Tres hermanas, encerradas en un búnker, intentan cumplir una misión comandadas por un oficial de nombre Gutiérrez y un General apodado Malevo. A partir de esta historia íntima, la obra “Bardo carnal”, escrita y dirigida por Francisco “Tico” Fissolo y protagonizada por Sabrina Marinozzi, Luz Battagliotti y Sol García Casanovas, aborda el vínculo entre el desamparo, el aislamiento, la espera y el daño. Se puede ver todos los viernes de junio, a las 21, en La Orilla Infinita Teatro (Colón 2148)
La obra se estrenó a comienzos de 2022 en Espacio Bravo y ya lleva realizadas siete temporadas. Es el resultado de un año de investigación en un laboratorio de entrenamiento actoral y del deseo de producción colectiva, como grupo teatral, entre las tres actrices y el director. De esta manera, como todas las obras de Fissolo, el proceso de construcción narrativo no es lineal ni empieza por un texto, sino por el trabajo sostenido con el elenco, que tiene un rol absolutamente activo en la gesta de la historia.
“Tico tiene una manera de dirigir que es muy particular. Es una improvisación coordinada que se sostiene por ciertas hipótesis de relato que van apareciendo. Él siempre dice que con ‘Bardo’ no venía con una idea de antemano de lo que iba a acontecer. No nos conocíamos teatralmente tampoco como grupo, así que empezamos a entrenar y para mí fue un proceso muy revelador y muy lindo, de muchas ganas y mucho estímulo”, contó Luz Battagliotti
Antes de encontrarse con el director, las tres actrices ya tenían un camino y una búsqueda en común. “Con las chicas del elenco fuimos juntas a la Escuela Provincial de Teatro y Títeres. Ya éramos amigas desde antes, trabajamos juntas en un ciclo de microteatro que funcionaba en La Raíz y ahí lo conocimos a Tico que estaba dirigiendo una de las obras que se presentaba. Empezamos a entrenar con él, un poco por el deseo mismo de entrenar, aprovechar el verano para eso. Siempre mucho desde el deseo”, narró Luz.
>> Leer más: La obra Adoro, esta vida mía revive la televisión de los 70 con sus luces y sombras
Voracidad y deseo son palabras que aparecen con frecuencia para describir tanto la génesis de “Bardo carnal” como cada una de sus puestas en escena. Hay una promesa de intensidad, de vértigo, de fisicalidad en el desarrollo de la historia de estas tres hermanas aisladas de un mundo con el cual interactúan para descifrar mensajes secretos en una supuesta trama mafiosa internacional. Pero hasta llegar a esa premisa, hubo mucho trabajo de exploración de posibilidades narrativas.
“Entrenamos bastante tiempo, después no agarró la pandemia y cuando se pudo volver, seguimos con mucha voracidad. Ahí empezó a aparecer esa hipótesis del vínculo entre estas tres hermanas que es lo que sostiene la obra: están encerradas y van inventando artificios para descifrar mensajes y también de cierta forma para pasar el tiempo, transitar esa espera”, detalló Battagliotti.
“Después de todo eso cuando estaban los personajes más definidos, que más que personajes son roles, y el vínculo entre ellas, ahí sí se empezó a escribir la obra. Tico nos iba trayendo tres páginas, las montábamos, después otras tres, y así la fuimos montando”, sumó la actriz.
El proceso de entrenamiento y creación se vio interrumpido por la irrupción de la pandemia. En este sentido, la temática o el escenario de “Bardo carnal” se vio también atravesado por la contundencia de ese evento.
Una obra en diálogo con la coyuntura
“Yo creo que la obra está inevitablemente ligada a una cuestión de contexto, no de manera literal, sino con todo lo que son los accidentes de la vida, las circunstancias sociales particulares de la Argentina. Y creo que la cuestión del encierro de la pandemia, por más que no la hayamos planteado de esa forma, había algo de eso que nos estaba interpelando en ese momento y que inevitablemente se vio reflejado a la hora de montar la idea”, detalló Luz.
>> Leer más: La obra Petróleo llega a Rosario tras seis años de furor en el circuito porteño
Después de siete temporadas, “Bardo carnal” sigue convocando al público local, retroalimentando las ganas del equipo de reponerla. “Ha sido todo por de más de disfrutable. Hemos tenido muy buena recepción y una está muy agradecida de que lo que una tiene para contar resulte atractivo. También porque es una manera muy particular y muy propia de un lenguaje. Para nosotras es muy lindo poder seguir haciéndola y que la gente venga”, compartió la actriz.
La apuesta a continuar con el proyecto, esta vez en el escenario de La Orilla, y continuar acercando esta historia al público rosarino, también se afirma sobre varias convicciones que trascienden la respuesta positiva de la audiencia: “la alegría de hacerla”, la capacidad de la obra de resonar con la coyuntura actual, y la confianza en una visión desde la cual interpelar la realidad a través de la actuación.
“Para mí es una obra que está súper vigente al día de hoy. Es una obra que para mí maneja un lenguaje que es muy argentino, muy cercano. Y que a la vez habla sin hablar de muchas cosas que nos suceden y nos siguen atravesando”, apuntó Battagliotti sobre este punto.
“Además, creo que en esta búsqueda del lenguaje propio, juntarnos a hacer teatro y seguir sosteniendo la obra, es una manera de darle batalla a una realidad que hoy en día está difícil de soportar. Entonces para nosotros es la manera de hacerle frente a eso, sobre todo porque en este momento la cultura enfrenta el desfinanciamiento que enfrentan un montón de sectores como la salud y la educación”, aseveró Luz, enmarcando el trabajo de “Bardo carnal” en el contexto político nacional.
“Y considero que también nos enfrentamos a un ataque simbólico muy grande, en el que los artistas somos tratados como parásitos sociales o culpables de ciertos males de la sociedad. Y la manera que yo encuentro de hacerle frente a todo eso es trabajando en un lenguaje propio y defendiéndolo. Me parece que es un momento en el que nos toca ese compromiso”, agregó la actriz, y cerró: “Vengan a verla porque es una obra que está muy vigente, que es fresca, que tiene un ritmo muy vertiginoso, y que hacemos con muchísima voracidad de salir a escena”.