia, mi abuela, mi madre, sus vecinas", dijo Saccone.
Tu personaje, Luisa, es el corazón de la familia argentina que retrata la obra. ¿Qué cosas te ayudaron a crearlo?
Me encanta este personaje porque tiene mucho de la familia típica, de inmigrantes y gente sufrida, de una clase baja a la que le cuesta remontar, pero sin embargo se ama, se amontona y se cuida como puede. Soy de una generación donde las familias aprendieron a los ponchazos y tienen dificultades para demostrar el amor. Lo compuse con un poco de todo eso y recordando a muchas personas que pasaron por mi infancia, mi abuela, mi madre, sus vecinas, y principalmente sus amigas.
¿Fue difícil comportarse como una familia y lograr el verosímil?
Hay una energía con la que decidimos trabajar todos difícil de explicar, en equipo. Es un equipo que ensambló muy bien desde el comienzo, donde seguimos todos una misma línea de trabajo que comanda nuestro capitán y director Roberto Antier, que fue muy claro en su propuesta. Y después contamos con una escenografía que nos ayuda mucho, hay un mate que funciona de verdad, una canilla donde sale agua de verdad, una salsa que voy condimentando. Son todas cuestiones que nos van familiarizando mucho con este hogar. Es una obra muy coral y desde ese lugar trabajamos y conectamos. Todos entendemos cuál es la esencia de esta familia y vamos en busca de eso cada noche.
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Liporace y Saccone en la ficcional cocina familiar.
¿Qué uso le das a las redes sociales o a Internet?
Soy muy pro redes sociales porque creo que te da muchas posibilidades, por ejemplo en el contacto con el público. Es lo que se viene. Hay cosas que te gusten o no te gusten, avanzan. Se instalan y cada vez se hacen más masivas. El mundo va para ese lado y cada uno con la edad que tiene se va acercando de la manera que puede. Yo prefiero no negarme y acercarme de donde puedo. Y bueno, lo hago así, promocionando un poco lo que hago y sin mostrar mucho de mi intimidad, muestro fotos que en apariencia son mi intimidad pero muchas veces no lo son. Me gusta hacerlo con alguna intención, como con la gimnasia, que me parece que es un hábito que vale la pena compartirlo porque hay mujeres de mi edad a las que puedo estimular. Esas cosas son lindas. Es una buena herramienta a todo nivel, y también para lo amoroso, hay muchos que se conectan en ese nivel, y las nuevas generaciones directamente hacen todo con el celular hasta mirar series o programas.
¿Cuál es para vos la particularidad o el encanto de hacer temporada en verano con el público de vacaciones?
Es un público que está más relajado y tiene un mayor espíritu para disfrutar. Por eso funcionan siempre en temporada las comedias; es rarísimo que vaya en verano a Mar del Plata o Córdoba un elenco para hacer un drama. Esas son cosas que la gente ve más durante el año o le interesa a la gente del teatro. En verano es todo diversión.
¿La pandemia cambió la relación del público con el teatro?
La pandemia dejó secuelas enormes en todas las personas, pero no veo muchos cambios en el público. Sí veo a muchos adolescentes con temas de depresión u otras cuestiones sociales. Escucho muchas situaciones delicadas respecto a los chicos y a su manera de vincularse, incluso hay casos con mucha repercusión como el de Lucio Dupuy o Fernando Báez Sosa, que sobresalen en miles de otros casos que pasan y no conocemos, que nos dejan en estado de alerta y nos muestran que la gente está un poco trastornada.
¿Qué planes tenés para este año?
Hay una posibilidad de continuar con esta obra en Buenos Aires y otras cositas dando vueltas que tienen que ver con la conducción y la dirección de un espectáculo. Me gustaría volver a la televisión y tengo un proyecto que si se concreta estará muy bueno.