Joan Manuel Serrat sale al escenario del teatro Astros y un centenar de periodistas de Argentina, España y Francia lo aplauden de pie. No va a hacer ninguna canción, pero la ovación espontánea es porque es conocido por “El vicio de cantar”. Así se llama el espectáculo con el que el Nano se despedirá de los escenarios “pero no de vivir, ni de amar, ni de componer” con una gira internacional que comenzará nada menos que en el Autódromo de Rosario, este sábado 5 de noviembre, ante una multitud de fieles que querrán decir presente en esa noche histórica.
Las despedidas no son simples y menos lo son para Serrat, quien con 78 años celebra 57 de música, como impacta el subtítulo de este tour “Serrat 1965-2022”. Por eso le va a costar hablar de cuál fue la mejor canción que hizo en su carrera, o, en una situación imaginaria, qué temas elegiría cantar si le llegasen a entregar un Premio Nobel.
Humilde, eligiendo las palabras, y a veces algo reacio a dar las respuestas que cierto periodismo porteño espera escuchar (“eso es retórico”, dirá varias veces ante una pregunta obvia), el catalán elegirá una salida humorística para decir que preferiría que, antes que él, reciba un Nobel Chico Buarque “porque sus canciones son emotivas”; luego Silvio Rodríguez “por su inteligencia” y luego Joaquín Sabina “porque es lo que a él más le gustaría”.
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“Lo que conozco de los lugares es casi todo el resultado de lo que me han enseñado mis amigos”
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
A regañadientes eligió “De vez en cuando la vida” y “Aquellas pequeñas cosas” como sus dos canciones más logradas y dijo que no dejaría de cantar sus temas más exitosos porque ya están muy escuchados, sino que sacaría del repertorio aquellas canciones “que ya me disgustan”.
Pero aclaró que aunque compuso “temas buenos y otros prescindibles” puede dar fe de algo: "no he hecho ninguna canción de la que tenga que avergonzarme”. Y terminó admitiendo: “La verdad es que me llevo bien con mis canciones”.
Al hacer una línea de tiempo entre sus comienzos, su éxito, y esta decisión de retirarse de los escenarios, explicó: “No pensé que duraría hasta hoy, tampoco pensé que no duraría hasta hoy, iba donde me llevaban los zapatos. Y después, claro, la vida es una sorpresa continua, y en verdad uno no nace enseñado en la vida y tiene que aprender, pero el camino del aprendizaje es riesgo”, dijo en un tono reflexivo.
Serrat insistió que tomó la decisión de retirarse de los escenarios, “que es una de las partes más divertidas” de su oficio, pero también la que requiere “mayor disciplina y es más rigurosa”. Y fue en este contexto donde aclaró que no dejará “de componer, de vivir, de amar, o de otras cosas que puedan resultarme más divertidas”, y destacó, ante la pregunta irónica de un colega, que no extrañará para nada las entrevistas: “Me gustan las charlas con los periodistas, pero no los interrogatorios”.
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Serrat en diálogo directo con periodistas de medios de Argentina, Francia y España.
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
Más allá de esta apreciación, tuvo la mejor predisposición en varios momentos de la conferencia con colegas de distintos medios y respondió muy cálidamente la pregunta de La Capital, en la que fue la primera de un medio del interior después de las de los medios líderes a nivel nacional y de la prensa extranjera.
—El sábado vas a tocar en Rosario, pero el viernes vas a ir al bar El Cairo para la inauguración de la esquina Fontanarrosa Serrat. ¿Qué te genera ese homenaje a ese amigo y también a esa amistad?
—Primero que mi casa está llena de cosas del Negro, dibujos, lapiceros, libros, algún objeto también, lo tengo muy cerca. Es que yo sigo teniéndolo muy cerca, es un amigo que ha sido no solo para mí, sino para todo aquel que lo ha conocido, uno de los hombres más brillantes, más buenos y más generosos que he podido conocer. Va a ser muy difícil arrancárselo así de golpe. Pero siempre es un recuerdo muy agridulce en el sentido de que su muerte, si alguna de las muertes fuera justa, esta es de las más injustas que hubo. El camino que tuvo que recorrer el Negro fue muy duro para él y para todos los que estaban a su alrededor. Y la dignidad con la que lo llevó y lo soportó fue ejemplar. Y estaremos ahí en El Cairo, con El Negro Centurión, el Enano, será emotivo, estarán sus mujeres, y una ciudad que lo considera probablemente la más internacional e importante de todas las personalidades que ha dado, y son muchas en esta ciudad de Rosario. Yo voy a contar algo que siempre cuento y es lo que mejor lo puede definir: en este andar por tantos países he encontrado a muchos argentinos en los lugares más exóticos del mundo y buena parte de ellos rosarinos, y siempre decían lo mismo: “Soy de Rosario, muy amigo del Negro Fontanarrosa”.
“Lo que conozco de los lugares es casi todo el resultado de lo que me han enseñado mis amigos”, le dijo a una periodista cordobesa al referirse al vínculo cercano que generó con ciertas personalidades de provincias del interior en su larga trayectoria. Y volvió a citar las virtudes de Fontanarrosa: “Hablaba muy poco el Negro, pero hablaba muy bien y muy justo”.
Finalizando la conferencia destacó que “cuando vuelva a cuarteles de invierno voy a volver a componer, pero necesito darle a mi cuerpo disciplina”. Y fue muy contundente cuando se le preguntó si se sentía mejor persona que mejor artista: “No hay una raya que separe una cosa de la otra, pero me siento mejor persona que artista desde ya. Aunque siento que una cosa va con la otra”.
Después, tras tomar una copa de agua, se levantó tímidamente, saludó, firmó algunos autógrafos, levantó la mano y se despidió. Lo hizo silbando bajito, para que después cada cual atienda su juego o, más apropiado, para que siga cada loco con su tema.
“De vez en cuando la vida”
Joan Manuel Serrat - De Vez en Cuando la Vida (Actuación RTVE)
“Aquellas pequeñas cosas”
Mercedes Sosa - Aquellas Pequeñas Cosas (Official Video)