El drama romántico “Vidas pasadas”, ópera prima de la surcoreana Celine Song que se estrena este jueves en cines de Rosario, sigue la nostálgica historia de amor platónico de dos compañeros de la escuela que, emigraciones de por medio, se separan pero mantienen contacto virtual a lo largo de dos décadas y fantasean con algún día reencontrarse.
Con desempeño anterior en la dramaturgia del Off-Broadway, Song emigró con sus padres de Corea del Sur a Canadá cuando tenía 12 años y tras graduarse de la universidad se mudó a Nueva York para estudiar una segunda carrera relativa a las letras, algo que volcó a su protagonista de “Vidas pasadas”, que tuvo el mismo recorrido.
VIDAS PASADAS - TRAILER OFICIAL - Estreno 29 de febrero, solo en cines
Compartiendo el factor común con su colega francesa Justine Triet (“Anatomía de una caída”) de ser mujeres no estadounidenses que con su ópera prima llegan a estar nominadas en el rubro de “Mejor película” de los próximos premios Oscar, ambas realizadoras compiten, a su vez, por quedarse con el galardón al “Mejor guión original” en la gala de la Academia de Hollywood del próximo 10 de marzo.
Si bien para el premio mayor no son favoritas ni “Vidas pasadas” ni “Anatomía de una caída”, sí lo son ambas en la categoría de guión, en la que compiten con “Los que se quedan”, “Maestro” y “Secretos de un escándalo”, que también se estrena hoy en la ciudad; ya que, además de ser muy buenos guiones, sus contendientes son dos varones y una estadounidense, lo que aportaría también al “tokenismo” al que suele aferrarse la Academia de Hollywood.
La nostálgica cinta retrata la historia de vida que muchos inmigrantes coreanos transcurrieron en Estados Unidos, que actualmente suman 2 millones de personas en el país y representa una de las principales minorías de esa población, y toca temas como el desarraigo, especificidades culturales de Corea del Sur, cuestiones de adaptación y sobre la pérdida de identidad social por vivir en el exterior. Otro de los tópicos de la película es la reflexión sobre lo especulativo de lo que no fue y pudo haber sido de haber tomado otro camino alternativo al elegido. Algo que Song introduce en el film a través del concepto de “In-Yun”, definido como la forma del universo de hacer reencontrar y unir almas que compartieron una conexión en vidas pasadas.
Esa conjunción entre experiencia biográfica de la cineasta y factor común entre millones de coreanos lleva a la historia hacia las disyuntivas que emergen respecto de reencontrarse con su “vida pasada”, su “In-Yun”, y la colisión con su vida actual, en la que se está en pareja con otra persona. “Es un filme sobre las revelaciones que tiene esta mujer a lo largo de su vida. Se sintió muy especial para mí porque también tuve mi propia revelación: «soy una cineasta», lo cual no sabía hasta que empecé a hacer esta película”, dijo Song sobre su proceso en un podcast de Hollywood Variety.
La aproximación íntima de la cinta la convierte en una de las mejores nominadas a los Oscar con independencia de los resultados de la gala del 10 de marzo, lo que también contrasta con la última ganadora principal, la también con orígenes asiáticos “Todo en todas partes al mismo tiempo”, que plantea universos paralelos mucho más enroscados que el propuesto por esta sencilla historia.